LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA

SEMANA SANTA: ¿Qué tiene que ver la Inquisición con los capirotes de los nazarenos?

Capirote, capirucho, caperuz, capuz o tercerol. Es la misma pieza de la vestimenta del nazareno, pero con distinto nombre según la provincia o la terminación que tenga la tela.

Mónica García

Málaga - Publicado el - Actualizado

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Verás miles y miles en estos días de Semana Santa. Tienen forma cónica en su mayoría y apuntan directamente al cielo. Se trata del capirote con el que ocultan su rostro los penitentes o nazarenos que acompañan a los Sagrados Titulares de sus cofradías. Su origen tiene que ver con los tribunales de la Inquisición.

Por asimilarlo, yo diría que tiene que ver con aquello de penar las faltas, y de ahí lo de penitente. En tiempos de la Inquisición se ponía un capirote al que iba a ser ajusticiado y también se colocaba al que cometía algún tipo de falta contra la Religión y se le obligaba la recorrer la ciudad. En aquellos años el cucurucho era de cartón y apuntaba al cielo por aquello de pedir perdón a Dios que se encuentra en las alturas”, explica en 'La Noche de Adolfo Arjona' el director de COPE Valladolid y estudioso de la Semana Santa, Luis Jaramillo.

EL TONTO DE CAPIROTE

Esta capucha ya era utilizada por los tribunales de la Inquisición durante el siglo XVI y XVII: "En los procesos inquisitoriales, se habla del tonto de capirote, porque se empleaba para señalar mediante ese cono elevado quién era el condenado. Luego fue evolucionando a este tipo de carácter penitencial que adoptan las cofradías que se basan en la penitencia, no solamente física, sino también espiritual. Siempre ha tenido una carga luctuosa, pero sin obviar ese carácter penitencial, porque realmente es incómodo", afirmaba el Doctor en Arte, Antonio Bonet, en COPE.

EVOLUCIÓN DEL CAPIROTE

Con el paso de los siglos poco ha cambiado el capirote. En sus orígenes era de papel y actualmente puede ser de cartón o incluso rejilla para evitar el peso sobre la cabeza del nazareno. Con una goma se sujeta a la cabeza y se cubre con una tela que lleva dos agujeros para permitir la visión.

El que porta un capirote es el nazareno. Es la señal de que está haciendo penitencia y se garantiza su anonimato, al mismo tiempo que renuncia a su identidad”, relata Jaramillo.

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