LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA

Rocío Jurado: la desconocida afición que guardaba en su mesilla de noche

Según la periodista Marina Bernal, la artista tenía muchísimos amigos en el mundo de la cultura, como Antonio Gala, Rafael Alberti o el periodista Antonio Burgos

Carmen Cerbán

Málaga - Publicado el

4 min lectura

Es una incógnita el año de su nacimiento... se desconoce si nació en 1940, en 1944 o en 1946. De lo que no hay duda es de que su fama traspasó fronteras. Es habitual referirse a Rocío Jurado como “la más grande”, pero no es su único apodo... también fue conocida como “la niña de los premios”. El primero de ellos fue el Premio Nacional al cante Flamenco de Jerez de la Frontera, que ganó con solo 15 años. A partir de entonces fueron decenas los reconocimientos de todo tipo que recibió.

Entre los más destacados se encuentra el que le fue otorgado en 1986 por batir el récord de taquilla tanto en asistencia de público como en recaudación en el Teatro Monumental de Madrid, con su serie de recitales 'Rocío Jurado Brava'.

En 1995 recibió la Medalla de Oro de las Bellas Artes, obtuvo el premio internacional 'Estrella de la Música' y en el año 2000 fue nombrada en América la Mejor Voz Femenina del Siglo XX recibiendo el premio 'La Voz del Milenio', en la ciudad de Nueva York.

PREMIOS EN EL EXTRANJERO

Al otro lado del Atlántico es precisamente donde Rocío Jurado ha recibido más galardones. De hecho, Rocío Jurado ha sido una de las artistas más premiadas por la Asociación de Cronistas en el Extranjero. En 1988, por vez primera un artista de habla hispana era premiado con el trofeo 'América', un premio que hasta entonces había sido vetado para los hispanos.

La de Chipiona, además, tiene una estrella en la calle 8 de Miami, el 19 de octubre es oficialmente el día Rocío Jurado en esa ciudad, tiene el premio 'La gran manzana' y el de Mejor Trayectoria Musical, ambos de Nueva York. Y llegó a cantar en la Casa Blanca para dos presidentes de Estados Unidos: Ronald Reagan y George W. Bush.

CERCANA Y EMPÁTICA

En su libro 'Canta Rocío, canta', la periodista Marina Bernal pone de relieve muchos otros motivos para considerar a Rocío Jurado como “la más grande”. La autora conoció a la artista y asegura que “cualquier cosa que pueda decir de ella se queda corta porque Rocío Jurado superaba todo”.

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“Si algo destacaba en la persona Rocío Mohedano Jurado era su tremenda humanidad, era una mujer cercana, empática, que sabía solidarizarse y sabía reconocer el dolor en las demás personas, le gustaba consolar y, a través de la música, encontró el vehículo adecuado para expresarse ella y también para llevar la alegría a los que la seguimos escuchando después de tantos años”, cuenta Marina Bernal en 'La Noche de Adolfo Arjona'.

LA AFICIÓN DE ROCÍO JURADO

Una de las desconocidas aficiones de la cantante era la lectura. “Le gustaba muchísimo leer y en su mesilla de noche tenía libros de temas muy variados”. La periodista cuenta que Rocío Jurado, que empezó a trabajar siendo muy niña, no tuvo la oportunidad de estudiar “y cuando ella tiene la oportunidad de empezar a viajar, empieza a cultivarse y prepararse, era una gran lectora de todo tipo de temas”. Además, “tenía muchísimos amigos en el mundo de la cultura, como Antonio Gala, Rafael Alberti o el periodista Antonio Burgos a los que le encantaba escuchar y era una conversadora muy amena”.

“Rocío era lo que se veía”. Con esta frase resume la periodista Marina Bernal el paralelismo que existía entre la Rocío Jurado artista y la Rocío Jurado mujer. “Era una mujer de dualidades, era la fuerza, la energía, la garra... pero a la vez era la ternura, la sensibilidad”, añade la autora de 'Canta Rocío, canta' que añade: “Si entrabas a la vida de Rocío Jurado, ya no te marchabas... eso era para siempre”.

LA BATALLA MEDIÁTICA DE LA FAMILIA

Tras su muerte, los miembros de la familia Mohedano Jurado comenzaron a hacerse un hueco en programas de televisión y a exponer problemas familiares que han acaparado horas y horas de programas. El último ejemplo es el de Rocío Carrasco, hija de la artista, que protagonizó una polémica docuserie titulada 'Contar la verdad para seguir viva'.

Sobre esa exposición mediática y los desencuentros públicos, Marina Bernal explica que Rocío Jurado era “la cohesión y el punto de encuentro de la familia”. “Rocío tenía una habilidad especial para acercar a los seres humanos y nunca hubiera permitido que hubiera distancia”, asegura la escritora.

Bernal admite que, en vida de Rocío, había desencuentros, “pero ella nunca hubiera permitido ese distanciamiento entre su hija mayor y el resto de la familia”.

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