Madrid - Publicado el
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Este sábado se celebra en Málaga la 35º edición de los Premios Goya. La crisis del coronavirus ha golpeado con fuerza un sector que ha visto como las salas de cine se quedan sin espectadores, al tiempo que aumentaba el consumo de series y películas a través de las plataformas digitales.
El cine nos hace transportarnos a otra realidad y durante el confinamiento, Ignacio Enseñat, pasó de consumir contenido audiovisual a crearlo. Motivado por un concurso de cortometrajes, convirtió a su padre en el protagonista de 'Mi nueva normalidad'.
Un trabajo en clave de humor en el que el protagonista no quiere que termine el confinamiento. El objetivo era “sacar lo más positivo de estar en casa, se rodó en plena desescalada, se basa en reírnos un poco de nosotros mismos”, dice Enseñat.
Las consecuencias de esta crisis también se están dejando notar en los pequeños pueblos de la España vacíada, convertidos muchas veces en escenario de cine. El 30% del presupuesto general de un largometraje se queda en la localización del mismo. De esto saben mucho en Huesca, poco a poco sus paisajes están ganando peso en grandes proyecciones como 'Palmeras en la nieve' o 'Julieta'. En esta provincia, tras el parón del confinamiento, sus municipios ya han empezado a ver cómo los focos se vuelven a encender y cómo la industria empieza a retomar sus proyectos tras el parón del año pasado.