Esta es la estrategia de Alemania para convencer a jóvenes en TikTok e Instagram para que hagan la 'mili'
Sonja cuenta en La Linterna qué opina de que su hija de 16 años esté planteándose el servicio militar y la carta que ha recibido del ejército
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Expósito ha encendido La Linterna este lunes desde el Mar del Norte, a bordo de la Fragata Almirante Juan de Borbón, que comanda una misión de la OTAN cuyo objetivo es disuadir a Rusia del empleo de la fuerza contra países como Finlandia, Suecia, Noruega, Lituania, Letonia o Estonia. El comunicador de COPE presenta el programa desde un punto del Atlántico Norte desde el que se llegaría en muy poco tiempo a cualquier país de la zona sobre el que Rusia lanzara un eventual ataque.
Tanto Moscú como Kiev sienten que tienen incentivos para seguir en guerra, porque los dos creen que pueden mejorar su situación en el campo de batalla y llegar a una hipotética mesa de negociación en una situación mejor de la que están ahora. En el lado ruso, Putin ha nombrado este mes de Mayo un nuevo ministro de defensa, un economista. Un movimiento que delata que lo que busca es entrar en una especie de economía de guerra que le permita transformar su industria militar y mantener la guerra durante mucho tiempo. Pero, ¿cómo afecta esto al resto de Europa?
Inseguridad en el resto de Europa
De lo que no hay duda es que esta guerra ha provocado entre los europeos una sensación de inseguridad, que sienten especialmente los países más próximos a Moscú. Que Suecia y Finlandia hayan entrado en la OTAN no es sino una manifestación de la inquietud que sienten dos naciones nórdicas que han visto cómo crece la amenaza rusa en sus fronteras. Si obviamos el hecho de que el ejército ruso está centrado en Ucrania, ¿ahora mismo qué países tendrían el riesgo de ser atacados por Putin?
Primero, Moldavia y Georgia y segundo, los países bálticos. El problema es que en ese caso estás atacando a la OTAN y a la Unión Europea. Ahora bien, se puede librar otro tipo de guerra. Una guerra silenciosa, sutil, discreta en muchas ocasiones, es lo que se conoce como guerra híbrida. Una forma de conflicto basada en utilizar a la inmigración, las noticias falsas, los disturbios o la influencia sobre la población como arma de guerra. Mira Milosevich, investigadora Principal para los países Bálticos del Real Instituto Elcano, explica en La Linterna que “es mucho más barato estar en la guerra híbrida que enfrentarse a la OTAN”.
“Ahora se habla porque Finlandia ha entrado en la OTAN pero los ciberataques, el uso de inmigrantes en la frontera o la violación del espacio aéreo eran algo diario”. Algunos ejemplos son los ciberataques en Estonia, la oleada de inmigrantes en la frontera de Finlandia, la mano de Rusia en el procés, el Brexit o las elecciones norteamericanas en las que ganó Trump. A Vladimir Putin le vale cualquier cosa que le sirva para desestabilizar las democracias occidentales.
Para Helsinki y Estocolmo, la neutralidad ha sido, tradicionalmente, una estrategia calculada. En el caso de Finlandia, se adoptó para asegurar su independencia frente a Rusia, con quien comparte más de 1300 kilómetros de frontera terrestre. En el de Suecia, para seguir una tradición de rechazo a la guerra inaugurada tras el período napoleónico. Ambos la mantuvieron durante los años de la Guerra Fría como la mejor forma, desde su punto de vista, de garantizar su seguridad y su integridad territorial. Pero eso, ha cambiado, como cuenta en COPE Víctor, que vive en Helsinki.
“Antes trabajaba en el mayor empleador privado de Finlandia y esta gente ha cerrado todos sus centros en territorio ruso, y eso ha sido una pérdida económica brutal para ellos. Tampoco hay turismo ruso, la compañía aérea finlandesa ha tenido que hacer una ampliación de capital. Yo trabajaba en una empresa de ciberseguridad y te recomendaban que tuvieses cierta cantidad de dinero en casa porque a lo mejor algún día no te iban los cajeros”. Lo cierto es que en Finlandia llevan preparándose para este momento desde el final de la Guerra de Invierno, en 1939, cuando fueron atacados por la Unión Soviética.
