Antonio Herraiz: "Sánchez prefiere mirar a 2050 antes de resolver los problemas de 2021"

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Antonio Herráiz

Publicado el - Actualizado

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En las calles de Ceuta se sigue palpando la tensión. Cierto es que en la frontera, la presión se ha reducido porque la policía marroquí, ahora sí, está haciendo su trabajo. Pero hay más de 2.000 inmigrantes deambulando todavía por la ciudad autónoma.

La situación es compleja porque la mayoría son menores y la ley impide devolverles. Y a partir de ahí, todo tipo de situaciones. Por un lado, hay menores que quieren volverse. Se ven solos, con la comida que les dan las ONGs y durmiendo donde pueden: Al raso o en naves industriales. Quieren volver a Marruecos, pero la policía no les deja porque legalmente no puede. Luego están los que sus padres les van a reclamar para que vuelvan. En ese caso, la ley sí permite la devolución. ¿Problema? Los trámites burocráticos no son sencillos.

Ceuta ha puesto en marcha un teléfono para que las familias de Marruecos que no sepan nada de sus hijos se pongan en contacto. Ahí se empezarían los trámites para el reagrupamiento familiar. Muchas de estas familias están declarando que Marruecos envió a sus hijos engañados. En la coartada utilizó todo tipo de argumentos. Les vendieron que iban a ir a un partido de fútbol o que iban a participar en una excursión. ¿Una excursión un tanto macabra, no? Así se las juega Marruecos.

Y además de los que se quieren volver o los que les van a reclamar sus padres, están los menores que no están en ninguno de esos dos supuestos. Los que se quedan y no pueden ser repatriados. En Ceuta no se pueden quedar y, con la ley de inmigración en la mano, tienen que ser enviados a la península. Primero hay que localizarles para hacerles una prueba COVID y comprobar que no están contagiados de coronavirus.

Y luego hay que definir el reparto. Aquí va a surgir un problema con las Comunidades Autónomas, porque el Gobierno de Sánchez todavía no ha aclarado cómo lo va a hacer.

El presidente está a otras cosas. En la factoría de marketing de Moncloa le han dicho que es mejor plantear el escenario de cómo será España en 2050 antes que resolver lo que pasa un 20 de mayo de 2021. Que no es poco. Y hoy, con toda la propaganda que acostumbra, con los titulares rimbombantes que tanto le gustan, Pedro Sánchez ha presentado el informe 'España 2050: Fundamentos y propuestas para una estrategia nacional de largo plazo': “Vislumbrar la España que podemos ser, de aquí al año 2050. Que podría invertir no un 2% de PIB por qué no un 4%. Una España que podría situarse en la vanguardia educativa. Una España sostenible. Sin centrales de carbón vehículos contaminantes. Una España que generaría más riqueza y la usaría por ejemplo para financiar un estado del bienestar robusto”.

Cuando saca la guitarra, no hay quien le gane. Nos ha vendido que hay que contarle al mundo, y a nosotros mismos, que queremos estar a la vanguardia de la transformación; que conocemos los desafíos y que estamos dispuestos a encararlos. Es decir, humo. Lo que realmente le gustaría es permanecer en Moncloa hasta 2050. Con que supiera anticiparse a los problemas de 2021, como lo de Ceuta y el lío de las vacunas, sería suficiente.

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