Mujeres asesinas

Esta noche en la Crónica Negra abrimos un expediente cuyas protagonistas son las mujeres.

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Asesinatos que van desde una sola víctima, hasta más de un centenar. Y, en todos ellos, una figura femenina como telón de fondo. Por eso, han pasado a ocupar páginas destacadas en las crónicas de sucesos.

Cuando Lester y Betty Likens dejaron a sus dos hijas adolescentes a cargo de Gertrude Baniszewki por unas cuantas semanas, no imaginaban el infierno al que ambas se enfrentarían. Aquel matrimonio ignoraba que, en la mente de Gertrude, se escondía una auténtica bestia, una mujer trastornada por traumas y fobias, cuya válvula de escape era provocar el dolor ajeno.

Una de aquellas adolescentes, Sylvia, fue la que recibió la peor parte. Todo comenzó con azotes por medio de un cinturón. Luego vinieron los golpes con una paleta de madera. Más tarde llegarían las quemaduras en el cuerpo con cigarrillos encendidos.

Pero días después se produjo la debacle. Gertrude empujó a Sylvia escaleras abajo, provocando que cayera pesadamente al sótano, que se convertiría desde ese momento en su prisión. Allí sería visitada cada tarde por Gertrude, por sus hijos, y por adolescentes del barrio, que pondrían en práctica con ella las más horribles torturas.

La levantarían en peso y la lanzarían contra el cemento del suelo, la meterían en una bañera con agua hirviendo, la arrastrarían del pelo de un sitio a otro, echarían sal sobre sus heridas, le grabarían con alambres al rojo vivo frases humillantes en su abdomen, le pegarían patadas y mordiscos… todo esto estando desnuda y desnutrida por no tener acceso a comida y agua, provocando su fallecimiento el 26 de octubre de 1965.

Esta noche abrimos un expediente cuyas protagonistas son las mujeres. Más allá del caso Baniszewki, considerada como la historia de abusos físicos más terrible del Estado de Indiana, conoceremos los asesinatos colectivos de las “fabricantes de ángeles” de Nagyrév, en Hungría, entre 1914 y 1929… o los crímenes múltiples de María Catherina Swanenburg en la Holanda de finales del siglo XIX.