Guillermo Vila: "La economía española, la real, no va como una moto como dice Sánchez"
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Este sábado arranca el que probablemente sea el fin de semana más festivo de todo el año, en el que más millones de personas andan en la playa, en el pueblo, disfrutando de este puente de la Asunción de la Virgen. Un fin de semana en el que poco a poco vamos a ir despidiendo este calor extremo que hemos vivido toda la semana. Aunque aún hoy llegaremos a los 40 grados en zonas de la mitad sur, en el Valle del Guadalquivir y en Canarias. Cuidado en las islas porque allí es donde va a concentrarse el calor este fin de semana, sobre todo en el interior de Gran Canaria.
Y ¿cuál es la buena noticia de este fin de semana? Pues mira, hay una indiscutible, imprescindible. Es que si hay algo que echamos de menos del verano no es tanto el fútbol, sino a Paco, a Pepe, a Manolo, a todo el equipo de Tiempo de Juego. Este fin de semana vuelve la liga y vamos a poder disfrutar de los líderes de la radio deportiva. En la tarde de ayer ya vibramos con los dos primeros partidos de liga: Sevilla 1, Valencia 2 y Almería 0, Rayo Vallecano 2. Hoy vuelve la liga y Tiempo de Juego, a partir de las cuatro de la tarde, así que, se acabó la espera. Y esto va a venir muy bien, además, en este fin de semana de tantas horas en el coche.
Precios cada vez más altos
Dice la DGT que hasta el martes se prevén más de 8,5 millones de desplazamientos. Así que vamos a ver los restaurantes y los bares llenos y todo esto suceden en un contexto en el que los precios siguen disparados. Menos que hace seis o 12 meses, es verdad, pero el IPC sigue subiendo. De hecho, en julio, según el dato confirmado de este viernes, el IPC ha repuntado después de dos meses en los que se había moderado. Los precios subieron en julio un 2.3 por ciento. Además, la inflación subyacente -que ya sabes que es la que no tiene en cuenta los precios de la energía ni de los alimentos no elaborados, por ser los más volátiles- se situó en julio en el 6,2 %. Es decir, tres décimas más que en junio, con lo que su diferencia con el IPC es de casi cuatro puntos.
Y lo que es peor, lo que notamos todos cada vez que vamos al supermercado, la cesta de la compra es un 10,8 % más cara que hace un año y, ojo, un 30 % más que hace cuatro años.
Las razones que dan los expertos para explicar por qué cuesta tanto bajar ese dato, para contener los precios de los alimentos, pues son diversas. Raymond Torres, director de coyuntura de la Fundación de Cajas de Ahorro, explica que es el sector servicios lo que está detrás de este repunte de los precios. Y que en los próximos meses veremos cómo la inflación general va a seguir subiendo
Seis de cada 10 componentes de esa cesta suben muy por encima de ese 10,8 %. Y estamos hablando de productos básicos como el arroz, los cereales, los productos lácteos, el aceite de oliva, la carne, las legumbres o el azúcar. Un encarecimiento que está provocando cambios en la forma en que consumimos. Seguro que tú también tienes tu receta, como por ejemplo, sustituir productos de más calidad por alternativas más económicas, cambiar la ternera por el pollo, ir a comprar sin hambre, hacer listas exhaustivas de lo que necesitamos, ir a las marcas blancas. Se está produciendo una adaptación de cómo compramos porque la economía española, la real, no va como una moto, como dice Sánchez, que debe ser que, desde el Falcon no tiene la perspectiva adecuada para saber lo mal que lo están pasando millones de familias de nuestro país.
Pero no son solo los alimentos, es que la gasolina también está tirando de los precios. En la última semana, la gasolina se ha encarecido un 1,8 % y el diésel se ha incrementado un 3,4 %. Llenar un depósito de 55 litros de gasolina cuesta 92 euros y 85 euros si es un coche diésel. ¿A qué se debe esta subida de precios y, sobre todo, ha tocado techo? En Herrera en COPE, Víctor García, secretario general de la Agrupación Española de Vendedores de Carburantes, explicaba que, entre otros factores, es fundamental la reducción en la fabricación por parte de los países exportadores. Pero, eso sí, insistía, para tranquilidad de todos, en que no parece probable que los carburantes vuelvan a los 2 euros.
