Herraiz: "Para Oltra, el 'yo sí te creo' a una víctima no vale cuando está tu ex marido de por medio"

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Es el primero de mes y viene con dos situaciones muy diferentes en cuanto al tiempo. Si nos fijamos en el centro y en el sur, encontramos pocos cambios. Temperaturas muy parecidas a las de ayer con máximas en torno a los 30 grados en la mayor parte de Andalucía, de 33 en Murcia o de 34 en Zaragoza.

En contraste, nueva jornada de inestabilidad en Galicia, Asturias, Cantabria… también en puntos del interior de Navarra, donde se esperan lluvias que pueden ir acompañadas de alguna tormenta.

Rafa Nadal vuelve a ser uno de los grandes protagonistas del día. Mañana domingo regresa a una final de Roland Garrós con la opción de ganar su décimo cuarto título de este torneo. Aquí los calificativos se agotan, no hay adjetivos dentro del vocabulario castellano para definir lo que está haciendo el de Manacor. Esta vez, Rafa Nadal llega entre la épica y el dolor. Llevaba más de tres horas de partido ante el alemán Alexander Zverez, Nadal había ganado el primer set en el tie break, los dos se encaminaban también a la muerte súbita en el segundo set, cuando el tobillo del alemán, en un frenazo brusco, se torció de forma espeluznante. Desde el primer momento, los gritos de Zverez, revolviéndose de dolor en la pista, confirmaban que torcedura había sido fea; muy fea.

Tuvieron que sacarle de la pista central de Roland Garrós, de la Philippe-Chatrier, en silla de ruedas con lágrimas en los ojos. Y luego Zverev salió del vestuario, con muletas, para darle la mano al juez y felicitar a Nadal. La ovación del público fue de lo más sonora.

La cara más amarga y también la más gloriosa del deporte. Y dos grandísimos tenistas sobre la pista, que lo estaban dando todo, que nos estaban regalando un partido de máxima rivalidad en el punto previo al tie break en el segundo set, pero que no pudo acabar como le hubiera gustado no sólo a Zverev, que es el tenista que se lesionó. Ahora Nadal mira al domingo, arrastrando una lesión en el pie crónica e incurable.

Lo importante, que a su vez es interesante, y que termina afectándonos a todos sigue pasando por las gasolineras, por las estaciones de servicio, donde este es el cálculo que más se repite.

Osvaldo es repartidor, autónomo, se mueve entre la comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha. Como todos los que tengáis que pasar en las próximas horas a repostar, también ha comprobado algo que no admite interpretación: estamos ante el fin de semana con la gasolina más cara de toda la historia. El precio medio de la 95 roza los 2 euros el litro.

Esto es la media porque en muchas estaciones de servicio rebasa los 2 euros y 10 céntimos. Esto es un 45% más cara que hace un año, sin contar los 20 céntimos, que una semana más comprobamos cómo las continuas subidas se han comido casi toda la bonificación. Osvaldo tiene que llenar el depósito cada dos días. Este autónomo está hablando de entre 300 y 400 euros más al mes si lo compara con el precio que pagaba a principio de año.

Esta es la situación, que lejos de tocar techo sigue superando máximos. Y después del anuncio de Pedro Sánchez de esta semana, el Gobierno tiene que aclarar si la prórroga de la bonificación más allá del 30 de junio es en las mismas condiciones o si prioriza colectivos e incluso rentas -esto sería complicado de aplicar- tal y como le piden los socios de Podemos.

Lo único que está claro es que esta bonificación se ha demostrado ineficaz en su objetivo de reducción de precios, un extremo al que no ha ayudado la guerra en Ucrania.

100 días de guerra en Ucrania

Después de la atención que ha generado los 100 días de invasión, llega el 101, llegará el 102, y el 103 porque desde la OTAN han vaticinado algo que todos los indicios vienen apuntando: estamos ante una guerra larga. De momento, Naciones Unidas ha confirmado la muerte de más de 4.100 civiles y cerca de 5.000 heridos, unas cifras que no se ajustan a la realidad porque hay zonas a las que todavía no se ha conseguido entrar y donde se amontonan decenas de cadáveres.

Aquí hay varias claves. Putin necesita una victoria, una justificación ante los suyos que no haga creer que su invasión ha sido un fracaso. No ha podido ocupar Kiev que era su objetivo y se centra ahora en la región del Donbás. Quiere controlar la totalidad de esta zona que ya ocupaba, junto con Crimea, antes del inicio de la invasión el 24 de febrero.

