Correas: "Si Venezuela no importara, a lo mejor Ábalos no habría ido de madrugada a Barajas. Pero fue"
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La extraña visita y recepción del ministro Ábalos a la número dos del régimen de Maduro, Delcy Rodríguez, en Barajas está poniendo de los nervios al Gobierno de coalición de Pedro Sánchez.
Ya no es solo que no hayan dado una versión coherente del episodio del aeropuerto en cuestión, es que hemos visto cómo el Gobierno ha ido pegando bandazos esta semana hasta decir una cosa y la contraria en menos de 24 horas. Hemos visto cómo Pedro Sánchez, que no hace tiempo reconoció a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, ahora le tilda de jefe de la oposición y hemos visto y escuchado cómo la ministra de Exteriores trata de matizar el asunto y habla de Guaidó como presidente y opositor al mismo tiempo, según le venga bien a Sánchez, por lo visto.
El Gobierno de coalición va tropezando constantemente y es curioso ver cómo la parte que más se está desgastando es la del PSOE mientras el ala de Podemos simplemente vigila. Todo va bien mientras que de Guaidó se hable como jefe de la oposición y mientras Maduro hable de España como un país amigo de su gobierno bolivariano, como ha dicho en su última intervención.
Oficialmente, Exteriores no ha respondido nada a estas palabras de Maduro, pero fuentes oficiales que cita la agencia Europa Press consideran que esa propuesta para facilitar el diálogo en Venezuela será bienvenida si es “sincera”...
Aquí está la aportación de Zapatero, que es el asesor en esa mesa de diálogo de la que habla Maduro y por eso estaba el ex presidente del Gobierno español la semana pasada en Caracas. Haciendo el juego al régimen.
El Gobierno no consigue aclarar las dudas sobre la visita de Delcy, sobre su cambio de parecer en cuanto a Guaidó, sobre la posición real de España con Venezuela y da la sensación de que cada día puede dejar un nuevo titular más desconcertante que el anterior. Ahora hay dos más; en el diario Voz Pópuli, que destapó el encuentro de Barajas, se dice que, aquella madrugada, la Embajada de Venezuela se llevó 40 maletas del avión en el que viajaba Delcy Rodríguez. En el diario El Mundo cuentan que la Policía del CNI tenía orden de vigilar a Delcy si venía a España y que al ministro Ábalos le pusieron contra vigilancia cuando fue a Barajas.
Ante el goteo constante de informaciones y la falta de explicaciones, la respuesta del Gobierno Sánchez es la de la huida hacia adelante. La vicepresidenta Carmen Calvo trata de diluir todo este caso y tira por la calle de en medio. Dice que "Venezuela no le importa a nadie" y es un "combate inútil" promovido por la derecha.
Eso sería ideal para el Gobierno. Que no importara lo que pasa en Venezuela. Que se hiciera la vista gorda con los más de 5.000.000 de personas que han abandonado ese país, su país, por la situación económica, política y social. Que no se tuviera en cuenta a los casi 300.000 venezolanos que viven en España (unos ya nacionalizados y otros no) o a los más de 40.000 a los que se les concedió asilo político en nuestro país, solo el pasado año. Que no importaran las 72 grandes empresas españolas con alguna inversión en Venezuela, un país en el que viven, por cierto, cerca de 170.000 españoles. Y, ahora mismo, sería mucho más cómodo para este Gobierno que tampoco importaran los lazos históricos o culturales. Pero son innegables.
Sí que importa. Y la oposición puede tener sus estrategias, acertadas o no, pero este Gobierno se ha metido en un auténtico lío político, de comunicación y hasta diplomático, y la solución no parece tan sencilla como decir que es un tema que no le importa a nadie. Si no importara, a lo mejor Ábalos no habría ido de madrugada a Barajas. Pero fue.