Los voluntarios de un comedor social de Madrid explican la cantidad de personas que vienen a comer cada día

La Navidad es un tiempo de reunión, celebraciones y abundancia para muchos, pero también puede ser una época especialmente difícil para quienes enfrentan la pobreza y la soledad. En España, los comedores sociales se convierten en refugios esenciales para miles de personas que, más allá de la necesidad de alimento, buscan un espacio donde sentirse acogidos y valorados. Estos lugares, impulsados por voluntarios y asociaciones, son testimonio vivo de la solidaridad que late en los rincones más vulnerables del país.

En un reportaje emitido en La Mañana del Fin de Semana de la Cadena COPE, Fernando de Haro profundizó en la labor de la Hermandad del Refugio, un comedor social en Madrid con más de cuatro siglos de historia. Fundada en 1615 por Fray Bernardino de Antequera, esta institución sigue ofreciendo un plato caliente y apoyo a quienes más lo necesitan. Luis, voluntario de la Hermandad, señala la necesidad que tienen las personas que llegan al comedor.   “El refugio nació para ayudar a los más necesitados en temas de alimento, enfermedad y abandono. Hoy, la labor social que sigue viva es la del comedor social”, explica.

La necesidad trasciende lo alimenticio. Una beneficiaria describe su situación. “Tengo tres nietas, mi yerno está sin trabajo y todo se va en pagar la vivienda. Aquí encontramos amor y apoyo moral” Otros, como Anthony, recién llegado de Ecuador, ven en la Hermandad un motivo para celebrar la Navidad pese a las dificultades: “La ayuda que nos dan es una bendición para mi familia.”

la cantidad de personas que reciben al día en el comedor social

En este comedor, diariamente, se preparan cenas calientes para 80 personas, mientras que otras 200 reciben bolsas con comida. Es decir, que durante todo el día pueden recibir a casi 300 personas. Los datos de 2023 señalaban que, al año, más de un millón de personas visitaban todos los días un comedor social.

La labor se intensifica durante la Navidad, cuando los voluntarios se esfuerzan por ofrecer algo especial. Caridad, hermana y voluntaria, comparte: “Queremos que todos tengan un trozo de roscón de reyes, una tableta de turrón... Tratamos de darles cariño, porque muchos vienen con mucha soledad”.

La comida es casera y adaptada según las donaciones. Caridad explica: “Hoy servimos menestra de verduras con ragú de pavo. Siempre buscamos que sea comida digna y nutritiva” Los voluntarios, además, ofrecen calor humano, saludando por el nombre a quienes acuden diariamente.

En un tiempo de contrastes, la Hermandad del Refugio simboliza la esperanza y el sentido de comunidad. Como destaca Luis: “Aquí, al que viene con hambre no se le pregunta quién es ni de dónde viene. Se le da lo que necesita, porque eso es lo que importa”