Herraiz: "Ahí nos queda la foto con Bildu, y si interesa o se la exigen, mandarán fotógrafos a Waterloo"
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Buenos días. Desde las SEIS venimos acompañándote en LA MAÑANA del fin de semana de COPE. 14 de octubre en el que te va a hacer falta el paraguas y, a esta hora también, la manga larga. Bajan las temperaturas, pero nada fuera de lo normal. Como venimos de máximas muy elevadas, lo que hacen es adecuarse al otoño. Va a seguir lloviendo en el cantábrico, esta madrugada lo ha hecho también en buena parte de la mitad norte, incluso en el centro, y esto es la mejor noticia.
Ahora mismo la situación en ORIENTE PRÓXIMO es crítica. La respuesta de Israel al ataque terrorista de Hamás de hace justo una semana sigue tomando forma. Y lo hace antes de la inminente incursión terrestre. A esta hora, miles de hombres y cientos de tanques continúan su avance hacia el sur. Es el anticipo de lo que viene por delante.
Sin rodeos, el primer ministro israelí Netanyahu ha dicho en las últimas horas que esto es sólo el principio.
Ayer, justo a esta hora, el gobierno israelí lanzó un ultimátum: en un plazo de 24 horas, un millón 100.000 palestinos debían de abandonar la franja de GAZA.
Es la forma de decir, vamos a entrar a por todas, tenemos en marcha una operación terrestre a gran escala, no nos acuséis después de no avisar. Vayan a zonas seguras del sur, porque el objetivo son las bases estratégicas de HAMÁS.
Esto sobre el papel. Y desde Naciones Unidas, pasando por todo tipo de organizaciones internacionales y ONGs ya han advertido que ese movimiento es imposible. Lo repetía el representante de Exteriores de la Unión, Josep Borrell.
Por poner en contexto. En toda la franja de Gaza viven en torno a dos millones 300.000 personas. Estamos hablando de evacuar a casi la mitad de la población. Es una de los territorios más densamente pobladas de todo el mundo. De largo, la franja tiene poco más de 40 kilómetros. Y de ancho, en su parte más extensa, apenas 14 kilómetros.
ISRAEL lanza este ultimátum, con dos cosas claras. Todos los pasos están cerrados. Por motivos evidentes, el gobierno de Netanyahu jamás va a abrir su línea de separación entre el territorio israelí y Gaza. Y salvo por el paso de Egipto, no hay salida. ¿Está abierto el paso de Rafah, el único entre Egipto y Palestina? Sí, pero no llamas a la puerta y pasas. No. Requiere de un permiso, como hasta ahora, que no es inmediato.
No es un corredor humanitario. El propio presidente egipcio, en algo más que una declaración de intenciones, ya ha pedido a los gazatíes, a los palestinos de Gaza que permanezcan en su tierra.
Así que vamos a seguir muy de cerca lo que pasa en esta zona del mundo una semana después del ataque terrorista de HAMÁS. Las cifras son aterradoras y también incompletas. Se quedan viejas casi al minuto. Hay más de 1.800 muertos y cerca de 7.500 heridos en Gaza. Y 1.300 muertos en Israel y 3.200 heridos.
¿Más consecuencias de esta situación? El llamamiento hecho por Hamás a un viernes de la ira. Extender el odio a Israel que es ampliar el odio del islamismo radical contra occidente. En ese contexto, las autoridades francesas enmarcan el asesinato de un profesor en París al grito de “Alá es grande”.
Ese profesor era degollado por un antiguo alumno del centro. El asesinato lo investiga la Fiscalía antiterrorista y las autoridades francesas han elevado el nivel de alerta.
Por lo demás, en España, ya tenemos la foto de Sánchez con los de BILDU. Y no se piensen que le ha hecho ningún tipo de ascos. Para nada. Ni siquiera se ha tenido que tapar la nariz o lavar las manos después, por mucho que escuchen o lean: “es esa imagen que consiguió evitar durante la pasada legislatura”. A Pedro Sánchez se le vio encantado, lo que confirma que cuando pierdes todo tipo de escrúpulos, con tal de seguir en el poder, te da todo igual. Incluso echarte en los brazos de los herederos de la banda terrorista ETA.
Piensen en JOE BIDEN, por buscar una analogía ideológica. Biden pactando con los que justificaron los atentados en Nueva York el 11S. O a Macron fotografiándose con los cómplices del ataque a la sala Bataclán.
