Los fatídicos 299 días en los que Antonio Pampliega fue secuestrado por Al Qaeda: “Me comía sus sobras"
El corresponsal de guerra Antonio Pampliega ha contado su experiencia en zonas de conflicto a Adolfo Arjona
Málaga - Publicado el
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Aunque la guerra en Ucrania es la que acapara la atención informativa en occidente, lo cierto es que en estos momentos hay guerras en Afganistán, en Yemen, en Etiopía, en zonas del Sahel... y en esos lugares hay periodistas y fotoperiodistas trabajando. Son los reporteros de guerra del siglo XXI.
La historia del periodista Antonio Pampliega es realmente estremecedora. En el verano del año 2015 Pampliega viajaba a Siria. Había estado allí otras once veces. Acudió para realizar un reportaje, pero la estancia en aquel país se alargó mucho más de lo que le hubiera gustado. Antonio, junto a dos colegas: José Manuel López y Ángel Sastre, fue secuestrado por un grupo vinculado a Al Qaeda. Pampliega ha recordado que “el chófer y el productor local fueron quienes nos vendieron a Al Qaeda. Se cruzó una furgoneta con 6 hombres armados y nos secuestraron”.
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Pampliega, José Manuel López y Ángel Sastre permanecieron secuestrados 299 días, aunque no estuvieron todo ese tiempo juntos: “92 días estuvimos los tres juntos, el resto estuve yo solo. Los lugares eran casas abandonadas de las que íbamos cambiando. Estuvimos hasta en 7 casas diferentes en 10 meses. Yo siempre he tenido sobrepeso y llegué a perder entre 50 y 60 kilos. Llegué a comerme las sobras de los terroristas. Estuve castigado durante tres semanas sin poder asearme y nunca me cambiaba de ropa”, ha precisado Antonio Pampliega.
“Llegué a pensar que no volvería a salir vivo de allí. Un amigo mío fue ejecutado. El día que me liberaron fue un 7 de mayo. Me pusieron un pasamontañas y unas esposas. Me llevaron a las afueras y me sacaron de la furgoneta y nos soltaron a mí y a mis compañeros para que saliéramos del país caminando hasta Turquía. Nos dijeron que no volviéramos a ir a Siria. Pensé que me iban a decapitar”, ha revelado el periodista de guerra.
Pampliega ha vuelto a trabajar como corresponsal de guerra porque a pesar de lo ocurrido, no ha perdido el miedo. Un corresponsal de guerra no gana dinero como muchos piensan: “unos 35 € por pieza”, ha concretado Pampliega.
En mitad de aquel cautiverio, Antonio Pampliega comenzó a escribir y ha reconocido a Adolfo Arjona, que lo hizo porque “con la escritura podía desconectar de la realidad”.