Quico Alsedo, en La Linterna: "Ellos serían mujeres maltratadas si no fuera porque son hombres"

El periodista de El Mundo relata en su libro, Algunos hombres buenos, ocho historias de denuncias falsas y secuestro de unos hijos por unas "madres protectoras"

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Quico Alsedo, en La Linterna: "Ellos serían mujeres maltratadas si no fuera porque son hombres"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Rafael, Daniel, Carlos, Sergio, Pedro, Alejandro, José Manuel y Francesco son los protagonistas de un relato doloroso e injusto que ahora saca a la luz el periodista de El Mundo, Quico Alsedo en su libro Algunos hombres buenos. Ellos También fueron víctimas de violencia de género. Y de Juana Rivas, María Sevilla y otras madres. Pero la sociedad los condenó.Ocho testimonios que nos conducen al mundo de las denuncias falsas, y el secuestro de unos hijos por unas “madres protectoras”. Reproduce el audio para escuchar la entrevista completa en La Linterna de COPE.

Pregunta: ¿Cómo están los protagonistas de Algunos hombres buenos? ¿Han recuperado su vida?

Respuesta: Es complicado. Algunos ha recuperado gran parte de su vida, algunos no han recuperado a sus hijos, pero yo diría que ninguno ha recuperado una vida normal después de pasar por esto y ser apartados de sus hijos por mucho tiempo.

P.: ¿Denuncias el drama de estos padres porque hay personas que han aplicado la Ley contra La Violencia de forma deshonesta? ¿La ideología lo ha contaminado todo?

R.: Sin duda. La ideología ha contaminado este debate, el debate en torno a la violencia machista, que hay que combatirla desde los poderes públicos. Pero es cierto que este debate se ha convertido en ideológico, se ha contagiado de ideología, las cosas han ido mucho más lejos de lo que deberían a la luz de estos casos, de los que yo cuento ocho, pero que son muchos más. Yo recibo casos como estos semanalmente.

P.: ¿Qué es una madre protectora?

R.: Es un concepto que, en parte, se ha pervertido. Tomar por madres protectoras a algunas madres que lo que hacen es tomarse la justicia por su mano. Pervierten los mecanismos de la Justicia, los utilizan en su beneficio para quedarse con sus hijos y separarles de sus padres.

P.: Casi 33 mil mujeres fueron maltratadas por sus parejas o exparejas en 2022. Sin negar la evidencia, has puesto el foco en aquellos padres que son víctimas de denuncias falsas y de la condena social. ¿El título “Algunos hombres buenos” es políticamente incorrecto?

R.: Con el clima social que tenemos es absolutamente incorrecto, pero la política correcta es otro de los problemas que tenemos para poder debatir sobre las realidades. Cualquiera que conozca un abogado de familia en España le puede preguntar por cómo, todos los días, hay denuncias instrumentales contra hombres porque la ley está hecha para favorecer a las mujeres en esos trances -y bien está que así sea de alguna manera- pero luego se producen efectos espurios.

P.: ¿Es correcto decir que estos hombres son víctimas de esta ley?

R.: En el libro digo que ellos serían mujeres maltratadas si no fuera porque son hombres. Es evidente que se comete con ellos una injusticia muy clara. He sentido con ellos su sufrimiento, son padres que quieren ser padres. La mujer está pidiendo igualdad y estos hombres son padres que quieren ejercer de padres.

P.: ¿La mayoría de los casos siguen un patrón?

R.: Sí, la creencia de estas madres de que sus hijos son de su propiedad, incluso contra las necesidades de sus hijos. Las verdaderas víctimas son los niños que pierden una referencia necesaria por acción de la madre.

P.: ¿Cada vez hay más casos?

R.: Con la desintegración de la familia tradicional, desde hace muchos años, hemos sido una sociedad diferente en la que las familias son entes vivos, en las que también han aparecido personas de otros países, como un italiano con una española, como es el caso de Juana Rivas. Esto nos lleva a que, cuando se producen conflictos, entras en choque dos ordenamientos jurídicos y hay un vacío internacional enorme. Cada país hace la guerra por su cuenta y protege a su nacional. Habitualmente, el que coge a los niños y se los lleva es el que sale ganando.

P.: ¿Qué ley dice que la mujer es mejor que el padre solo en virtud de su sexo?

R.: Ninguna ley. Lo que nos lo dice, quizá, sea la tradición. Históricamente, las mujeres se han ocupado de los hijos, pero lo que estamos intentando es superar eso. Crear una sociedad donde los hombres se puedan ocupar de los hijos.

P.: ¿Cómo se recupera a un niño que ha vivido una situación como esta?

R.: El único hijo que aparece en el libro es el de María Sevilla. Se llama Samuel y va a cumplir 16 años, por lo que puede dar su consentimiento. Él rechaza actualmente a su madre porque se da cuenta de que su madre le apartó de su padre de los tres a los once años. Hay heridas que difícilmente van a curar.

