El Arzobispo de Santiago, sobre Benedicto XVI: "En Santiago él nos habló al corazón"
Julián Barrio ha rememorado en 'La Linterna' la visita del papa Benedicto XVI a Santiago de Compostela durante el Año Santo de 2010
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A la hora de analizar la historia siempre decimos que se necesita una cierta perspectiva para valorar lo que ha sido, en este caso, la figura del papa emérito Benedicto XVI. Eso es precisamente lo que está sucediendo en estos días desde que conocimos su fallecimiento, tal y como ha afirmado el Arzobispo de Santiago, Julián Barrio, en 'La Linterna'. No le ha extrañado nada las muestras de cariño y respeto que está recibiendo el pontífice en su capilla ardiente. "A la muerte de un ser querido no puede faltar nadie de la familia, y realmente Benedicto XVI tenía una gran familia", ha apuntado el arzobispo.
Barrio tuvo la oportunidad de conocerle con motivo de la visita que hizo Ratzinger a Santiago de compostela en el Año Santo del 2010. "Aquella condicion con la que la que él se definió como humilde trabajador de la viña del Señor, yo lo pude comprobar en esa carismática sencillez, que a mí me inspiró una gran bondad, una gran cercanía y una gran calidez". El arzobispo confiesa que conserva un recuerdo entrañable y gozoso de aquella visita. "En Santiago nos habló al corazón", ha recordado, "sin perder, por otra parte, la fuerza de una dimesión teológica de aquello que él nos manifestó".
El por aquel entonces presidente de Galicia, Alberto Nuñez Feijóo, y él mismo le invitaron personalmente en una audiencia en Roma. Julián Barrio lo resume como "una gran satisfacción", hasta el punto de que pudo evitar preguntar a Benedicto si ya lo podía comunicar, a lo que su Santidad no puso problema alguno. "Aquella actitud a mí me impresionó por esa cercanía, esa bondad y esa ternura que nos manifestó desde el primer momento", comenta el arzobispo.
El Arzobispo de Santiago ha recordado, por otra parte, el caracter europeísta de Benedicto XVI, acentuado por su condición de haber vivido momentos tan terribles como la Segunda Guerra Mundial en su Alemania natal. "Benedicto XVI amaba a Occidente, y es algo que no debemos perder de vista a la hora de entender su mensaje a Europa", cuenta Julián Barrio. "Europa nace pregrinando en torno a la memoria del apostol Santiago y esto para Europa debe ser un referente constante si de verdad se quiere servir a Dios y al hombre", añade.
En este sentido, también ha rememorado otro mensaje que Benedicto dejó en relación a Europa: "la Europa de la ciencia, de la tecnología, de la civilización y de la cultura, tiene que ser a la vez la Europa abierta a la trascendencia, a la fraternidad con otros continentes, al Dios vivo y verdadero, desde el hombre vivo y verdadero".