La fobia que se ha extendido tras la pandemia y que puedes padecer aunque no lo sepas: no es miedo al contagio

La neuropsicóloga Aurora García Moreno nos explica en qué consiste, cuáles son sus síntomas y cuándo deberíamos preocuparnos por ella

Barcelona
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Ana Rumí

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Parece mentira, pero en cosa de cuatro meses se cumplirán cinco años desde que comenzase la pandemia del coronavirus en el mundo. Sobre todo, parece irreal porque, desde entonces, parece que el tiempo se paró y ha empezado a correr de una manera diferente. 

Y es que, en efecto, el mundo se paró y, durante unos meses (depende del lugar en el que estemos del planeta) no pudimos salir a la calle y nuestra vida consistió en estar en nuestras casas, cocinar y tratar de pasar el tiempo de la mejor forma posible.

Y eso, si teníamos suerte y no habíamos perdido a nadie a causa de esta infección o estábamos en extremas dificultades. Sea como sea, de eso han pasado cuatro años y medio y hemos podido aprender muchas cosas.

Las hemos aprendido para bien, como para tener medidas de protección frente al virus o perfeccionar la vacuna, pero ha dejado otras terribles consecuencias, y no nos referimos únicamente a la cifra de fallecidos.

Porque ha tenido efectos en nuestra forma de comportarnos y de relacionarnos. Al menos, así nos lo explicaba en 'La Linterna' la neuropsicóloga de cabecera del programa, Aurora García Moreno.

Hoy nos habla de la hafefobia, un problema que se ha agravado con la pandemia y su paso.

En qué consiste esta fobia y cómo identificarla

¿Te molesta que te toquen o se acerquen en exceso? Con la pandemia, el contacto fue nulo, y muchas personas, por el miedo a contagiarse, evitaron los besos y los abrazos con sus más allegados.

La clave, sin embargo, está en que este miedo es mucho anterior al coronavirus y hay personas que viven con ello. La diferencia es que antes nadie entendía a los que la sufren y ahora es más fácil ponerse en su lugar. Se trata de la 'hafefobia', que significa -en griego- 'miedo a ser tocado'.

Lourdes lleva toda la vida lidiando con este problema, como ella misma explicaba en 'La Linterna'. El simple hecho de estar cerca de una persona, sea conocida o no, puede suponer una situación de intranquilidad y malestar persistente. En muchas ocasiones, incluso, la percepción de la realidad se distorsiona.

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Así es como nos lo explica la doctora. Y es que, como ella misma dice, las razones para que esto te ocurra, son múltiples. “Si has vivido una situación traumática que implicase contacto como maltrato físico o abuso sexual, o verlo en su entorno más próximo aprendiéndola en la infancia” empezaba explicando.

“Desde la pandemia ha aumentado ese miedo que se normalice a saludar a distancia” decía esta experta.

Pero, ¿cómo podemos identificar que padecemos esta fobia? Pues según la doctora, primero tenemos que sentir mucha ansiedad y angustia.

“Tenemos pensamientos recurrentes y obsesivos como que va a ocurrir algo si me tocan o me contagio, pensamientos sobre consecuencias catastróficas. Les causa mucho miedo y les paraliza, dificultando la concentración. Se evita ese estímulo que causa fobia, es uno de los parámetros que puede alertarnos” decía.

¿Qué consecuencias tiene si la padecemos?

La hafefobia puede complicar la vida diaria y las relaciones sociales de quienes la padecen. Y, por eso, Aurora García Moreno alertaba de las consecuencias que puede tener para nuestra vida diaria.

“Tiene un impacto negativo en diferentes niveles, porque puede llevar a un aislamiento social, evitar lugares donde te toquen. En ocasiones puedes creer que quieren tocarte constantemente, pero es que a veces te rozas. Se agrava si la persona tiene dificultad en las interacciones sociales” expresaba la doctora.

Gente en la plaza de la Escandalera de Oviedo

EFE

Gente en la plaza de la Escandalera de Oviedo

Eso sí, hay que diferenciar y mucho esta fobia de trastornos como el TOC. “No es lo mismo, aunque ambos son trastornos relacionados con la ansiedad. Esta es una fobia al contacto físico y puede tener convulsiones como evitar personas o sitios, mientras que un TOC de limpieza o contagio se caracteriza por obsesiones como ensuciarse o contaminarse y lleva a convulsiones y lavarnos las manos constantemente” decía.

La buena noticia es que sí, tiene tratamiento y con un objetivo claro: que superen ese miedo para mejorar su calidad de vida. “Que sean capaces de detectar los motivos y trabajar con esos pensamientos y emociones asociadas, aprender a cambiar por otros pensamientos más funcionales y adaptativos” decía.

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