Los motivos de los vecinos de Almaraz para protestar contra el cierre de su central nuclear: "Esto nos lleva a la despoblación"
Más de 10.000 personas protestarán en un municipio de 1.600 habitantes con un motivo claro: evitar el cierre pactado por el Gobierno de una central que da trabajo a más de 3.000 personas
Madrid - Publicado el
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Almaraz, un pequeño municipio de Cáceres con poco más de 1.600 habitantes censados, se prepara para recibir a cerca de 10.000 personas en una manifestación que no es tan habitual hoy en día: contra el cierre de su central nuclear. Un acto que marca el inicio de un conflicto que promete repetirse en otros municipios de España, a medida que el Gobierno avanza en su plan de desmantelar las centrales nucleares del país para 2035.
La central de Almaraz, en funcionamiento desde 1981, es la primera en la lista de cierres previstos, con fecha para 2027. Sin embargo, la oposición en la región es palpable, tanto por parte de los residentes como de algunos políticos y expertos que consideran que esta decisión pone en riesgo el desarrollo económico y social de Extremadura.
Fernando Sánchez, portavoz de la plataforma Sí Almaraz, Sí al Futuro y alcalde de Higuera de Albalat, señala que el cierre de la central agravará el fenómeno de la despoblación. "El Ministerio de Transición Ecológica parece haber olvidado su segundo apellido: Reto Demográfico. El cierre de esta central conllevaría un efecto dominó que aceleraría la despoblación en Extremadura", asegura. El portavoz y alcalde resalta que la central nuclear no solo genera empleo directo, sino que también impulsa la economía local y evita el abandono rural.
El ejemplo de Zorita, en Guadalajara, donde se cerró una central nuclear en 2006, es un caso recurrente en estas discusiones. Juan Pedro Sánchez, alcalde de Illana, localidad cercana a Zorita, destaca las consecuencias a largo plazo. "Las familias tuvieron que trasladarse a otros lugares, y los pequeños comercios y los propios ayuntamientos se vieron gravemente afectados. Muchas prestaciones sociales que se financiaban con los ingresos de la central desaparecieron", explica.
La decisión de cerrar las centrales nucleares en España ha sido promovida como un paso hacia un modelo energético más sostenible. Teresa Rivera, exministra de Transición Ecológica y actual vicepresidenta de la Comisión Europea, defiende esta postura. "La transformación del sistema energético es imprescindible y una oportunidad para generar empleo de calidad si se hace bien", argumenta Rivera. Su visión se centra en un futuro basado en energías renovables, aunque esta estrategia no convence a todos los expertos.
El exministro socialista Jordi Sevilla, ahora consultor energético, cuestiona la oportunidad de cerrar las centrales nucleares. "Creemos que es necesario prolongar su actividad al menos 10 años más para afianzar una transición limpia, como se está haciendo en toda Europa", opina Sevilla, recordando que la Unión Europea considera la energía nuclear una fuente verde y sostenible.
Los residentes de Almaraz y sus alrededores confían en que su protesta masiva, respaldada por la presencia de figuras políticas y expertos, pueda marcar la diferencia. Hoy, su mensaje es claro: la transición energética no debe hacerse a costa del desarrollo local ni del bienestar de las comunidades rurales.