Ángel Correas: “Sánchez estaría en otro tipo de negociación por encima de las siglas”

El monólogo de Ángel Correas en ‘La Mañana Fin de Semana’

Ángel Correas

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Y mientras tanto, en España la vida sigue igual... El PSOE sigue tratando de cerrar su pacto con ERC. Vueltas y más vueltas para encajar a los independentistas en la abstención y para que Esquerra encaje a este PSOE de Sánchez en la negociación.

Lo primero beneficiará a Sánchez. Lo segundo al independentismo, porque no negociarían sin la perspectiva de un beneficio. Ahora bien, lo que es bueno para el independentismo ¿es bueno para los intereses de España en su conjunto? No, en este caso, es bueno para Sánchez y luego ya veremos.

Desde luego, si fuera por un interés general ahora Sánchez no estaría negociando con quienes han intentado reventar el Estado Constitucional. Estaría en otro tipo de negociación por encima de las siglas.

Y este es también el sentir del socialismo clásico, el PSOE de González, Alfonso Guerra, o los expresidente regionales Leguina o Rodríguez Ibarra. Sin embargo, para la dirección actual del PSOE, las voces de estos socialistas son ecos de ultratumba, como si hablaran las momias de Museo Arqueológico Nacional.

EL PSOE de Sánchez solo existe desde la etapa de Rodríguez Zapatero a quien sí se le reconoce ese halo de sabiduría. Lo último del supervisor de nubes (ZP) es asegurar que Otegi fue decisivo para el fin de la violencia... Un hombre de paz.

Resulta inquietante pensar que a Pedro Sánchez le pudieran estar susurrando por un oído Zapatero y por el otro Pablo Iglesias.

Y sin ánimo de crear ningún tipo de alarma. No se puede bajar la guardia con el terrorismo yihadista, en ningún caso, en ningún momento y prácticamente en ningún sitio.

El mal llamado Estado Islámico fue derrotado en el terreno militar, pero antes del Daesh ya existía el yihadismo terrorista, y después del DAESH sigue existiendo. Los nombres que adopte son lo de menos. Son una marca de terror, Daesh, AL Qaeda. Son franquicias que se van sustituyendo en cadena.

Son esquejes de una misma raíz, el salafismo radical. En occidente o en cualquier otra parte del mundo se pueden contar todas las victorias que se quieran, militares o policiales, pero seguirán creciendo espinas si no se ataca a la raíz, la ideología que lo sustenta y que transforma a una persona en un instrumento de matar con cualquier cosa que tenga a mano, ya sea un cuchillo, un destornillador o el coche con el que ha ido a trabajar el día de antes.

Esta ideología, da igual la marca que haya usado, es la que cuchillo en mano y en las últimas horas ha vuelto a atentar en Londres y quizás en La Haya, en Holanda.

En la capital británica se ha llevado la vida de dos personas y ha dejado heridas a otras 3, en apenas 5 minutos, que es lo que tardaron los agentes de policía en abatir al terrorista, un hombre de 28 años que portaba un cinturón falso de explosivos.

Había salido de prisión hace menos de un año. Había sido condenado en 2012 por apología del terrorismo y por su vinculación con la preparación de un ataque terrorista a la Bolsa de Londres que fue desbaratado por la inteligencia británica, el famoso MI5. Tenía 20 años.

Salió de la cárcel porque aceptó llevar una pulsera de control. Y ya ven lo complicado que es controlar a un sujeto así, decidido a matar por muchas pulseras que lleve puestas.

Lo que acaba de pasar en Londres alienta un debate generalmente solapado, que llama poco la atención. Un debate sobre el control, reinserción, o rehabilitación, llámalo como quieras, de presos condenados por yihadismo.

Sobre este asunto, un par de datos interesantes en relación a España. Según un informe del prestigioso Real Instituto Elcano, un 10 % de los condenados por yihadismo en nuestro país, se radicalizaron en las cárceles y actualmente, algo más de 250 internos están sometidos a un especial control de riesgo de radicalización yihadista. Según este mismo documento, de aquí a 2022, en apenas dos años un centenar de condenados por yihadismo habrán salido de la cárcel al terminar de pagar su deuda con la justicia. ¿Cómo salen de prisión? Esa es una pregunta que no tiene respuesta.

Con este terrorismo yihadista, no se puede bajar la guardia, en ningún sentido. Se nos olvidan muy pronto los titulares. Quizás nos hayamos acostumbrado a la buena labor de Policía Nacional y Guardia Civil pero este dato es muy reciente de la Fiscalía General, el año pasado 2018, se alcanzó en España la cifra más alta de condena por actividades yihadistas, 73 condenados. Este año 2019, llevamos 36 detenidos por terrorismo yihadista en nuestro país. El riesgo existe.

De igual modo, es también una realidad que las Fuerzas de Seguridad en nuestro país han conseguido una eficiencia vital en la prevención y anticipación de las acciones terroristas que se puedan producir. Pero hay una máxima, no existe el riesgo cero.