Diego Garrocho: "Cuando gobiernan quienes realmente saben, las diferencias se reducen y el diagnóstico objetivo prevalece"
El profesor de Filosofía reflexiona sobre la colaboración entre el ministro Carlos Cuerpo y Juan Bravo, portavoz económico del PP, y explica el papel de la ignorancia en la división política

Madrid - Publicado el
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Para un político, ¿qué relación hay entre la ignorancia y la polarización? Pues se ha escrito muchísimo sobre la polarización y sus causas, pero creo que no se ha señalado lo suficiente el papel que juega la ignorancia en la división política.
Pondré un ejemplo. En estos días hemos visto cómo dos políticos, con una alta capacitación técnica, el ministro Carlos Cuerpo y Juan Bravo, el portavoz económico del PP, han demostrado una buena sintonía al afrontar los aranceles impuestos por Donald Trump. Ambos tienen una sólida formación y son altos funcionarios del Estado.
Estoy convencido de que tanto sus maneras educadas como su juicio experto hacen posible ese buen entendimiento. Y no son una excepción. Cada vez que converso con personas expertas en su ámbito, el grado de polarización tiende siempre a ser algo menor. No importa si se trata de las pensiones, de gestión universitaria o de política energética. Cuando gobiernan quienes realmente saben, las diferencias se reducen y el diagnóstico objetivo y neutral de los problemas prevalece sobre los identitarismos ideológicos.
Gran parte de la polarización y el enfrentamiento político se deben al odio. Y el odio muchas veces surge del miedo. A su vez, el miedo suele basarse en la ignorancia o el desconocimiento, porque pocas cosas se temen más que aquello que desconocemos. De este modo podríamos establecer una relación directa entre el odio y la ignorancia.
Y si el odio nace de la ignorancia, no es difícil deducir que existe un vínculo entre el amor y la sabiduría. Como tantas veces, toca volver a Platón, quien sostenía que la premisa emocional que nos impulsa a buscar la verdad es precisamente el amor. Y no habla de una forma figurada. Habla de eros. De modo que la misma pasión que sentimos por la persona amada sería aquella que sentimos por la sabiduría. Así que quién sabe, a lo mejor con políticos un poquito más sabios podríamos estar algo más unidos.