Correas: "El IMV es ahora necesario, pero la solución no puede reducirse a un subsidio permanente"

El Gobierno ha aprobado en consejo de ministros el Ingreso Mínimo Vital una medida que ha llegado a termino después de varios "tiras y aflojas" entre miembros del Gobierno.

Al final, Unidas Podemos lo presenta como un mérito propio casi al margen o a pesar del PSOE, o al menos de los ministros más técnicos. El vicepresidente Pablo Iglesias se ponía la medalla y hablaba de día histórico.

Bombo y platillo al margen, lo cierto es que este ingreso mínimo vital puede llegar a 850.000 hogares, según las estimaciones del Gobierno, y a más de 2.000.000 millones de personas. Según estos mismos cálculos podría sacar de una situación de pobreza extrema a 1,6 millones de ciudadanos.

Su tramitación se activará a partir del 15 de junio aunque tendrá efectos retroactivos al día 1 de junio. Las cantidades a cobrar oscilarán entre los 462 y los 1015 euros mensuales dependiendo de ingresos, patrimonio, edad y sobre todo del número de personas en los hogares que los soliciten.

Para hacernos una idea, el mínimo (esos 462 euros) los puede percibir un adulto que viva solo y la máxima cuantía (los 1015 euros) una familia con 2 adultos y más de 2 hijos.

En principio se puede solicitar a partir de los 23 años y hasta los 65 aunque, aunque si hay menores a cargo se puede pedir a partir de los 18 años. También se expone como requisito un año mínimo de residencia legal en España.

Se contemplan sanciones si ese dinero no se gasta en necesidades básicas o si no se sigue una búsqueda activa de empleo, pero ¿cómo y quién va a controla eso?

El gasto anual se estima en 3000 millones de euros y es una subsidio permanente e ilimitado. Este es el marco general.

A nadie se le escapa la crisis económica que tenemos a las puertas y esta puede resultar una medida económica necesaria como plan de choque ante la precariedad que se avecina para muchas familias. Eso está claro. Ningún estado puede abandonar a su suerte a centenares de miles de personas. Es necesaria una ayuda urgente ligada a la situación actual. Ahora bien, una vez abordada la urgencia la clave está en generar de nuevo oportunidades para toda esa gente que ahora se ve abocada a las colas para obtener comida.

La oportunidad para la mayor parte de estas personas no debería ser la de quedarse en un subsidio permanente sino generar alternativas a ese subsidio, generar empleo que abra los horizontes a estas personas, más allá de un dinero mínimo al mes que, en algunos casos, puede dar lugar todo tipo de picarescas e incluso economía sumergida.

Y esa, la necesidad de ir más allá del subsidio, no parece ser la prioridad con la que el vicepresidente segundo Pablo Iglesias ha anunciado este Ingreso Mínimo Vital que ya se ha presentado con vocación de permanencia por mucho que se incluya entre los requisitos la necesidad de seguir buscando empleo. Es decir, no responde solo a un plan de choque necesario por la coyuntura económica, sino que responde más bien a un modelo.

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