Moncloa da el sí al catalán en el Congreso, pero no al 25% de castellano en las aulas
El acuerdo llega tras la tercera mesa de diálogo que vuelve a tener la cuestión lingüística en el centro del debate.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Gobierno de Sánchez ha respaldado la ley aprobada en el Parlament en la que se suprime el 25% del uso del castellano en las aulas. Sin embargo, Moncloa se compromete a promover el uso del catalán en las instituciones del Estado. Así lo recoge el texto pactado por ambas ejecutivas. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños ha definido el texto como un acuerdo para superar la judicialización de la política, así como reforzar las garantías de diálogo. Además, se ha realizado un segundo pacto para la protección de la lengua catalana.
De esta forma, el Gobierno central reconoce la autonomía de cada centro educativo para "reforzar una u otra lengua en función de su contexto social y cultural." Ignora, además, la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que establece un mínimo del 25% de clases en español, que muchos centros, por otro lado, se han negado a cumplir. Un nuevo golpe al castellano que denuncian desde la Asamblea por una Escuela Bilingüe en Cataluña, el hecho de que el Gobierno de Pedro Sánchez no vaya a recurrir esta nueva ley lingüística. Rafael Arenas, es miembro de la asamblea: "es algo a lo que están acostumbrados desde hace tiempo. Esto eran cosas que se hacían sin decir mucho y no pasaba nada y ahora están en las instituciones formalmente para el curso que viene, pero la política de controlar la lengua en el comedor, el patio, en casa, es de hace mucho tiempo."
Ana Martínez es profesora, tiene cuatro hijos y vive en Vila Seca, Tarragona. Ha tenido que recurrir varias veces a la Asamblea porque sus hijos no recibían el mínimo de horas obligtorias en castellano: "siento mucha frustación. Yo lo he pedido individualmente y no ocurre. Me parece inadmisible lo que nos están haciendo, son niños y los están adoctrinando a través de los libros y nadie nos ayuda, nos tienen apartados." Ana ha pedido en reiteradas ocasiones en el colegio de sus hijos ese 25%, llegando incluso a denunciarlo. Pese a ganar todas las sentencias hasta la fecha, la situación no ha cambiado en ningún momento en el centro, en el que viven situaciones como esta. En palabras de Ana, miles de adolescentes no quieren contestar en catalán y por ello reciben partes, así como cuando hablan en catalán con acento andaluz.
A todo esto no ayuda la nueva ley que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha elevado al Constitucional porque considera que excluye al castellano como lengua vehicular. Plantea así una cuestión de inconstitucionalidad sobre esta nueva normativa que ha aprobado el Govern después de la sentencia del 25% que los jueces consideran que el Parlament quiere bloquear. Una nueva ley que se supone que se basa en criterios "exclusivamente pedagógicos".
Jesús Jarque, pedagogo, explica que si la inmersión lingüística se acentúa en cursos superiores, existen más dificultades en el aprendizaje. El también escritor y orientador educativo señala otros problemas a los que se enfrentan los alumnos al dar clase en una lengua distinta a la materna. Y pone el foco en los casos de niños con necesidades especiales: "estudiar en un idioma diferente al materno puede ser una barrera para niños con autismo, con trastornos del lenguaje o dislexia. Además, deja en desventaja respecto a su formación a los alumnos que no tengan un dominio del castellano."
Un caso relacionado con esto es el de María, una madre colombiana. Su hija era la primera de su país, hasta que se mudaron a Cataluña: "mi hija hace las cosas como puede porque no ha tenido un plan individualizado como le prometiron, no respetan lo del 25% que pedí y siempre se dirigen a ella en catalán, aunque lo haya pedido. Siempre fue buena alumna hasta llegar a Cataluña."
Hay algo clave en toda esta cuestión. Esquerra votó a favor de la actual ley de Educación, la LOMLOE, que recoge que "al terminar la escolaridad obligatoria, los alumnos deben tener un dominio pleno del castellano." Es decir, que en coherencia con lo que ha votado el ejecutivo catalán, debería impartirse ese mínimo de clases en castellano. Así habla de ello Gregorio Luri, pedagogo y filósofo: "se está haciendo una trivialización que lo que está haciendo es que sus alumnos acaben siendo extranjeros de sus propias lenguas. El catalán está pagando un precio por intentar convertirse en la única lengua vehicular. Los catalanes son incapaces de entender libros de lectura infantil." El pedagogo y filósofo ha querido lanzar una pregunta a los padres catalanes: "se le debería preguntar a los padres si tener el dominio y las competencias del castellano es para su hijo una ganancia o una pérdida."
Habrá que estar pendientes de lo que diga el Constitucional. De si considera o no que la ley de lenguas de Cataluña bloquea ese 25% de castellano obligatorio en las escuelas. Aunque ya sabemos que una cosa es lo que digan los jueces y, otra muy distinta, lo que luego se aplique en los centros. Y, en general, de las próximas concesiones del Ejecutivo de Sánchez al independentismo. Con todo el tema de la desjudicialización en el aire y la vista puesta en una nueva reunión bilateral, la cuarta, que, se supone, se producirá antes de que termine el año.