¿Hay una guerra fría entre China y EE.UU.?
Trump alienta el conflicto mirando a las elecciones. El diplomático, el último motivo de fricción en la lucha que mantienen ambos países por la hegemonía mundial.
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El deterioro de las relaciones entre China y EEUU va a más. La pandemia del Covid-19 ha sumado nuevos argumentos en el pulso que mantienen desde hace unos años las dos principales potencias mundiales. El último episodio ha sido diplomático. Pekín ha anunciado el cierre del consulado estadounidense en la ciudad de Chengdu después de que Trump hiciera lo mismo con la oficina del país asiático en Houston, entre acusaciones de espionaje.
¿Vamos hacia una guerra fría? Muchos analistas creen que sí, que estamos dando pasos en esa dirección. Lo cierto es que empieza a llover sobre mojado. Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca los motivos de fricción con China han sido constantes. Primero fue una guerra comercial que terminó derivando en otra tecnológica por el control del 5G, el internet del futuro. El origen del virus, las acusaciones del presidente de EEUU de que pudo originarse en un laboratorio de Wuhan añadió más tensión. La situación de Hong Kong o en el mar de la China Meridional tampoco están ayudando. A nadie se le escapa que Trump azuza la pugna de manera interesada a pocos meses de las elecciones.
Trump busca un enemigo
En La Mañana del Fin de Semana hemos analizado lo que está pasando con el profesor asociado de Relaciones Internacionales de la Universidad de Comillas, Pedro Rodríguez. Ha señalado que muchos teóricos ven en este enfrentamiento un ejemplo, una evidencia de la llamada “trampa de Tucídides”. Este historiador griego argumentó que el conflicto era inevitable cuando una potencia emergente cuestionaba el status quo de otra ya establecida. Aunque él hablaba de Esparta y Atenas, muchos lo asocian ahora a lo que se vive entre entre China y EEUU. Sin embargo, este experto lo que ve es “un virus de Tucídides que genera sobredosis grotestas de nacionalismo, con más postureo que otra cosa”. Mira a Washington.
Rodríguez ha recordado que “desde que Trump es presidente de EEUU, el único conflicto que ha estado interesado en mantener es este con China”. Cree que con la pandemia “China ha salido reforzada, su autoritarismo se ha demostrado como una buena medicina contra el virus y en cambio, EEUU sale debilitado, con muchas contradicciones, desde el racismo a su sistema sanitario”. En esa dinámica, este profesor ha contado en COPE que la administración norteamericana “está forzando el conflicto, intenta presentar a China como culpable de la pandemia de cara a las elecciones de noviembre, con más oportunismo que certezas”. “Busca un relato para consumo doméstico, en parte para disimular su pésima gestión. Los populistas siempre necesitan un enemigo. Su estrategia se basa en un unilateralismo punitivo”, ha apuntado.
¿Quién gana?
Rodriguez ha dejado claro que en un conflicto de este tipo “todos perdemos”. Lo sufre China, EEUU, pero también Europa. Ha destacado además que a EEUU todo esto “no le generado ninguna ventaja económica o geopolítica, no está consiguiendo nada en términos objetivos”. Sin embargo, China “mantiene su musculatura, su perfil diplomático duro como estamos viendo en Hong Kong, Taiwán o en la represión de la minoría musulmana china. Está amedrentando”. El problema adicional de EEUU, destaca, es que no cuenta con Europa ni con sus socios en Asia para reequilibrar la relación con China. Considera que lo que hace solo se debe a un calendario electoral o a intereses particulares. “Es la coherencia del nacionalpopulismo que no cree que en las alianzas ni el multilateralismo”, concluye.