Antonio Herraiz. "Sánchez vacía de contenido la palabra diálogo"

La reunión entre Pedro Sánchez y Quim Torra ha terminado en Barcelona sin ningún acuerdo relevante. De momento, no conocemos la letra pequeña del encuentro del que Pedro Pedro Sánchez ha salido repitiendo en infinidad de ocasiones una de esas palabras que de tanto usarla se vacía de contenido: “Y esto es lo que le quiero trasladar al conjunto de la opinión española, y al conjunto de la opinión catalana, nuestra voluntad sincera de dialogar y de acordar. He venido hoy con profundo respeto y emoción al Palau de la Generalitat a expresar el deseo de una gran mayoría de ciudadanos en Cataluña y en el conjunto de España, que ansia el diálogo para dar una oportunidad al reencuentro”.

Lo que no ha aclarado Sánchez es la gran pregunta. Diálogo para qué. Diálogo para acelerar la salida de la cárcel de los políticos separatistas en prisión, diálogo para dotar de privilegios a una comunidad autónoma en clara discriminación al resto. Diálogo para qué. Decía que el encuentro ha terminado sin conclusiones relevantes. Porque lo único que ha destacado Pedro Sánchez es que la mesa de diálogo entre los dos gobiernos se va a constituir este mismo mes: “Puedo anunciarles que lo que hemos acordado el presidente Torra y yo mismo es celebrar la primera reunión de esta comisión bilateral entre el Gobierno de España y el Govern de la Generalitat de Cataluña dentro del presente mes, es decir, en febrero”

Esto es lo esperado, porque es uno de los compromisos que Sánchez adquirió con Esquerra para sacar adelante la investidura y sabe que depende de los separatistas para aprobar los presupuestos. Conclusión, este encuentro supone una gran victoria de Quim Torra, inhabilitado como diputado y cuestionado por los propios letrados de la Cámara para seguir siendo presidente, algo que ha importado muy poco a Pedro Sánchez.

Y mientras Sánchez se reunía con Quim Torra en Barcelona, su ministro de Agricultura trata de apaciguar el malestar de las gentes del campo. Sobre todo después de los bandazos del Gobierno y de las críticas de un amplio sector de la izquierda a los agricultores a los que identifican con los terratenientes. El caso es no asumir responsabilidades y lo último ha sido echar el muerto a los supermercados. Las gentes del campo quieren medidas concretas y estas no llegan. Esta mañana el ministro de agricultura ha recibido a los representantes del sector del aceite de oliva y de la aceituna de mesa. Su principal queja son los bajos precios en origen y los aranceles impuestos por EEUU.