Expósito: "¿No será que el pulso del Gobierno no es con el procés, sino que es con el Poder Judicial?"
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Hoy hemos encendido La Linterna en Valencia. Se confirma que España es muuucho más que Madrid y el politiqueo en torno al Covid... y muchíííííísimo más que el procés independentista catalán.
Estamos en el Palau de la Generalitat Valenciana, sede de la Presidencia desde 1982. Edificio gótico valenciano con intervenciones renacentistas del siglo XV.
Ya por entonces, los diputados de la Generalitat buscaron un lugar fijo para sus reuniones, con lo que en 1421 le alquilaron a un notario, que era el propietario, dos dependencias del palacio para usarlas como salas de reuniones y escribanía.
El lugar escogido era perfecto. Muy próximo a la antigua Casa de la Ciudad y a la Catedral, sedes del poder temporal y espiritual, respectivamente.
Tras los avatares de los siglos, fue sede judicial, de la Diputación y en 1982 vuelve a ser Sede de la presidencia de la Generalitat Valenciana.
El Salón dorado en el que nos encontramos posee uno de los artesonados más importantes de Europa. Data del S.XVI y fue restaurado en 2006.
Y sinceramente, desde aquí, da cierto apuro meterte en el politiqueo patrio, pero es lo que hay.
Llevamos días, y no te digo desde el pasado viernes, a vueltas con las medidas, con Madrid, con el pulso entre gobiernos, y lo que te rondaré.
Mira, esta mañana, en la estación de Atocha, mi primera impresión ha sido de pena y de ruina.
Lo hablaba esta mañana en el Tron con Herrera. Mientras discutimos si tiene razón Ayuso o Illa, han dado otro pasito para cepillarse la educación concertada y la especial; van a permitir que te den el título de Bachillerato aunque hayas suspendido hasta el recreo; quieren modificar el CGPJ con una nueva ley al más puro estilo chavista.
Mi amigo Diego me apunta que, a más a más, abren el proceso para indultar a los golpistas catalanes; van a cambiar el delito de sedición en el Código Penal; ponen en ridículo al Rey, tapan la imputación del secretario de organización de Podemos por liarse a palos con la policía e igual con las acusaciones de una senadora de Podemos por la financiación del partido.
Y por si esto fuera poco. Quieren quitar los beneficios fiscales de los planes de pensiones y subir al 21 por ciento el IVA en colegios privados y a la sanidad privada. Y todo ello, con más acercamientos de etarras y más homenajes a etarras sin decir ni mú.
Y por supuesto, la clave es la Kitchen y por supuestísimo, Isabel Díaz Ayuso es como la culpable de todo.
Sin restar un muerto de gravedad a la pandemia del Covid, desde Atocha, he sentido pena, ruina.
En fin, como te decía, desde el centro de Valencia... esta ciudad huele a Historia: a los dominios musulmanes y al Cid. Una Valentia fundada por 1.000 romanos un siglo antes de Cristo. Romana, visigoda, árabe, cristiana y también judía.
La Valencia de Sorolla --sin duda uno de los grandes museos de España es el museo Sorolla en Madrid--. Qué luz y qué colores.
La Valencia del Puerto de donde salieron miles de niños hacia Moscú en la huída republicana de la Guerra Civil (mi madre se quedó a un paso de embarcar huyendo de Madrid, por cierto).
La Valencia de nuestra infancia. De mi infancia absolutamente feliz en Tabernes de la Valldigna, Gandía, Cullera... La Comunidad Valenciana de Villajoyosa, Benidorm, el peñón de Ifach... Benicarló...
Una Valencia que muchos redescubrimos con Blasco Ibáñez o que fue capital de España en 1937. Y que conserva la bandera con las franjas rojas y amarillas como las banderas de Aragón y Cataluña desde Jaime I.
Y todo ese peazo historia, a la vez que deslumbra el Palacio de las Artes, y de la Música, o el Museo de las Ciencias.
De verdad que, con la que está cayendo, se agradece salir de Madrid y comer con los colegas de Cope Valencia, recordar la infancia y huir, aunque sea solo una Linterna, huir del politiqueo patrio y capitalino.
¡AH!... MI PD: El Rey viajará a Barcelona este viernes. Para los premios de la Barcelona New Economic Week.
Ya no es problema que el Jefe del Estado viaje a la segunda ciudad del Estado. Como si ya se hubiera detenido el puñetero procés. Ahora toca sacar la pata de esa vergüenza.
Hace una semana, el Rey no pudo entregar en Barcelona los diplomas de los nuevos jueces. Pero unos días después SÍ puede entregar no sé qué premios económicos en Barcelona.
¿No será que el pulso del Gobierno no es con el procés, sino que es con el Poder Judicial?