"Sánchez ha hecho del PSOE un apéndice, una extensión de su voluntad política"

Acabamos de escuchar a María. María es una joven que trabaja, que vive en Madrid. Ayer estuve en su casa y me contó que comparte piso. Estuve visitando un piso que, por otra parte, está bien. Es un piso digno, es un piso con luz. 

Me ha dicho que comparte piso porque no le queda más remedio, porque el sueldo no le da para alquilar ella un piso para ella sola. María, ya digo, no estudia, no está en el paro, trabaja, pero no le da el sueldo. 

Alquilar una habitación en España cuesta de media, hay ciudades mucho más caras que otras, 466 euros al mes. España no es un país para jóvenes. Tienen nuestros jóvenes problemas para salir de casa y cuando salen de casa, por supuesto, no pueden alquilarse una vivienda para ellos solos y comparten piso.

Y ese piso, esa vivienda, esa habitación, porque lo que tienen es una habitación, cuesta 466 euros. El problema de la vivienda es un problema serio, no se le ha puesto solución. 

La ley de la vivienda del año pasado ha venido a complicar este problema porque los alquileres han subido porque los propietarios temen las consecuencias de esa ley de la vivienda. Mira, se puede hablar y se debe hablar de todo, de todo lo que marca la actualidad política, pero si nos olvidamos de estas cosas, no estamos contando lo que sucede y lo que sucede, repito, es que un joven para poder emanciparse en España tiene que pagar 466 euros por una habitación. 

¿Qué sueldo tiene que tener ese joven? Pues tienen sueldos que en muchos casos están en torno a los 1000 euros, en el mejor de los casos. ¿Qué hacen? Si tienen que pagar 500 euros por una habitación el resto del mes, ¿cómo pagan dinero, comida, transporte? 

Ya digo,  hablamos de la actualidad política, pero a la par que hablamos de la actualidad política, hablamos de esto que es lo que le pasa a muchos jóvenes. 

ESTE SÁBADO SE REÚNE EL COMITÉ FEDERAL DEL PSOE

Hoy es la reunión del Comité Federal del Partido Socialista. Los barones críticos quizá tomen la palabra para hacer sentir su incomodidad ante el acuerdo al que han llegado Esquerra y el Gobierno para esa financiación singular que, en realidad, es un concierto económico como el del País Vasco. 

Parece que García-Page va a tomar la palabra o, por lo menos, va a mostrar su incomodidad con este acuerdo. Parece que Javier Lamban también va a mostrar su incomodidad, que también van a expresar su distancia, su incomodidad otros barones como Miguel Ángel Gallardo de Extremadura. 

Veremos qué pasa, porque los comités del Partido Socialista en los que teóricamente se esperan intervenciones críticas luego se quedan en nada. 

Recordemos el verso cervantino, fuese y no hubo nada, pues eso, fuese y no hubo nada, vísperas de mucho, días de poco. 

Dice nuestro ministro del Club de la Comedia que el PSOE es un jardín de libertad. Óscar Puente, tremendamente libre, el adjetivo tremendamente quizás se pueda utilizar, pero para otro contexto, porque en el Partido Socialista, desde que Sánchez volvió a la Secretaría General, no se mueve una hoja sin que él lo apruebe. 

Sánchez, como sabes bien, ha hecho del Partido Socialista un apéndice, una extensión de su voluntad política. Óscar Puente, pues nos hace sonreír, nos hace sonreír porque es justo lo contrario, lo que sucede es justo lo contrario de lo que sucede. 

La independencia es un bien muy escaso en este momento en España, no solo en el Partido Socialista. Esta semana han coincidido dos nombramientos que reflejan bien que no es frecuente la independencia en las instituciones. 

Hombre, nos ha sorprendido para bien la elección de Isabel Perelló como presidenta del Consejo General del Poder Judicial. 

Isabel Perelló es, ideológicamente, una vocal del Consejo progresista, no estaba en las quinielas para ser elegida presidenta del Consejo General del Poder Judicial porque es progresista, pero no es una prolongación de la voluntad política de Sánchez. El problema no es la ideología, el problema es que falta independencia de criterio. Afortunadamente, Isabel Perelló parece tenerla. 

Perelló ha comenzado su mandato como presidenta reclamando respeto, como sabes, a la independencia judicial. 

Hace unas horas Bolaños ha dicho que compartía este criterio. Bolaños dice que comparte el llamamiento a la independencia judicial, se lo podía haber aplicado en el mes de junio cuando puso a parir, cuando presionó al juez Peinado, el juez que lleva el caso de Begoña Gómez. 

La actitud de Perelló ha sido noticia porque no es normal. En España estamos sometidos a lo que los anglosajones llaman la tiranía de los parientes. Los políticos, los jueces, los fiscales le deben su cargo a un pariente que está al frente del partido o del gobierno de turno. 

No todos los políticos, no todos los jueces, no todos los fiscales, no todos los periodistas. Pero esto de la democracia de los parientes desgraciadamente se ha ido generalizando. El problema no es que Sánchez haga de Sánchez, que ya sabemos que Sánchez siempre hace de Sánchez y siempre coloniza partidistamente, personalistamente, las instituciones. 

El problema es que los que son nombrados por esta tiranía de los parientes nunca, o casi nunca, rechazan el nombramiento. 

Ya tenemos a Escrivá, exministro, como gobernador del Banco de España. Escrivá dice de sí que es independiente. Era independiente, era un gran economista antes de estar en el Gobierno. Sigue siendo un buen economista, pero no es independiente. El gobierno ha metido a un exministro, Sánchez ha metido a un exministro, en el Banco de España. 

Todo hubiera sido de otro modo si Escrivá se hubiera plantado y le hubiera dicho: "Mira, presidente, yo soy un estupendo economista, sería un estupendo gobernador del Banco de España, pero por respeto a mí mismo no acepto este nombramiento".

En España, en este momento, Sánchez hace de Sánchez. Pero el problema es que hay demasiados jueces, demasiados fiscales, demasiados periodistas, demasiados economistas, dispuestos a convertirse en parientes de quien está detentando el poder. 

Demasiados profesionales.

Es decir, carreras profesionales estupendas. La de Escrivá es una carrera profesional estupenda, pero no es ya la de un hombre independiente. Y podría haber dicho: "Presidente, no me nombre".

Sánchez, repito, hace de Sánchez. El problema es que nos faltan hombres libres.