Foto de Cierre (17-02-2018) Candelas como lágrimas

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Me quedo para terminar con una foto a doble página que publica el diario ABC. En mitad de la noche, decenas, cientos de puntos de luz se elevan sostenidos por brazos en su mayoría desnudos. Cuando te fijas ves que las luces parecen titubear, que parecen lágrimas, estrellas de llanto. En la parte inferior de la foto se distinguen los rostros, serios, concentrados. Más arriba los destellos de las velas se van reuniendo y solo se distingue el fogonazo. Cientos de fogonazos sostenidos cada uno por quien reza por los muertos, por quien no quiere que la negra noche y la oscuridad se apodere de las 17 víctimas. Cada fogonazo es un deseo sostenido en el aire, un deseo, una compasión en llamas, un grito que en silencio afirma que las 17 víctimas no se las ha tragado la nada, la luz en su lucha contra la tiniebla que a veces parece invadirlo todo, la luz sostenida como petición, como manifiesto contra la oscuridad.

La foto es una imagen tomada en Parkland y al verla se da uno cuenta de que ha pensado en esta matanza simplemente como una matanza más, acaso ha hecho uno consideraciones justas sobre la barbarie que supone el hecho de que en Estados Unidos todo el mundo tenga armas, sobre la barbarie que supone que el rifle usado y más vendido en Estados Unidos valga solo 500 euros. Consideraciones justas, necesarias, e insuficientes que te deshumanizan..., una matanza más. Sin sostener de alguna manera esas candelas como lágrimas por estos chicos que fueron a clase y encontraron la muerte uno se suma, sin querer, a la oscuridad.

Una buena mañana sale uno de casa acaso con la angustia por un examen, acaso con el beso en los labios de la noche anterior, con su música en los oídos, con las pequeñas y grandes cosas que llenan nuestros días, luego los disparos y el llanto. Siempre distraídos, que hay que ver qué poco somos, que solo un soplo, una ráfaga esta vez de balas, te devuelve a la nada. ¿Volvemos a la nada? ¿Dónde quedan las angustias, los anhelos, los deseos, los caricias, los besos en los labios? Ustedes perdonen, un locutor de radio, un periodista, está para hablar de política, para hacer consideraciones justas no para hacer esas preguntas, nos habíamos puesto de acuerdo para no hacerlas nunca. Ustedes perdonen.