Expósito: "Siria no quiere a las viudas e hijos del Daesh, ¿Y tú?"

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No sé si las noticias de las que te voy a hablar serían sendas portadas, siquiera, fuera de la campaña electoral. Por un lado parece que huimos de las noticias terribles por miedo. Y por otro seguimos pensando que lo que pasa en la otra orilla del Mediterráneo como que nos pilla lejos. Error.

Escucha. Titular de El País, firma Patricia Ortega: "Yolanda Martínez, Luna Fernández y Lubna Miludi, tres españolas en las filas del ISIS. Tres mujeres, una ceutí y dos madrileñas, han sido identificadas en los campos donde se hacinan los detenidos que pertenecían al Estado Islámico.

Y este de El Mundo firma Francisco Carrión: Enterradas en fosas comunes con sus hijos. La última matanza del Estado Islámico. 50 esclavas sexuales decapitadas. El problema de los retornados, de sus esposas, viudas o hijos es un problema monumental. De imprevisibles consecuencias y de solución, hoy por hoy, imposible.

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Expósito: Siria no quiere a las viudas e hijos del Daesh, ¿Y tú?

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Lubna, Yolanda y Luna son los nombres de las tres mujeres españolas identificadas hasta ahora en los campos de detenidos yihadistas en Siria controlados por las milicias kurdas, tras la caída del Estado Islámico. Según fuentes policiales, una es de origen marroquí pero nacionalizada española en Ceuta y las otras dos son madrileñas conversas. Todas habrían llegado a Siria de la mano de sus maridos. Interior “estudia” ahora su posible repatriación.

Por otro lado. El comandante Adnan Afrin fue uno de los primeros en encontrar una de las huellas más brutales que el autodenominado Estado Islámico ha dejado sobre toda aquella tierra... las fosas comunes. "Son decenas de cuerpos decapitados, entre mujeres y hombres. No sabemos el número exacto", explica el oficial de las Fuerzas Democráticas Sirias, la alianza kurdoárabe apoyada por Estados Unidos.

El obispo de Homs, Jean Habdo Harbasch, me contó que no hay ciudad o pueblo en toda Siria, donde no haya fosas comunes con miles y miles de cadáveres. Allí depositados por palas excavadoras. Fosas donde se mezclan las decapitaciones, las víctimas de los atentados y los propios terroristas del Daesh caídos en combate.

Las primeras pesquisas apuntan a que las mujeres decapitadas son yazidíes, seguidoras de una fe que mezcla antiguas religiones mesopotámicas con los credos cristiano y musulmán y a cuyos fieles los yihadistas consideran "adoradores del diablo".

En agosto de 2014, hace solo cinco años, el califato invadió el monte Sinyar, el hogar de esta maltratada minoría en el norte de Irak. Miles de mujeres y niñas fueron secuestradas y convertidas en esclavas sexuales de los miembros del Daesh. Allí mismo en Siria, me contaron hace quince días, que las esclavas sexuales se dividían en cuatro categorías: mujeres yasidies, cristianas, musulmanas "modernas" y las extranjeras voluntarias que huyeron del mundo occidental para satisfacer el ardor de los monstruos.

Problema que se nos plantea... la vuelta de esta gente. Con los traumas de haber visto eso y con las heridas infinitas del odio. Entre ellas, muchas viudas que enloquecieron en su huida y otras muchas, esclavas sexuales que han terminado admitiendo, comprendiendo y asumiendo su condición. Mujeres aún jóvenes que viajaron convencidas de su esclavitud.

Eso en cuanto a las mujeres. Pero ¿Y los hijos? Esos niños son para las víctimas de las bestias del Daesh los niños son hijos del diablo. Muchos de esos niños van a ser adolescentes pasado mañana. Y esos niños son difícilmente recuperables aquí en Europa, de donde salieron sus madres y no te digo irrecuperables allí en El inmenso territorio entre Siria e Iraq.

El padre Raimon me dio una clave, precisamente, mientras cruzábamos la frontera entre Líbano y Siria. ¿Qué hacer entonces con esa gente?. Ellas, son tan españolas como tu Y como yo. Y esos niños son sus hijos. También españoles como los tuyos y los míos.

¿Tienen, legalmente, alguna responsabilidad penal? ¿Tiene encaje jurídico que hayan viajado a Siria y fueran esclavas de sus maridos? Es más ¿Se pueden reeducar esas cabezas de madres e hijos? ¿Hasta qué punto, convencidas como estuvieron o convencidas como están esas mujeres y los niños son terroristas en potencia? Y es que Siria, lógicamente, no los quiere en su territorio o en sus cárceles. Y Europa, sus países de origen, tampoco les queremos como retornados. ¿Entonces? Siria no los quiere allí. ¿Y tú?

Herrera en COPE

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Con Carlos Herrera

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