El drama de Pilar: pierde a sus padres durante la pandemia y no puede llevarles flores por las restricciones
Pilar no siente esa necesidad "imperiosa" de visitar a sus padres en estos días cuando la mayoría de la población se encuentra confinada. Ella les tiene presentes en cada momento
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Hoy y mañana son unos días con marcada tradición en España. Un día que muchas familias de este país afrontan con una sensación complicada, con un duelo incompleto por haber afrontado la marcha de un familiar o amigo cercano con todas las restricciones que imponía e impone la pandemia.
Si todo fuese como lo conocíamos hasta hace 8 meses la imagen sería bien distinta, pueblos repletos de gente, cementerios abarrotados de flores en sus nichos y las casas españolas cocinarían los dulces típicos de esta época como buñuelos o huesos de santo, quizás esto último es lo único que se puede hacer con normalidad. Pero el momento se vive en un contexto de incertidumbre, el Gobierno decretaba un Estado de Alarma ante la segunda ola y la mayoría de la población se encuentra confinada dentro de su comunidad autónoma, hay muy poca movilidad ínter provincial y la visita a un cementerio donde descansen nuestro familiares no es un motivo que permite o justifique la entrada o salida de una región.
La historia dramática de Pilar
Esta pandemia que tanto dolor trae, ha hecho que las separaciones sean todavía más duras, como le ocurrió a Pilar y a sus hermanos con la pérdida de sus padres en pleno confinamiento, donde la primera ola del coronavirus arrasó su vida. Pilar narra en COPE cómo vivió ese momento, dice “la pandemia se cebó con nuestra familia”. Durante los 24 días que sus padres estuvieron enfermos fallecieron los dos, eso sumado a que su hermano pequeño y su marido estaban ingresados por coronavirus. Un momento que Pilar describe de “caótico y muy triste”.
Estaban solos, en pleno confinamiento domiciliario y perdiendo a dos de las personas más importantes de su vida, sus padres. Dolor, desamparo y soledad eran las sensaciones que recuerda esta vecina de Candeleda (Ávila). Un tiempo después cuenta que todo se ve “con más perspectiva” y asegura que esa vivencia les ha dejado secuelas que tardarán mucho en sanar. Aún así, a pesar del dolor multiplicado por el excepcional momento que se estaba viviendo, Pilar cree que al fallecer primero su madre quiso llevarse días después a su padre para “estar juntos como habían estado toda la vida, hasta en el momento de su muerte” y evitarle a ella y a sus hermanos tener que “cargar” con su padre gravemente enfermo.
Ahora, no podrá ir al cementerio porque vive en Madrid y sus padres descansan en Candeleda, pero asegura que “no siente la necesidad de ir al cementerio precisamente el Día de Todos los Santos” porque ella les tiene presentes en cada momento de su vida. Esas experiencias que compartimos con nuestros seres queridos, este año no podremos llevarles flores al panteón, pero sí florecerán desde nuestras casas nuestros homenajes a los seres queridos que hemos perdido.
Un Día de Todos los Santos durante la pandemia
Este es un razonamiento al que seguro se suman miles de españoles ante la situación que vivimos. Será una jornada marcada por el coronavirus en la que las tradicionales visitas a los cementerios españoles se van a limitar bastante , hay una normativa básica para todos: aforos limitados, obligatoriedad del uso de mascarilla y distancia social...nada que no conozcamos ya.
En algunos lugares se ampliará el horario de apertura y se dará prioridad a los mayores. La principal regla es la que pide Santiago Pérez, el diácono del cementerio de la Almudena , y es “el sentido común y saber esperar”. Hay algunas localidades de nuestro país que se han adaptado a las circunstancias y han tenido que tirar de ingenio.
Inés es una vecina de Alcalá del Valle, un municipio de Cádiz, y cuenta como a través de un sorteo, dependiendo de la calle en la que vivan han sido designados para realizar la visita al cementerio en un horario y día concreto. Inés dice estar “encantada” con esta medida que evita aglomeraciones y “si el cura tiene que dar 4 misas pues no pasa nada”, así todos podrán asistir. Se trata de adaptarse a estas extrañas circustancias que nos tocan vivir.