Correas: "Con Calviño, el Gobierno vendió la piel del oso antes de cazarlo, y el oso se escapó"
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España registra en este sábado más de 70 focos activos de coronavirus. Sin duda, dos zonas de este país tienen en las próximas 48 horas un reto histórico por delante. Celebrar unas elecciones en tiempo de coronavirus. Ambas administraciones, vasca y gallega, aseguran que se puede votar con tranquilidad y garantías. Eso sí, con mascarilla, distancia de seguridad, rápido y sin entregar el DNI en mano.
ELECCIONES EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS
En Galicia se han supervisado todos los colegios electorales y su mobiliario. Hay más de 2 millones de mascarillas preparadas y 40.000 geles hidroalcohólicos.
Antes de votar Galicia y País Vasco viven su jornada de reflexión pendientes de la comarca de A Mariña en Lugo y del Municipio de Ordicia en Guipúzcoa.
En ambos casos, cerca de 500 vecinos con COVID 19 detectado no podrán acudir a votar mañana domingo, algo más de 250 en Galicia y otros 200 en el País Vasco. Hay quien plantea dudas sobre la legalidad de esta medida pero lo cierto es que la situación es totalmente inédita y este caso bien puede crear jurisprudencia o aclarar qué hacer si como ha ocurrido se solapa el derecho al voto que los poderes públicos tienen la obligación de garantizar con una situación de salud pública que los poderes públicos también tienen la obligación de garantizar.
Mañana domingo hablaremos mucho de los votos en Galicia y País Vasco. Recuerda que podrás seguir el resultado de estos comicios autonómicos en el Especial Elecciones que haremos en COPE este domingo a partir de las 20.00 con Ángel Expósito al frente, el escrutinio en directo, periodistas de COPE en las sedes de los partidos y en todos los puntos donde haya noticia, y los analistas de COPE para explicar las claves de las elecciones. Toda la información al minuto en Cope.es.
CALVIÑO DERROTADA EN SU INTENTO DE CONVERTIRSE EN LA PRESIDENTA DEL EUROGRUPO
Pero, hay que seguir hablando de votaciones, la del fiasco del gobierno en Europa al quedarse la vicepresidenta tercera Nadia Calviño sin la presidencia del Eurogrupo. El Gobierno había vendido la piel del oso antes de cazarlo, y el oso se escapó.
La propia Calviño ha desvelado que tenían apalabrados 10 votos pero que alguien cambió de idea en el último momento. ¿Quién cambió? Saberlo es casi imposible porque el voto es secreto pero la clave ya no es tanto es el quién sino el por qué. Y hay quien dice que el Gobierno de coalición español no genera demasiada confianza.
Entre los ministros que seguramente no apoyaron a Calviño están los que representan a los denominados países “frugales”, esos países del norte de Europa que ahora pretenden apretar las tuercas para acceder al fondo de recuperación de la Unión Europea, los 750.000 millones de euros. Y una de las tuercas que pretenden apretar es precisamente, la nuestra, la de España.
EL GOBIERNO Y LA MONARQUÍA
Y mientras esto sucede en Europa, donde nos jugamos bastante, en España el Gobierno de coalición se retroalimenta abriendo el melón sobre la monarquía. La investigación sobre el rey emérito sirve a Pablo iglesias como cortina de humo para tapar el caso Dina. Ese caso en el que se investiga el robo de la tarjeta de memoria del móvil de una ex asesora de Podemos, una tarjeta que le entregaron a Pablo Iglesias y que él devolvió a su dueña meses después y, además, dañada. Un hecho que ha servido al juez para retirar la condición de víctima al propio Iglesias y por el que el propio iglesias está denunciado.
Un caso en el que también se ha abierto una investigación sobre uno de los fiscales anticorrupción para aclarar si filtró información precisamente a la abogada de Pablo Iglesias. Pero dice el vicepresidente que aquí lo importante es el debate social sobre la monarquía. No se habla de otra cosa en los bares.
El vicepresidente hecha más leña a este fuego para que salga más humo. La estrategia es extender la sombra de la investigación sobre Don Juan Carlos a la figura del actual rey Felipe VI. Para Iglesias es mejor que se hable de esto o de la cría del mejillón salvaje. De cualquier cosa, antes que de la tarjeta del móvil.
Pero es una estrategia de la que no acaba de distanciarse el Presidente del Gobierno que se mueve en una calculada e inquietante ambigüedad.