La nueva 'mili' en Europa
En el caso de Suecia, a raíz de la invasión de Ucrania se ha vivido un auge de peticiones para ingresar en el Ejército. En los dos primeros meses de este año, han llegado 3.000 solicitudes, el doble de la cantidad normal. Y, paralelamente al aumento de reclutas, muchos se preparan para refugiarse en caso de que vengan mal dadas. Según algunas informaciones se ha registrado un aumento en la demanda de refugios subterráneos suecos.
Blanca, que lleva 2 años viviendo en Estocolmo, asegura a Expósito que recientemente recibió “una versión actualizada de un folleto que se distribuye a los ciudadanos de qué hacer en caso de guerra, con información de los búnkers más cercanos con un mapa”.
Entre Suecia y Finlandia, hay grandes diferencias militares a pesar de que ambos responden a la misma amenaza. Suecia cuenta con un ejército relativamente pequeño, de hecho, introdujo el servicio militar obligatorio en 2018 ante la falta de reclutas- Finlandia, en cambio, tiene una de las fuerzas más preparadas de Europa.
“Nunca descartaron la posibilidad de ser atacados de nuevo, y porque ahora han roto el acuerdo de neutralidad militar. No saben muy bien cómo va a reaccionar Rusia y, sin embargo, están preparados. Son uno de los ejércitos más preparados de Europa con 250.000 efectivos y rápidamente pueden ser movilizados 900.000”, apunta Milosevic.
“Mi cuñada hizo la mili doble”
En Finlandia, los hombres son llamados al cumplir los 18 años y la duración oscila entre los 6 y los 12 meses. Una vez concluido entran en la reserva hasta los 60 años. En el caso de las mujeres, el servicio militar es voluntario, pero para todos es un motivo de orgullo. “Mi cuñada hizo la mili y la hizo doble para tener más rango que su padre. Es un tema que ha sido orgullo nacional, viendo que al vecino de abajo le están atacando, no ha habido otra opción”, asegura Víctor en La Linterna.
En Finlandia, la mili es un elemento básico de la sociedad, la cultura y la vida del país. Y aunque existe la opción de realizar un servicio civil, más del 70% de los hombres optan por el servicio militar. “Más allá de hacer la mili, la gente va a hacer prácticas militares cada X años. Mi suegro, que tiene ahora 64, hasta hace poco iba de fin de semana para un entrenamiento militar. Es mucho más fácil que te llamen a filas hoy que hace 3 años”.
La estrategia de Alemania para reclutar jóvenes
La mayoría de países europeos con servicio militar obligatorio, lo han recuperado en estos últimos diez años, desde la ocupación rusa de Crimea, en 2014. Ahora, Francia, Reino Unido o Alemania han deslizado en algún momento la necesidad de recuperar el servicio. De hecho, mientras Expósito realizaba este viaje le ha llegado un mensaje de Sonja, que vive en el centro de Alemania.
Explica que justo este lunes les ha llegado una carta de las armadas alemanas para su hija de 16 años, “invitándola a asistir a unas jornadas informativas sobre las oportunidades de carrera que pueda tener en las fuerzas armadas”. “Ella me ha dicho que últimamente en las redes sociales como TikTok o Instagram recibe mensajes que van en el mismo sentido”, comenta.
Ahora mismo Alemania tiene un déficit importante de soldados porque, tras décadas de políticas de des-militarización en las sociedades europeas, de reducción de los presupuestos en defensa y de desinterés por la cultura militar, se han dado de bruces con la realidad.
“Se han dado cuenta de que, durante muchos años, Alemania ha dejado de lado las fuerzas armadas, cada vez menos gente quería ir. Ha habido un cambio también con el discurso de Scholz de que ahora van a invertir en la armada y en la defensa alemana, ha sido un cambio de política total”, concluye Sonja.
El ejército alemán, con sus cerca de 200.000 soldados, se ha quedado pequeño. Es una realidad de la que lleva tiempo alertando el Gobierno. Y la reestructuración del ejército para que esté preparado para la guerra también implica aumentar los efectivos, de ahí la carta que le ha llegado a la hija de Sonya. El Ejecutivo ha calculado como objetivo una cifra de al menos 203.000 soldados para garantizar una plena disponibilidad defensiva. “Yo creo que la gente se da cuenta del riesgo inminente que viene de Rusia y para nuestra seguridad internacional es importante, en mi entorno ha habido un cambio de opinión, no creo que esté mal que los jóvenes pasen por eso”.