Jóvenes en casa de sus padres hasta después de los 30
Es decir: que la inflación, pese a los cantos de sirena y el optimismo del Gobierno, ni mucho menos está derrotada. Seguimos con precios disparatados, la economía no va como una moto. ¿Cómo se puede decir eso en un país en el que, como supimos ayer, los jóvenes ya no pueden independizarse hasta pasados los 30 años?
Y de la política qué, te preguntarás. Por un lado, está lo del mapa de los gobiernos autonómicos surgidos de las elecciones del 28 de mayo. Ya solo queda por formarse el de Murcia. Si no llegan a un acuerdo PP y Vox antes del 7 de septiembre, habrá que repetir las elecciones. El lunes comenzará el debate para la investidura de la socialista María Chivite en Navarra y, este viernes, tomaba posesión como presidente de Aragón el popular Jorge Azcón. El presidente aragonés, por cierto, que se mostraba muy crítico con el papel de los partidos independentistas en la gobernabilidad de nuestro país.
Pues lo cierto es que eso es precisamente lo que está pasando, lo que tiene toda la pinta que va a seguir pasando. Que a pesar de su pérdida de votos, los proyectos que pretenden desmembrar España son más influyentes que nunca. Lo estamos viendo en las negociaciones de cara a la investidura del próximo gobierno de España.
Un proceso que va a vivir una especie de partido de pretemporada este próximo jueves 17 de agosto con la constitución de la mesa del congreso de los Diputados. Y, ojo, porque lo que suceda en esa votación puede darnos muchas pistas de lo que puede ocurrir después.
¿Qué es lo más probable? Pues seguramente que Pedro Sánchez, cediendo que es gerundio, logre convencer a la retahíla de partidos de izquierda, extrema izquierda e independentistas de toda condición y se hagan con la presidencia y la mayoría de la mesa. Es decir, con 5 de los 9 puestos. Para ello, claro, tienen que convencer a los 7 diputados de Junts, partido que ya advierte de que si el PSOE no cede a sus exigencias -amnistía y referéndum de autodeterminación- están dispuestos a paralizar el estado.
Para convencer a Puigdemont, los socialistas ya han deslizado que están dispuestos a mirar para otro lado y, pese a no darse las condiciones, facilitar a Junts y a Esquerra que tengan grupo parlamentario propio. ¿Será suficiente? Lo veremos en esta semana en la que las negociaciones van a ir subiendo de nivel. Pero hasta el último momento no saldremos de dudas porque, como bien saben los equipos de fútbol que negocian con los futbolistas y sus representantes, el reloj es un arma de presión extraordinaria.
De momento, en el PP siguen pensando que pueden hacerse con la presidencia de la cámara. Y con el gobierno de España. Aunque, a pesar de las interpretaciones que muchos han hecho de unas palabras de Elías Bendodo de esta semana, insisten en que negociar directamente con Puigdemont no está sobre la mesa.
En el PSOE, mientras tanto, no cambian de estrategia. Llevan toda la semana mandando videos enlatados de sus portavoces, con un fondo de unas plantas, insistiendo en lo mismo. Que PP y Vox son lo mismo y que juntos poco menos que quieren volver a la Edad Media.
El PSOE, que se escandaliza de los acuerdos del PP con Vox, mientras se sienta a negociar con Bildu, el partido lleno de terroristas y asesinos que aún no ha condenado la barbarie de ETA. Estos sí son los pactos de la vergüenza.
Quien puede que no esté en el próximo gobierno es Nadia Calviño. Ya sorprendió a muchos que no formara parte de las listas del PSOE al 23-J y ahora sabemos por qué: El Gobierno ha lanzado la candidatura de Calviño para presidir el Banco Europeo de Inversiones, que es algo así como el brazo financiero de la Unión Europea.
Su rival es la comisaria danesa Margrethe Vestager. Será en septiembre cuando se produzca la elección. En caso de ser elegida, Calviño seguirá siendo ministra de Economía hasta el mes de enero. Desde luego sería una buena noticia que una española ocupara un puesto de esa relevancia, pero no nos engañemos.
En la decisión de Calviño a buen seguro que pesa -y es lógico que así sea- la cuestión personal de que se mueve más a gusto en las aguas internacionales que en un gobierno donde se las ha visto de todos los colores con los ministros de Podemos".