La foto del presidente con los de BILDU es la de ese instante en el que dejan entrar a los fotógrafos para dar constancia del encuentro. Y allí estaba Sánchez, sonriente, frente a la portavoz del partido de Otegui, Mertxe Aizpurúa.
Esta diputada es la que cuando estaba en el diario Egin publicó una de las portadas más vomitivas que se recuerdan. La Guardia Civil acababa de liberar al funcionario de prisiones, José Antonio Ortega Lara, tras 532 días de cautiverio, y Aizpurúa tituló: “Ortega vuelve a la cárcel”. Este era el desbordante ingenio de la portavoz de BILDU. Desbordante de terror y de sangre, claro. O como cuando ETA asesinó a Miguel Ángel Blanco, que tituló: «El edil del PP apareció con dos disparos».
En fin, pues a la hoy diputada, la también condenada por la Audiencia Nacional por apología del terrorismo, la recibió sonriente Pedro Sánchez, agachó convenientemente la cabeza y le faltó hacer la genuflexión. Ante ti, señora de BILDU, me postro para conseguir los seis votos de tu partido y darte todo aquello que me pidas. Ya te he acercado a todos los presos de ETA a las cárceles del País Vasco y a partir de ahí, lo que quieras para ellos.
Tómenlo todo esto, no como una mentira, ni como una nueva traición a lo que defendía Sánchez hasta que llegó a la Moncloa. No. Él piensa que las urnas avalaron sus pactos con los independistas y con los que justificaban los atentados o incluso señalaban a ETA posibles objetivos. Y por eso Sánchez ya no se ve ni siquiera en la necesidad de intentar engañarnos con eso del cambio de opinión.
Del resultado de la reunión, lo primero que hay que decir es que no compareció ningún miembro del PSOE para dar cuenta del encuentro. Ayer no interesaba. A Sánchez no le provoca ningún tipo de asco pactar con los de BILDU, pero recrearse en exceso, tampoco. Así que lo despacharon con una nota de prensa en la que pedían discreción en la fase de negociación.
Y estos son los mismos que exigían luz y taquígrafos. El portavoz parlamentario Patxi López diría: este marrón no me lo como yo, que bastantes me trago.
Aun así, que nadie diera la cara, no es lo más relevante. Lo importante es que el apoyo de BILDU es seguro. Y ahora mismo es el único partido que ha dejado claro que Sánchez cuenta con sus votos. Por eso el presidente no podía esquivar la foto. Habrán dicho… “El único que nos da sus votos de primeras, no podemos dejarles sin recuerdo para el álbum”, una foto que al secretario general del PSOE le va a perseguir durante toda su carrera política, aunque le importe bien poco.
Por cierto, en ese encuentro además de Mertxe Aizpurúa, por BILDU estuvo un senador, que da igual el nombre, y por el PSOE, Santos Cerdán, que se ha convertido en el auténtico fontanero socialista. Pero fontanero de aguas fecales. Le falta la foto con Puigdemont para completar el círculo.
Con el sí de BILDU, incondicional, ¿Qué van a hacer el resto de socios parlamentarios de los que depende el PSOE? Pues Esquerra se van a hacer los interesantes hasta el final. Y terminarán dando el sí. Lo hemos visto muchas veces a lo largo de la pasada legislatura. Con los presupuestos y con tantas otras cuestiones.
El PNV se ha metido él solito en una encrucijada de la que no va a salir airoso, pero darán el sí. Lo de SUMAR se da por hecho. Yolanda Díaz no se va a ver en otra, pero por si hay repetición electoral no puede mimetizarse por completo ni con Sánchez ni con el PSOE.
Y la clave sigue estando, como en la misma noche del 23J, en un fugado de la JUSTICIA como Carles Puigdemont. Que Pedro Sánchez saque adelante la investidura antes del 27 de octubre depende de él y sólo de él. Y los independentistas han dejado claras sus peticiones. La ley de amnistía se da por hecha, falta conocer la letra pequeña, y ahora exigen un compromiso para pactar las condiciones del referéndum. Eso es lo pendiente y las cuestiones económicas. Y en este punto la portavoz de JUNTS Miriam Nogueras le exige a Sánchez un compromiso mayor.
Y aunque les den todo lo que piden, Puigdemont va a mantener a Sánchez en vilo hasta el final. De momento, ahí nos queda la imagen con BILDU y, si interesa o se la exigen, se mandarán a los fotógrafos a Waterloo.