P.: ¿Cómo se produce la condena social?

R.: En algunos de estos casos la condena social es la peor. Algunos hombres tiene que soportar insultos en su vida diaria de desconocidos. Es cierto que ser un maltratador de tu mujer y tu hijo es una de las cosas peores que se puede ser en esta sociedad, pero no podemos prejuzgar.

"Papá, ¿tú nos pegaste?"

Por ejemplo, el último capítulo del libro es uno de los casos más mediáticos. Fue el del italiano Francesco Arcuri que sufrió el secuestro de sus hijos pequeños por parte de su exmujer, Juana Rivas, la mujer de Maracena (Granada). Juana fue condenada a dos años y medio de prisión por un delito de sustracción de menores. EL Supremo desestimaba por unanimidad el recurso que Francesco Arcuri presentó contra el indulto parcial concedido por el Gobierno a su expareja.

ESPAÑA JUANA RIVAS

EFE/Miguel Ángel Molina

P.: ¿Qué hubiera pasado si Daniel, el niño, no hubiera confesado que su “mamá le había lavado el cerebro diciendo mentiras como que papá le pegaba” ?

R.: Su caso tiene una profundidad enorme. El hijo mayor vive en Granada, con su madre, y le ha perdido, pero el hijo menor vive con él. Hay algo que se cuenta en el libro y que ilustra su drama, que es cuando sus hijos, de pequeños, le preguntaban si les pegaba. Ellos no sabían si eso había sucedido o no.

María Sevilla, presidenta de la Asociación Infancia Libre, (asesora de Podemos), era la pareja de Rafa Marcos. María, incumpliendo una orden judicial, mantenía oculto al niño en una finca de Cuenca. Un Juzgado de lo Penal de Madrid la condena a dos años y cuatro meses de cárcel y la inhabilita para el ejercicio de la patria potestad durante cuatro años

P.: ¿Qué es Infancia Libre?

R.: Fue una señora que, año y pico antes de llevarse a su hijo contra el criterio de un juez, estaba dando una conferencia en el Congreso sobre cómo el sistema judicial desprotege a los hijos. Muchos psicólogos forenses habían dicho que no había sufrido el hijo ningún abuso de su padre, pero ella seguía denunciando que el padre había abusado del hijo. Esto refleja lo que ha sido Infancia Libre.

P.: María Sevilla es puesta en libertad y coincides con ella en TVE. ¿Qué ves? ¿Cómo es María Sevilla?

R.: Para mí es tremendo. En ese momento ella ya había sido detenida y había tenido que entregar el hijo al padre. Llevaba años denunciando que el padre abusaba sexualmente de su hijo, pero no me encuentro a una señora asustada. Me encuentro a una mujer que discute con todo el mundo con una sonrisa. Le digo que no concuerda y que no parece una persona que piensa que en estos momentos su hijo está sufriendo abusos de su padre.

P.: Otro caso que aparece en el libro es el de Carlos Salgado. ¿Cuál es su historia?

R.: Carlos se empareja con una mujer rusa que viene a España para casarse con él. Tienen una hija y se separan. Ella le denuncia por violencia de género, por unos hechos que archivan automáticamente y él empieza a avisar de que se va a llevar a su hija. El juez obvia sus avisos y se lleva a su hija allí. Él representa muy bien el amor de un padre por una hija o de una madre por una hija. Él se va a Kirguistán, intenta traerla, pero le pillan en la frontera y le acusan de secuestro de menores. Ahora lleva unos siete años sin ver a su hija y ha perdido un poco su suelo.

P.: Sergio Puerto, es otro de los protagonistas de “Algunos hombres buenos”, ¿Cuál es el relato de este asesor de Zapatero?

R.: Él trabajó en la Oficina Económica de Moncloa durante las dos legislaturas de Zapatero. Él es un convencido de que hay que legislar contra la violencia de género y la violencia machista, pero cuando se divorcia recibe varias denuncias con el que su exmujer se lleva a sus críos a Mallorca.

P.: ¿Para estos padres es importante que sus hijos sepan que han luchado por ellos?

R.: Todos hacen cosas que en ocasiones son absurdas, como dejar mensajes en redes sociales. Van dejando piedrecitas para que sus hijos vuelvan a ellos.

P.: ¿Alguno pensó en tirar la toalla?

R.: Sí, y te lo cuentan. Yo tengo un compañero en el periódico, Daniel, que es uno de estos ocho hombres. Su mujer ya estaba en paradero desconocido con su hija, había gastado un dineral en detectives, llevaba mucho tiempo medicándose... y él me admitió que había pensado en desengancharse de esto porque si no iba a morir, pero luego siguió y la recuperó.

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