Cuánto dinero y por qué ha tenido que pagar Fátima, de Zaragoza, para recuperar a sus hijos retenidos en África
Expósito cuenta la historia de una mujer zaragozana que ha tenido que conseguir traer a sus hijos tras dos años retenidos en otro continente
Madrid - Publicado el
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El director de La Linterna, Ángel Expósito ha contado este martes la historia de Fátima y lo que ha tenido que hacer para conseguir traer a sus tres hijos de vuelta a Zaragoza después de que estuvieran hasta dos años retenidos en el país africano de Mali. Ellos son Bouba, el mayor, Mamadou, el pequeño y Awa, la mediana y la única niña de la familia. Y es que, como reconoce el periodista de COPE, han sido “dos años agónicos”.
Todo empezó cuando los niños se marcharon de vacaciones con su padre el verano de 2022. Hicieron las maletas para un mes y tendrían que haber vuelto a Zaragoza el 20 de agosto de ese mismo año, pero no lo hicieron.
Lo explica en La Linterna Joaquín Soguero, presidente de la Asociación 'España Abierta al Mundo' y el representante de Awa y sus hermanos: “El 20 de agosto fue cuando saltó la sorpresa, cuando vimos que los pasaportes no aparecían, que los tenía retenidos el padre. Y, en el transcurso de esas vacaciones, el padre se trasladó a Zaragoza, desalojó el piso donde vivían y se marchó con un furgón con todo”.
El mayor miedo de Fátima
El padre se llevó, incluso, las bicicletas de los niños y con ellas volvió a Mali con la furgoneta a rebosar, tras lo que vendió todo para ganar algo de dinero. Se cercioró, en todo momento, de que sus hijos pudieran comer y tuvieran buena salud, a pesar de las pésimas condiciones en las que estuvieron viviendo, como cuenta Soguero a Expósito: “A los niños no les faltó alimentación, pero el sitio donde vivían no era el apropiado porque era una casa en construcción, y ahí vivían los dos mayores, porque al pequeño lo llevaba el padre de un sitio para otro”.
Fátima, mientras tanto, temía por la vida de todos, pero especialmente por la de su niña, Awa: “Ahí puede pasar cualquier cosa con las niñas de esta edad, desde que la casen con alguien muy mayor, que el padre la cambie por un rebaño de vacas. Eso allí es muy típico y normal”, advierte el portavoz de 'España Abierta al Mundo'.
El error que hizo que los hijos de Fátima no volvieran
Bouba, el mayor de los hermanos conocía bien lo que podía pasar con Awa y durante el tiempo que estuvieron retenidos con su padre, no se separó de ella en ningún momento. Todos querían volver a España y ayer, por fin, durmieron en su casa de Zaragoza al calor de su madre. “A las 3 de la mañana me llamó Fátima desde el aeropuerto para decirme que estaban subiendo al avión, y yo le dije que no me llamase hasta que estuvieran dentro del avión, porque ya hace casi 2 años tuvimos otro intento”, recuerda Soguero.
Así, recuerda qué salió mal en ese intento: “No obstante, fue el embajador de España el que cometió un error tremendo, porque llamó al padre y le avisó cuando ya estaba todo preparado”.
Lo que tuvo que hacer Fátima para volviesen
Los pequeños, acompañados de su madre, cogieron un vuelo, consiguieron salir del país y aterrizaron en España, el lugar donde siempre habían sido felices. Fátima ha tenido que invertir mucha energía para volver a abrazar a sus hijos, y también dinero, porque los vuelos los ha pagado de su bolsillo.
“Eso ha sido un coste de 5.000 euros, ha tenido que pedir un préstamo y lo va a tener que ir pagando. Ya veremos cómo sale adelante, porque son cuatro bocas a mantener, a los niños se les ve fuertes y son comedores”. Así, la situación que les espera aquí es muy diferente a lo que han vivido todo este tiempo y tienen mucho trabajo por delante, sobre todo, en cuanto a su educación. “Han pasado 2 años, por lo que han perdido dos cursos escolares y tendrán que tirar de profesores particulares para que se pongan al día. Eso, para una mujer sola y con un sueldo de ladillo, es mucha historia”.
Otro más de la familia
Finalmente, Soguero recuerda emocionado en COPE cómo fue el momento de la llegada de los niños a España tras dos años: “Como habíamos hablado por videollamada y su madre les había hablado tanto de mí, me trataron como si nos conociéramos de toda la vida. Nada más verme me dieron un montón de abrazos y un montón de besos, la verdad es que me sentí muy afortunado de conseguir un objetivo tan difícil”.