La inesperada respuesta que recibió de Carla, trabajadora del hogar, al contar que un niño le había golpeado

Expósito pone el foco en La Linterna en la situación que viven las trabajadoras del hogar en España para las que está en marcha una nueva ley

Una empleada de hogar limpia con una fregona
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Paco Delgado

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

Carla es una de las mujeres que son trabajadoras del hogar pero que no están registradas en ninguna estadística porque no tiene contrato. Los datos oficiales, los de la Encuesta de Población Activa, indican que hay unas 580.000 personas en España que realizan este trabajo. Unas cifras que nos convierten en el país europeo con el mayor número de trabajadores y trabajadoras del hogar. 

Se trata de un gremio que por fin tendrá más derechos tras la aprobación de una nueva Ley. Pero, ¿en qué consiste esta norma? ¿cuándo entran en vigor? Expósito da respuestas a estas incógnitas en La Linterna y relata varios ejemplos reales de empleadas que se han encontrado a situaciones difíciles.

empleadas del hogar

Carlos Lujan

Varias personas se manifiestan junto a empleadas del hogar convocadas por la asociación Servicio Doméstico Activo (SEDOAC)

La dura situación de Carla

“Entramos al país en una situación sin papeles, situación administrativa irregular y los primeros 3 años te ves obligada a trabajar en una casa sin contrato”, cuenta en los micrófonos de COPE Carla, que tiene 40 años, es hondureña y vino a España hace más de 20 porque las condiciones de su país no eran nada buenas.

Allí era profesora y esperaba que tarde o temprano pudiera dedicarse a los que más le gustaba. Sin embargo se dio de bruces con una cruda realidad: “En aquel entonces, yo empecé cobrando 600 euros y trabajando de interna de 6 de la mañana hasta las 9 de la noche, sin horario para mí”.

empleadas del hogar

Carlos Lujan

Varias personas se manifiestan junto a empleadas del hogar convocadas por la asociación Servicio Doméstico Activo (SEDOAC)

Sabía cuando empezaba su jornada pero no cuando acababa y eso la mermaba física y sobre todo psicológicamente. Era una auténtica tortura, como cuenta en La Linterna: “Tenía que estar en pie a las 7 en punto, tenía que hacer el desayuno de los niños, llevarlos al colegio y volver corriendo para hacer las labores de la casa y, todo el rato, a disposición de la señora de la casa”.

Su madre y su hermana seguían en Honduras y la única posibilidad para poder traerlas era que siguiera trabajando en estas condiciones. La única salida era renunciar a su libertad en España para poder tener algo de luz al final del camino. “Renunciando en esos momentos a tu vida propia, es uno de los factores que más nos dañan. Tienes que renunciar a tu propia vida para cuidar de otras”, lamenta la mujer que guarda un mal recuerdo en especial respecto a un niño y su madre.

Fui golpeada por un pequeñajo que tenía 5 años, me dio una bofetada en la cara y, cuando se lo dije a la madre, me dijo que quién era yo”, confiesa.

Una empleada de hogar hace la cama

Europa Press

Una empleada de hogar hace la cama

Shirley, de microbióloga a 6 años sin contrato

Casi el 90% de los empleados de este sector son mujeres, y casi la mitad de ellas inmigrantes. La aprobación de esta nueva ley va a significar un paso más para que se les reconozca su trabajo. Ya hace dos años consiguieron cotizar a desempleo y que no fueran despedidas sin justificación. Sin trabajo ahora está Shirley. Es hondureña y huyó por miedo a la escalada de violencia que se estaba produciendo en su país.

Es licenciada en microbiología y esperaba trabajar de ello aquí. Sin embargo no le salía nada. Las facturas apretaban y vio una salida como empleada del hogar, como desvela en los micrófonos de COPE: “Dejé mi país porque en ese momento había mucha violencia e inseguridad. Tenía un buen trabajo en un hospital pero mis padres me dijeron que viniese a esta nación que nos ha dado mucho, nos ha ayudado”.

“La primera vez cuando comencé con esto me sorprendió, me decían que había que trabajar y cubrir gastos, pero la primera que me ayudó fue una compatriota. Me llamó una noche. Yo llegué el 2 de febrero de 2018 y para el 15 del mismo mes ya estaba trabajando de interna”, cuenta a Expósito, mientras asegura que en estos momentos ni siquiera tiene trabajo. “Estoy sin trabajo porque no he llegado a la cuota para recibir una prestación y eso perjudica a la larga. En algún momento he pensado volver a mi país, pero estoy agradecida con Dios, estoy a la espera de mi nacionalidad”, concluye.

empleadas del hogar

Carlos Lujan

Varias personas se manifiestan junto a empleadas del hogar convocadas por la asociación Servicio Doméstico Activo (SEDOAC)

¿Cómo cambia ahora su situación laboral?

Mientras, el Gobierno ha aprobado una ley con la que busca dar más seguridad a las empleadas del hogar en el desempeño de su trabajo además de aumentar la responsabilidad de sus empleadores en materias de seguridad laboral. Sin embargo hay que fijarse que, si miramos los números de afiliados, no se muestra el empleo sumergido.

Algo que con la aplicación de la norma podría generar un problema mucho mayor. Sandalio Gómez, economista experto en laboral, apunta en COPE que esta ley “va a empujar mucho al trabajo fuera de normas”. Ahora será mucho más caro contratar porque tener a una empleada a tiempo completo supondrá más de 1.500 euros al mes, entre el sueldo y las cotizaciones. “Creas economía sumergida, va a ser una cosa acordada entre empleado y empleador”, continúa Gómez.

La patronal ya había advertido sobre la economía sumergida, ante la caída de la afiliación de la Seguridad Social de las empleadas del hogar y le ha pedido al Gobierno que apoye con rebajas fiscales a las familias para incentivar la contratación. Alberto Benítez, director del bufete de abogados juristas laboralistas de Sevilla, apunta en La Linterna que, anteriormente, “no había una obligación de que estas trabajadoras recibieran formación en prevención de riesgos ni vigilancia de la salud, ya se impone la obligación de reconocimientos médicos periódicos”.

Yolanda Díaz

Europa Press

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz

Sobre casos de violencia y acoso como el de Carla, Benítez mantiene que en su despacho reciben “bastantes casos y hay violencia de género en muchísimos hogares y, si hay una persona trabajando, lo sufre”. “Además de vivir el clima de acoso hemos tenido caso de que el empleador ha hostigado de forma recurrente a esa empleada. Es un ámbito familiar, muy cerrado, donde es muy difícil que todo trascienda”, lamenta.

Eso sí, sobre la posibilidad de que aumente la contratación sumergida, insiste el abogado en que “la ley está para cumplirla, igual que la factura de la luz hay que pagarla, pero todo el mundo tiene el derecho a estar cotizando”.

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