La psicóloga García Moreno, sobre las consecuencias que deja una agresión racista: "Hay un denominador común"

Aurora García Moreno explica cómo ayudan a las personas que experimentan esta discriminación y hace hincapié en la educación en valores como única solución

00:00

Aurora García Moreno, neuropsicóloga, narra las heridas que aparecen en personas que sufren racismo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

En el año 2022, más de 1.500 personas denunciaron haber sufrido racismo en España. Ya sea para acceder a un empleo, a una vivienda o a sanidad, esta situación se repite a diario.

En los últimos meses, esta discriminación ha estado especialmente presente en el fútbol. Los episodios más sonados han sido los que sufrió el delantero brasileño del Real Madrid, Vinicius, en Mestalla, el campo del Valencia. El jugador terminó llorando y lo denunció, acabando tres personas detenidas y con un juicio pendiente.

"Me llama la atención que sean personas tan jóvenes. Nos debería hacer recapacitar como sociedad", lamenta el subdirector de 'La Linterna', Rubén Corral. La neuropsicóloga Aurora García Moreno, explica a qué se deben estos episodios de racismo.

¿Cómo funciona la mente de un racista?

"Mucho tienen que ver los factores culturales y psicológicos", comenzaba. Explica que las personas tienden a dejarse llevar por los prejuicios cuando no se piensa igual. Esto puede unirse al desconocimiento de la cultura o al miedo.

"En muchas ocasiones, de manera no consciente, los pueden ver como una amenaza sin ser real y tienden a esas actitudes que vulneran los Derechos Humanos", comenta. Las personas que actúan de manera racista, a nivel psicológico, reaccionan a los integrantes de los grupos que su cerebro ha clasificado como diferente al suyo. A nivel afectivo, imprimen un significado negativo sobre el otro.

Las heridas psicológicas de ser discriminado

Los que sufren esta discriminación "van a tener dificultad para expresar cómo se sienten y lo que piensan". La neuropsicóloga detalla que su autopercepción es completamente negativa, "muy distorsionado" de la realidad, lo que puede provocar un "sentimiento de inferioridad".

En consecuencia, "se muestran hipervigilantes" para poder asegurarse de que nadie los vuelve a herir. "Al estar expuestos a altos niveles de estrés, van a tener inestabilidad emocional", proseguía. Estos problemas les provocarán dificultades para relacionarse con otros porque no quieren que se sepa lo que les ocurre "ni que se les etiquete como víctimas".

García detalla "un denominador común" que puede observarse es que se llega a la “autodestrucción”. La autolesión, el consumo de sustancias o mostrarse pasivo, creyendo en que se es incapaz de resolver situaciones cotidianas, suelen ser algunos de los fenómenos que se manifiestan en los que sufren racismo.

La razón puede ser el miedo a las agresiones físicas o verbales. Igualmente, los sentimientos y pensamientos distorsionados, puede provocarles algún trastorno mental a largo plazo, como depresión o ansiedad.

Educar en valores para acabar con el racismo

La solución más evidente es la prevención desde la infancia, educar a los más pequeños en valores como la igualdad, la tolerancia, la diversidad o la inclusión. "Lo más importante es terminar con esos prejuicios que pueden desencadenar sentimientos de odio en vez de respetar a las personas", afirma.

Resalta la importancia de "promover la motivación que les permita construir una autoestima adecuada, fuerte y sólida", así como tratar de que sean capaces de tomar decisiones.

La neuropsicóloga ha desvelado que no es nada fácil tratar a personas que han sufrido esta discriminación, porque "llegan muy afectadas". Primeramente, se muestran muy desconfiadas, por lo que hay quedarles tiempo a "que acepten la realidad por la que están pasando, para que vean que vamos a ir superándolas".

El siguiente paso, poner nombre a lo que sienten para, finalmente, entrenar la "capacidad de afrontar" los factores que hayan desencadenado ser víctimas de racismo. "Una vez que la persona es capaz de afrontar, va a favorecer el autocontrol de la ansiedad y a procesar el trauma de una manera más favorable", concluía.

Temas relacionados