Diego Garrocho: "El debate debería ser si es editorialmente oportuno publicar con fines comerciales el testimonio de José Bretón"
El profesor de Filosofía reflexiona sobre el libro de Luisgé Martín con el testimonio del hombre que asesinó a sus dos hijos en Córdoba

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¿Quién debe determinar qué puede publicarse o no? Pues me temo que existe una confusión entre lo legal y lo deseable y esto, a menudo, dificulta ordenar el debate público. En las últimas horas, se ha desatado una polémica tras bloquearse la publicación del libro de Luisgé Martín, que recoge el terrible testimonio de José Bretón, el hombre que asesinó a sus dos hijos e hizo desaparecer sus cuerpos en un horno crematorio en una finca en Córdoba.
La distribución del libro, publicado por Anagrama, ha sido paralizada por orden de la Fiscalía, lo que ha abierto un debate sobre si esta decisión constituye o no un acto de censura. En lo que respecta a cuestiones legales, sólo quienes hayan leído el texto y tengan un conocimiento experto del ordenamiento jurídico español podrán posicionarse con criterio. Personalmente, estoy de acuerdo en ese principio liberal de que, ante la duda, la libertad debe prevalecer. Sin embargo, hay otro debate, mucho más amplio, que no se centra en la posible censura ni en la libertad creativa, sino en la pertinencia editorial de esta publicación.
Las experiencias del mal radical han sido siempre objeto de interés para los creadores, desde Eurípides hasta Shakespeare. No obstante, utilizar un drama humano cuyas consecuencias siguen vigentes con un propósito comercial plantea un conflicto que es evidente. Creo que el debate está mal enfocado y no debería agotarse en la cuestión legal del proyecto, sino en si es editorialmente oportuno publicar con fines comerciales el testimonio de alguien, como José Bretón. Existe una madre para quien la publicación de este libro supondrá inevitablemente un nuevo dolor. Sin embargo, negar la palabra incluso al peor de los hombres me genera dudas.
Hasta el más abyecto puede merecer la redención que ofrece el testimonio. Por eso, en esta ocasión, en lugar de ofrecer una respuesta concluyente, me conformo con reorientar el debate, porque, si le soy franco, personalmente, en este caso, no lo tengo nada claro.