Dos vecinos de Vizcaya se jubilan a la vez y su familia se lleva una sorpresa con su nuevo giro profesional

Vicente y Félix decidieron volver a madrugar cada día tras haberse jubilado y cuentan en La Linterna los motivos para dedicarse en cuerpo y alma a una nueva labor

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Dos vecinos de Vizcaya se jubilan a la vez y su familia se lleva una sorpresa con su nuevo giro profesional

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Vicente y Félix son dos jubilados, vecinos de Vizcaya, que han decidido dar un giro a su vida tras haber dejado sus trabajos de toda la vida. Su familia y su entorno más cercano se han llevado una auténtica sorpresa con la opción que han elegido y es que ambos se levantan cada día a las 5 de la mañana para dar el do de pecho a sus 68 y 73 años.

“Cuando me jubilé estuve buscando una alternativa para matar el tiempo, mi trabajo era de moverme bastante y yo soy de culo inquieto”, explicaba uno de ellos en La Linterna de COPE el pasado mes de noviembre. Ahora, siete años después de la jubilación, ambos son unas auténticas celebridades allí donde trabajan y toda una referencia para su familia y sus seres más cercanos.

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Vicente y Félix buscan un nuevo giro profesional tras jubilarse

Según un estudio de la Universidad de Barcelona, más de 6 millones de personas en España sufren pobreza alimentaria. Esta cifra equivale a la población valenciana y balear juntas. Por eso, es necesaria gente que ayude. Personas que se levanten cada día para recoger alimentos y dárselos a quienes más lo necesitan.

Los protagonistas de nuestra historia son Vicente y Félix, ambos jubilados en el País Vasco. Durante los últimos siete años se han volcado con el Banco de Alimentos de Vizcaya. Cada día recorren kilómetros y kilómetros en camión para almacenar víveres de supermercado. Pero, ¿cómo se sumergen estos dos valientes en esta aventura? Ambos comenzaron de una manera muy similar.

“Cuando me jubilé estuve buscando una alternativa para matar el tiempo, mi trabajo era de moverme bastante y yo soy de culo inquieto. Llegó a las manos una noticia del banco de alimentos y me pareció interesante, y ya van para 8 años”, explicaba uno de ellos a Ángel Expósito en La Linterna. Aunque no sea un trabajo, para Vicente y Félix sí que lo es. De hecho, llevan un ritmo que pocos aguantarían. Cada día se levantan alrededor de las seis y media de la mañana. Posteriormente, van al banco, y tras una breve reunión con el equipo, encienden la furgoneta y se ponen manos a la obra.

Dos vecinos de Vizcaya se jubilan a la vez y su familia se lleva una sorpresa con su nuevo giro profesional

130 kilómetros al día tras jubilarse

La mayoría de veces, a Vicente y a Félix les toca realizar sus recorridos por separado. Eso sí, ambas rutas, tienen su complejidad. Imagínate pasar pueblo por pueblo, tienda por tienda, recogiendo los alimentos que distintos supermercados te ceden. Ojo, no es una tarea fácil. “Hay que ir a Elorrio, a Ermua, a Markina, Durango... Todo ese recorrido de tienda en tienda no se puede hacer corriendo y, una vez esté el vehículo preparado sales con el coche porque tienes citas con cada tienda”, comentan.

“Una labor que desde luego es muy exigente”, como explica Expósito. En el caso de Félix, todos los días hace 50 kilómetros para recoger alimentos en Bilbao, mientras que, en un día normal, Vicente puede llegar a recorrer los 130 kilómetros fácilmente pasando por distintos pueblos de Vizcaya (Elorrio, Ermua...) Aunque eso sí, cuando les toca hacer un viaje fuera de la provincia cogen la furgoneta y se vuelcan.

A pesar de que están jubilados, ellos decidieron volcarse y dar todo su tiempo en el banco de alimentos. Eso sí, la recompensa para ellos es clara.. un satisfacción personal tremenda. “Todo depende del enfoque que le quieras dar, para nosotros no es un trabajo es un hobby, te llena cuando llegas al banco de alimentos y las familias te lo agradecen”, aseguran Vicente y Félix.

Vicente y Félix en su trabajo en el banco de alimentos / El Correo

Vicente y Félix en su trabajo en el banco de alimentos / El Correo

Imagínate, por un segundo, la cantidad de familias a las que alimentan cada día gracias a la ilusión y las ganas que ponen nuestros protagonistas. Atravesando todos los días, cada mañana, los numerosos pueblos del País Vasco. Está claro que ellos no se echan flores. Pero quienes sí le reconocen el esfuerzo diario son sus seres queridos. “Es una cosa que nos llena, que nos hace pasar el día y algo positivo, y la familia lo reconoce, todos saben que estamos haciendo una buena labor, pero para nosotros es algo callado”, reconocen.

“Se pegan unos madrugones bestiales”

Desde luego, que a Vicente y Félix no solo les valoran en sus casas. En el Banco de Alimentos de Vizcaya son claves para ayudar a todas aquellas familias que pasan hambre. En COPE hemos podido hablar con Luis Crobetto, el presidente subraya la implicación emocional de nuestros protagonistas.

“Me ilusiona ver que cuando vienen con producto bueno vienen felices y cuando vienen con poco vienen tristes, ves la entrega y la dedicación, y luego siempre están contentos. Es una cosa extraordinaria”. Y es que la dedicación y el esfuerzo diario es algo que define a la perfección la labor de Vicente Y Félix. A sus 68 y 73 años, siguen con las mismas ganas y la misma ilusión que el primer día. No miran el reloj. Hacen lo que haga falta para sacar adelante su trabajo.

“Lo trabajadores que son, nunca ponen una pega, se pegan unos madrugones impresionantes, se levantan a las 6 de la mañana, vienen aquí y, en lugar de irse a su casa, se ponen a limpiar la furgoneta para el día siguiente”.

De los bancos de alimentos se benefician más de 1.300.000 personas. Y en el contexto en el que estamos, con la guerra de Ucrania, la inflación o las consecuencias económicas de una pandemia, el número de españoles que necesita ayuda se ha multiplicado. “Hay un perfil nuevo que son gente con trabajo, pero con un sueldo tan precario que no pueden acometer sus gastos, ha aparecido un tipo de pobreza que antes no nos imaginábamos”, asegura Crobetto.

Por ello, hacen falta personas como Vicente Y Félix. El voluntariado en los bancos de Alimentos es necesario. Porque detrás de cada paquete de arroz, detrás de cada alimento que donas, hay una familia que lo puede necesitar.

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