Antonio Herráiz:" En una insurrección tú no te vas a merendar, a no ser que los insurrectos sean amigos tuyos"

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En el juicio contra la cúpula separatista catalana, otra jornada más, un nuevo testigo ha vuelto a relatar la violencia que se vivió los días previos al referéndum. Las miradas siguen puestas en todo lo que rodeó al registro a la Consejería de Economía el 20 de septiembre.

Aquello era un polvorín, los propios Mossos de Escuadra advirtieron a la Guardia Civil que si salían con el material les iban a machacar, les iban a matar. Las imágenes que pudimos ver todos, el estado en que quedaron los coches de la benemérita también, pero los hay que trataron de ironizar con aquel tumulto que refrenda la acusación de rebelión. Ahí está Rufián, que dijo que él ese día se fue a merendar y dudo mucho que en una rebelión pueda uno salir a merendar.

Hoy el testigo protagonista ha sido el teniente coronel de la Guardia Civil al mando de la investigación del 1 de octubre. Otro mando más ha reiterado que en los días previos al referéndum ilegal, Según Daniel Baena, Cataluña era un polvorín.

Clima de insurrección. En una insurrección tú no te vas a merendar, a no ser que los insurrectos sean amigos tuyos y sólo se muevan cuando tú se lo ordenes. O Jordi Sánchez. O el que sea. Por cierto. Los independentistas tratan de desacreditar la versión de este teniente coronel. La acusan de opinar en twitter contra el separatismo.

Y en Valladolid tres sucesos diferentes, tres muertes sin conexión entre ellas ha devuelto a primera línea el problema de la soledad. Hablamos de una mujer de 88 años, otra de 78 y un hombre de 57 años. A la más mayor la echó de menos un familiar, la otra mujer llevaba tres días fallecida y el hombre fue localizado muerto porque en su casa tenía una gotera.

Cuando no es una opción, la soledad, en ocasiones, se convierte en un gran problema. Y aquí los datos merecen una reflexión. En España hay más de 4 millones 600.000 personas que viven sólas. Y casi dos millones, es decir, un 41% tienen 65 años o más. Y con esta cifra, toca abordar este fenómeno de forma coordinada. Hay que reforzar los programas de acompañamiento y también de socialización de estas personas que viven solas y que esa soledad no es voluntaria.