Ángel Correas: "Iglesias y Errejón, no hay peor cuña que la de la propia madera"

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Mañana se acabó lo que se daba, oficialmente. Mañana el rey Felipe VI firma el decreto de disolución de las Cortes y el martes tendremos la convocatoria de nuevas elecciones. Así que, técnicamente vivimos las últimas horas de esta legislatura express que apenas ha durado 5 meses.

Hoy dice la Vicepresidenta Carmen Calvo en El País que “Las elecciones, en democracia, nunca pueden ser un fracaso”. Y tiene razón. Las elecciones no son un fracaso. Lo que es un fracaso es tener que volver a convocarlas en menos de 6 meses por la incapacidad para formar un gobierno estable. Eso sí es un fracaso, y por eso unos y otros tratan ahora de repartirse la culpa.

No deja de ser un fracaso también que después de 4 convocatorias electorales, con sus 4 campañas el ciudadano este más que hastiado de la política en general. Flota en el ambiente político una inquietud por el nivel de abstención que esta convocatoria electoral del 10 de noviembre puede alcanzar.

Aún así, se abre la veda, a la caza del voto que está más perezoso que nunca. El 15 de octubre se presentan las listas electorales y el 1 de noviembre, arranca la campaña electoral. El día de Todos los Santos, ya es casualidad.

La verdad, es que el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez lleva en campaña desde el 28 de abril pero ahora ha puesto la maquinaria electoral a plena potencia. Por ejemplo, anunciando, desde la rueda de prensa del consejo de ministros, una subida de las pensiones y del sueldo de los funcionarios si gana el PSOE y ahora filtrado que en los próximos días desbloqueará 4.700 millones de euros para las autonomías y evitar que tengan que hacer cualquier ajuste. Este tema tiene su miga.

La Abogacía del Estado ha advertido de que al tratarse de un gobierno en funciones no puede disponer de esa suma tan abultada porque compromete al gobierno que pueda venir después, se cual sea. Esto mismo, literal se lo explicaba hace apenas 20 días la ministra de Hacienda, María Jesús Montero a Carlos Herrera en los micrófonos de COPE

No se podía, pues ahora, parece que se puede sortear la ley. ¿Qué ha cambiado en estos 20 días? Que ahora hay una convocatoria electoral y no es bueno tener a las comunidades autónomas quejándose de la parálisis institucional y señalando al gobierno de turno para recibir el dinero que les deben. Porque si no hay dinero, puede haber recortes y eso en plena campaña y fuera de ella, no es bueno para nadie. Para explicarlo gráficamente, se abre el grifo y un problema menos.

Que las autonomías tengan el dinero que les corresponde es bueno para todos, otra cosa es el oportunismo del Gobierno en funciones.

Buscando su oportunidad parece estar un personaje político que andaba agazapado en los últimos meses. Íñigo Errejón. Antaño mano derecha de Pablo iglesias en Podemos, decidió apartarse para formar un tandem electoral con Manuel Carmena y consiguió arañar bastantes votos a los podemitas en Madrid

Ahora, tras el chasco de la investidura y del gobierno de coalición, crece su sombra sobre Pablo Iglesias. Es el factor Erre. El factor Errejón. Este domingo, las bases de su partido, Más Madrid, se reúnen para decidir si se presentan a nivel nacional.

La posibilidad de que Errejón sea candidato ha despertado muchos recelos en Podemos. El antaño camarada Juan Carlos Monedero le está dedicando todo tipo lindezas en las redes sociales: en el ultimo tweet Monedero le dice; “Me abochorna lo que estás haciendo Iñigo. Respeta de dónde vienes”.

No hace ninguna gracia a la dirección de Unidas Podemos la alternativa de Errejón y desde luego para Pablo Iglesias es el peor momentos para que le salga un rival en el gallinero.

Con estas cosas, al final, viene a la cabeza el refranero español. “no hay peor cuña que la de la propia madera”.

Y este es un domingo que cierra una semana negra en cuanto a violencia doméstica... Hay determinadas ocasiones en las que la realidad puede superar a la ficción o al menos igualarla... el caso ha ocurrido en Viladecans, en Barcelona y es la culminación de 3 meses de investigación de los Mossos d'escuadra.

El pasado 18 de junio los servicios de Emergencia acudieron a una vivienda para asistir a una mujer que había sufrido una hipoglucemia, una bajada grave de azúcar. No pudieron hacer nada por salvarla. Ya había fallecido.

En principio se trató de una muerte natural pero a la policía le llamó la atención la actitud del marido, que lejos de llamar a emergencias para no perder tiempo, había optado por acudir hasta la comisaria para avisar de lo ocurrido.

La autopsia confirmó la muerte por hipoglucemia pero la policía tenía motivos para seguir investigando, como mínimo un delito de omisión de socorro. No se imaginaban lo que iban a encontrar una vez tuvieron acceso al teléfono móvil del marido. Allí estaba la prueba más contundente

Efectivamente, el detenido no solo no había auxiliado a su mujer sino que, mientras a ella se le escapaba la vida, éste se dedicó a grabar tranquilamente con el teléfono y guardó el vídeo en su móvil.

No se si es crueldad, odio o enfermedad, eso lo dirán los especialistas. Pero sabiendo el final que ha tenido esta mujer no es difícil imaginar que tuvo que vivir una auténtico infierno.