Las principales ciudades ucranianas están bajo control del Gobierno de Kiev, pero el presidente Zelenski admiten que Rusia, en estos 100 días, ha pasado de ocupar el 7% de territorio ucraniano al 20%.

Hay un asunto que es esencial y que se tiene que aclarar en las próximas horas o, como mucho, en la próxima semana. El trigo, el cereal, se ha convertido en la gran arma de Putin. No deja salir los cargamentos de cereal. Estamos hablando de que Ucrania es el séptimo productor mundial y el sexto exportador con 21 millones de toneladas.

De momento, Putin sigue bloqueando su salida, aunque de forma cínica sigue repitiendo que no va a poner ningún problema.

Esto nos afecta de lleno porque es uno de los motivos de la subida de muchos productos como el pan o la pasta elaborada a partir de masa de harina de trigo. No solo afecta a Europa, también a África, desde donde advierten de una gran hambruna si no se soluciona esta bloqueo.

Mónica Oltra se acerca a la imputación

Aquí en España, hay novedades en el caso de la vicepresidenta valenciana Mónica Oltra que la acercan a la imputación. La número dos del Gobierno de Ximo Puig está implicada en el escándalo de abusos sexuales por el que fue condenado su ex marido. Los hechos están probados en la sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia y ratificados después por el Tribunal Superior de Justicia de esta Comunidad: el ex marido de la vicepresidenta Oltra abusó sexualmente de una menor que estaba tutelada y vivía en el centro donde trabaja como educador social.

Los hechos se califican por sí solos porque estamos hablando de una menor, que entonces tenía 14 años. Una niña, apenas una adolescente, en una situación de extrema debilidad. ¿Por qué está implicada la hoy vicepresidenta del Gobierno valenciano en este escándalo? Lógicamente no participó de los hechos, pero, una vez se destaparon los abusos, desde el departamento que dirige Oltra, desde la consejería de Igualdad y políticas inclusivas no se ayudó a esclarecerlos. Al “yo sí te creo” que utilizan tanto las feministas, Oltra le sacó su particular versión: ahora no me interesa creerte, estás mintiendo y quiero que se deje de hablar de esto cuanto antes.

A la menor nadie la creyó y sintió en sus propias carnes cómo la consejería encargada de gestionar estos centros, en manos de Oltra, ponía todo tipo de impedimentos.

De hecho, lo denunció en febrero de 2017 y la investigación judicial tardó varios meses en iniciarse. En la consejería dirigida por la vicepresidenta no la creían y pusieron en marcha una maquinaria, implicando en la estrategia a altos funcionarios, para desacreditar a la menor que había sido abusada sexualmente por el ex marido de Mónica Oltra.

¿Cuál es la novedad procesal de este caso? Como la vicepresidenta de la Comunidad valenciana es aforada se tiene que pronunciar el tribunal superior de justicia de esta comunidad. Y ya tiene el informe de la fiscalía; ésta es la novedad. Y no es nada favorable a Oltra. La sitúa al borde de la imputación porque ve indicios delictivos relevantes contra la vicepresidenta. Una vez el TSJ estudie las alegaciones, decidirá si admite a trámite el procedimiento, si imputa de forma a Oltra, pero el informe de la Fiscalía le acerca más aún a esa condición.

Además del frente judicial se abre el político. ¿Hasta cuándo Ximo Puig va a seguir sosteniendo a Oltra como vicepresidenta? ¿Cuánto desgaste está dispuesto a soportar el presidente socialista por mantener a la líder de Compromís? Se lo han preguntado muchas veces en los últimos meses y siempre ha recurrido al tópico cuando alguien está acorralado políticamente y al borde de la imputación.

Por cierto, el ex marido de Mónica Oltra, a pesar de la condena de 5 años por abusos todavía no ha entrado en la cárcel porque tiene recurrida la sentencia al Supremo.

Y mientras tanto, las feministas de pancarta, todas calladas. No hace falta imaginar mucho qué estarían diciendo si una dirigente del PP, de Ciudadanos o de Vox hubiera actuado de forma similar, tapando unos abusos de su ex marido y quitando toda credibilidad a la víctima de esos abusos.

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