El detalle que tendrían que instalar Google y Apple si desarrollasen un control parental en España
La Linterna analiza la última medida aprobada por el Consejo de Ministros que busca limitar el uso del móvil a los menores
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Hoy en día, según varios estudios, sólo el 27% de los niños juegan regularmente en la calle. El dato es muy llamativo si tenemos en cuenta que ese porcentaje sube al 71% cuando hablamos con personas nacidas entre 1945 y 1964. Así, La Linterna ha analizado este martes qué supone el uso excesivo de los teléfonos móviles en los adolescentes, cómo pueden actuar los padres y si los padres estamos predicando con el ejemplo.
Y es que el Consejo de Ministros de este martes ha decidido que todos los fabricantes de tecnología, desde móviles hasta ordenadores, tablets o televisiones 'inteligentes' estarán obligados a incluir en los dispositivos un sistema de control parental. La idea es que sea gratuito, que se pueda activar de forma clara por los padres y que estos puedan decidir qué aplicaciones, servicios o contenidos limitan a los menores.
Esta es una norma que todavía tiene que pasar el trámite parlamentario y que implicará una reforma del Código Penal, ya que además del control parental, contempla ordenes de alojamiento digitales o la penalización de los deepfake creados con Inteligencia Artificial.
El detalle que tendrían que instalar Google y Apple
Juan Diego Polo, expwerto en nuevas tecnologías y director del portal de noticias 'WWWhat's new', explica a Expósito en La Linterna que no cree que vaya a ser una medida completamente inútil. “De hecho, muchas aplicaciones de control parental llevan mucho tiempo existiendo y son efectivas”. Eso sí, subraya que, tal y como está planteado, para que venga por defecto de fábrica con un control parental, “será necesario que Google y Apple se pongan las pilas en este aspecto”. “Nosotros podremos instalarlo de nuestra parte, pero es algo opcional, si queremos que sea obligatorio, hay que hablar con las compañías sí o sí”.
Esta es una decisión que toma el gobierno de España pero muchas aplicaciones no están emplazadas en nuestro país, algo que para Polo es un problema. “Hay dos principales app, una es Custodio y otra es propiedad de Google, pero ninguna de las dos es española”, recuerda. “El hecho de que existan no significa que no se pueda crear una nueva más sencilla de utilizar y, que venga por defecto, requiere una coordinación entre Google y Apple que tardará en realizarse”.
Eso sí, insiste en que a día de hoy las app existentes incluyen un aviso a los padres de que los niños han sorteado el control, por lo que la nueva aplicación que demanda el Gobierno “tendría que tenerlo también”.
El efecto de la tecnología en el cerebro del niño
Los pediatras cuentan a La Linterna que el uso excesivo de la tecnología está haciendo que los niños pierdan la curiosidad, ya que toda su atención la capta la pantalla. La dopamina es conocida mundialmente por ser una de las moléculas de la felicidad. Así, Expósito pone un ejemplo sencillo: “si a ti te gusta una persona y al cabo del tiempo consigues besarla, tu cerebro libera dopamina durante el beso. Esa liberación te provoca una sensación de placer y cuando vuelvas a ver a esa persona, querrás repetir el proceso. Tu cerebro te pide más y más dopamina porque se siente bien. Pues algo parecido pasa cuando le damos un teléfono móvil a un niño”, explica el comunicador de COPE.
Sonia Martínez Lomas, psicóloga infantil, aclara en los micrófonos de COPE que a los niños y a las niñas esa liberación de dopamina “les hace sentirse valorados con los Me Gustas, o con las monedas en los videojuegos, se sienten bien cuando pasan pantallas”. Pero, ¿qué pasa en el cerebro de un niño para que deje de jugar en la calle y mude su atención a las pantallas?.
Para Martínez Lomas, la respuesta hay que encontrarla en los padres: “No se nos ocurriría plantear a un niño si quiere ir al colegio o no, pero sí que pensamos que se pueden hacer responsables del tiempo que están con las pantallas. Somos los adultos los que tenemos que poner el tiempo o el límite”, concluye.