Ángel Correas: "Con el coronavirus, el miedo o el temor se propagan más rápido que la propia enfermedad"

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Son 43 las personas afectadas por el coronavirus en España a las que habría que sumar los dos pacientes que ya se han recuperado.

La Conselleria de Salud de la Generalitat ha confirmado la mañana de este sábado dos nuevos casos de coronavirus, por lo que ascienden a seis las personas afectadas en Cataluña. Dos casos se han detectaban en el País Vasco y se suman a los 10 en la Comunidad Valenciana, los 8 de Andalucía, 7 en Madrid, 5 en Canarias, 6 en Cataluña, 2 en Castilla y León y 1 en Aragón. A lo largo del día de hoy podría haber más.

Dos de los casos, en la Comunidad de Madrid, se encuentran en estado grave y los 37 restantes están con buen estado o asintomáticos, incluso algunos de estos pacientes hacen el aislamiento en su propia casa.

En Tenerife ha terminado la cuarentena para los huéspedes de un hotel en Adeje. Ninguno ha dado síntomas después de haber compartido hotel con los 4 turistas italianos infectados

El caso más llamativo, con más interrogantes en nuestro país es el caso de un paciente de Sevilla de 62 años ya que se trata de un contagio local. El médico que le trató, de 58 años, también ha dado positivo. Ambos tienen buena evolución.

La clave precisamente está en seguir los pasos de las personas contagiadas para poder contener la expansión. Por un lado los que se contagiaron fuera, como los pacientes italianos o las personas que viajaron a Milán pero sobre todo, aquellos que se han contagiado en España, sin salir de nuestro país. Cómo, cuándo, dónde y por quién. Acotar lo máximo posible la búsqueda del paciente cero y los contactos posteriores. En esta fase 1, es en la que están ahora mismo las autoridades.

El ministerio de Sanidad insiste en mandar un mensaje de tranquilidad y por ejemplo, por ahora, se descartan medidas más drásticas como las de suspender actos en lugares públicos.

Lo cierto es que todo este brote en España deja también noticias de lo más curiosas. Los hospitales de la Comunidad Valenciana denuncian el trapicheo con mascarillas, en Madrid ha ocurrido lo mismo y en Valladolid, alguien ha sustraído directamente 250 cajas con 5000 mascarillas probablemente para revenderlas en páginas on line. Para algunos esto de las mascarillas está siendo un negocio. Según la Federación de Distribuidores Farmaceuticos las ventas se han incrementado más de un 8000 % desde que esta semana comenzaron a salir las noticias. Así que, según la ley de la oferta y la demanda de toda la vida, los precios se han disparado.

Por ejemplo, esta semana, un paquete de 100 mascarillas paso de costar menos de 4 euros a superar los 140. esto hace que incluso estas páginas rastreen a estos vendedores para tratar de localizar a quienes especulan con estos productos. En España, el Ministerio de Sanidad no valora por ahora la posibilidad de cancelar actos públicos pero apela a la prudencia, para los catastrofistas y para los demasiado optimistas.

Precisamente es la capacidad de transmisión del virus y no tanto su agresividad lo que pone en alerta a la Comunidad Internacional.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elevado el riesgo de expansión a "muy alto" si bien no contempla todavía la declaración de pandemia, que implicaría que la situación es incontrolable a escala mundial.

Actualmente son más 83.000 los contagiados en todo el mundo. Para los científicos de la OMS, las medidas de contención empiezan a funcionar en China donde los casos de contagios se van reduciendo. El coronavirus ha llegado a África, a Nigeria aunque la situación más complicada se vive en Irán con más de 200 muertos, Corea del Sur donde los casos se han disparado e Italia. En este país europeo donde contabilizan más de 800 contagios, 21 personas fallecidas y 46 dadas de alta.

Mientras tanto la batalla a contrarreloj sigue en el campo científico para tratar de encontrar una vacuna. En las últimas horas, los científicos han conseguido descifrar el genoma, el material genético del virus en un paciente brasileño de 61 años. El resultado es que el virus ha mutado 3 veces con respecto al original de Wuhan. Conocer el genoma resulta fundamental para saber cómo se trasmite y cómo atacarle.

Sin embargo, hasta que no se anuncie la solución seguirá reinando al incertidumbre. Y el miedo, o el temor se propagan más rápido que la propia enfermedad.

Las bolsas han sufrido el mayor desplome en 10 años y en España el IBEX 35 ha perdido esta semana casi un 12%, al rededor de 70 mil millones de euros. En Wall Street la caída ha sido similar a la de la crisis de Lehman Brothers en 2008. También se han cancelado 2 eventos de referencia a nivel mundial. La Feria Mundial de Turismo de Berlín y nada menos que el salón del Automóvil de Ginebra. Mientras el mundo se mueve en estas horas al ritmo que marca el coronavirus en Siria llevan 9 años pendientes del ritmo de las bombas.

Daesh, rebeldes, kurdos, tropas gubernamentales de Al Assad, Al Qaeda, Ejército Libre Sirio, tropas rusas, turcas y algo de norteamericanas. Nombres que en los últimos 9 años han ido protagonizando los combates en ese país. Ahora estamos entrando en una nueva y peligrosa fase por el control de una región fronteriza del norte, Idlib.

En ese punto se bordea la guerra abierta entre Turquía, socio de la OTAN y Siria que cuenta con el apoyo directo de Rusia. Y digo se bordea porque hablamos de ya de 33 soldados turcos muertos tras un ataque y centenares sirios en la respuesta de Ankara.

No conviene pasar por encima de esta noticia. Rusia ha enviado más barcos a la zona y Turquía presiona para que la OTAN se posicione a su favor. El jefe de la diplomacia Europea, el español Josep Borrell, habla de situación urgente que puede acabar en un conflicto internacional y en medio de todo esto; la población civil.

Aquí todo vale. Ahora mismo Turquía alberga a casi 4 millones de refugiados sirios. 4 millones de razones con las que presiona a la Unión Europea para que mueva ficha. 4 millones de personas que, se si les dejan, se moverán con la intención de llegar a Francia, Alemania, Italia, España o Grecia. El mensaje es claro, si Europa no se implica, Turquía abrirá las fronteras y tendremos otra crisis migratoria servida. Es una olla migratoria a presión y Turquía controla la válvula de paso.