

"Aquí hay que esforzarse en recordar, casi a diario, a dictadores que llevan muertos 50 años, pero no tenemos reparo en reconocer amistad con los dictadores actuales"
El director de 'Mediodía COPE' en su edición de 'Fin de Semana' analiza la nueva entrega de los mensajes de WhatsApp de José Luis Ábalos que, en este caso, con con José Luis Rodríguez Zapatero admitiendo su amistad con la venezolana Delcy Rodríguez
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Justo a esta hora en Roma se va a vivir un acontecimiento insólito. Somos muy tirados a desgastar las palabras, pero sí, lo de hoy es histórico. Los que conocéis Roma, os podéis hacer una idea y los que no también, porque las imágenes de la ciudad eterna forman parte de la memoria colectiva.
Quién no identifica el Coliseo romano o el Circo máximo, pues son dos de los escenarios junto a los que va a pasar la procesión magna. La gran procesión, que es el acto más destacado del jubileo, de las cofradías participan hermandades de Portugal, de Francia, de Italia y cómo no, de España.
En total, son ocho de las cerca de 1500 cofradías que solicitaron estar hoy en Roma representando a España, está el Cachorro de Sevilla, la Virgen de la Esperanza de Málaga, y el Dulce Nombre de Jesús Nazareno, de León.
Su traslado hasta Roma ha sido todo un ejercicio de ingeniería logística por tamaño. El que más ha costado ha sido el trono de la Esperanza Reina de Málaga. Su trono que pesa más de 4000 kilos, mide seis metros de altura, casi lo mismo de profundidad y hacen falta más de 250 portadores.
Para moverlo, 262 que se reparten entre los varales y el submarino del trono, aunque una operación compleja. Ya está todo listo para una procesión que parte justo a esta hora de la Piazza Celimontana, el cortejo lo forman unas 3.000 personas y la magna, es la previsión prevé reunir a más de 100.000 fieles, con especial presencia de españoles.
Por lo demás, hoy tenemos nueva entrega del serial del periódico El Mundo con los Whatsapp de José Luis Ábalos, y aparece un nuevo actor principal: José Luis Rodríguez Zapatero, que también mantenía confidencias con el todopoderoso José Luis Ábalos.
Los mensajes son del día en el que se debatió la moción de Vox a Pedro Sánchez. Zapatero presume de su amistad con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez. Recuerden las maletas, la que se coló en Barajas gracias a la alfombra roja que le pusieron desde el Gobierno, a pesar de que conocían que tenía prohibida su entrada en territorio europeo.
Un episodio del que nos han ofrecido, hemos perdido la cuenta, mil y una versiones diferentes. En uno de los WhatsApp, Zapatero le encarga a Ábalos “dile a ese fascista que es mi amiga”, se deduce que ese fascista al que se refiere el expresidente socialista es el entonces diputado de Vox, Ignacio Garriga, que es el que defendió la moción de censura, y su amiga, Delcy Rodríguez.
Ya saben aquí hay que esforzarse en recordar, casi a diario, a dictadores que llevan muertos 50 años, pero no tenemos reparo en reconocer amistad con los dictadores actuales.
Desde Sumar, el socio de gobierno del PSOE, evitan mojarse sobre el serial de mensajes, ni siquiera cuando Sánchez se refiere a Pablo Iglesias, entonces vicepresidente del gobierno, como un maltratador.
Total, dicen los de Yolanda Díaz que Sánchez tampoco sale tan mal parado de esos Whatsapp con Ábalos.
Para tomar oxígeno de esos Whatsapp, para tomar distancia del último auto de la Audiencia de Madrid sobre el caso Begoña, Pedro Sánchez ha ido a Bagdag dentro de esos actos internacionales que tanto le gustan a nuestro presidente.
En la capital de Iraq, el presidente participa como invitado en la cumbre de la liga Árabe. Sánchez allí ha recuperado la bandera de Palestina para marcar perfil propio, y lo hace justo un año después de que el Consejo de Ministros aprobara el reconocimiento del Estado Palestino, de carga simbólica, de carga política, pero una resolución de nulo efecto práctico.
Hoy en Bagdad, Sánchez ha insistido en los dos estados como única solución, según él, para alcanzar la paz y ha ido un poquito más allá: quiere llevar ante la Corte Internacional de Justicia al gobierno de Israel.
Quiere que sea este órgano de la ONU el que dictamine, porque resolver no lo va a resolver lo que está pasando en la franja. En esta ocasión, Pedro Sánchez no ha acusado a Israel de estado genocida, como sí hizo el miércoles en el Congreso de los Diputados, pero ha animado a redoblar la presión contra el gobierno hebreo para que cese la operación en Gaza.
Estos son los pequeños grandes lujos que a día de hoy y siempre, o casi siempre, fuera de España puede darse nuestro presidente: irse a Bagdad a pontificar sobre lo que está pasando en Gaza.
En España, no tiene muchos días para la alegría nuestro presidente. Entre lo de Begoña, lo de su hermano, del Fiscal General del Estado y la corrupción que salpica a su exnúmero 2 no, tiene mucho margen para celebraciones Pedro Sánchez.