El agente de la DEA, Javier Peña, desvela en primera persona la maldad de Pablo Escobar frente a sus víctimas

En solo unos días se cumplirán veintisiete años de la muerte del narcoterrorista colombiano Pablo Escobar. Desde Texas, uno de los agentes de la DEA que contribuyó a acabar con el mayor narcoterrorista del siglo XX, concede una entrevista a Adolfo Arjona "para contar toda y nada más que la verdad", asegura Javier Peña al comenzar la conversación.

INICIOS DE LA CARRERA DELICTIVA DE PABLO ESCOBAR

La vida criminal de Pablo Escobar comienza en 1976. A principios de los ochenta es un completo desconocido para la DEA (Administración de Control de Drogas de Estados Unidos) pero, cuando años más tarde asignaron el caso al agente Peña, se dio cuenta de que el líder del cartel de Medellín llevaba años ganando dinero a costa de la adicción de millones de personas.

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“Cuando comenzamos a escuchar hablar de Pablo Escobar empezamos la investigación. Fue cuando descubrimos que años antes, en 1980, firmó por primera vez con su nombre y lo que firmó fue la compra de una casa de mucho lujo en Miami. Una casa que actualmente está valorada en quince millones de dólares”, relata el agente de la DEA, Javier Peña, en 'La Noche de Adolfo Arjona'.

COMIENZA LA GUERRA CONTRA NARCO PABLO ESCOBAR

Aunque comenzó desde abajo, traficando con todo tipo de mercancía a pequeña escala, pronto Escobar supo que para cumplir la promesa que una vez se hizo, tenía que entrar en el negocio de la cocaína. "Siempre dijo que si antes de los cuarenta años no había ganado su primer millón de dólares se quitaría la vida", aseguró una de sus amantes, Virginia Vallejo, en una entrevista concedida hace unos años a Adolfo Arjona. Y para alcanzar aquel objetivo El Patrón no dudaría en emprender una encarnizada guerra contra todo el que intentara interferir en sus negocios, ya fuera el Gobierno colombiano o los mismísimos Estados Unidos.

A Pablo Escobar se le atribuyen miles de muertes, entre las personas que fallecieron por el consumo de la droga, (que lo estaba haciendo multimillonario) y las muertes que ordenó cometer. La década de los ochenta supuso una cruenta guerra entre el Gobierno de Colombia y el líder del cartel de Medellín.

“El viernes 18 de agosto de 1989 nunca se me va a olvidar”. Se refiere el agente Peña al día en el que Pablo Escobar asesinaba al candidato a la Presidencia Luis Carlos Galán, al que todas las encuestas daban como ganador.

Peña se disponía a tomar unas cervezas con su compañero de la DEA en aquel momento, Gary Sheridam, cuando “en ese momento viene la camarera llorando y gritando que acababan de matar a Luis Carlos Galán. Váyanse todos. No paguen la cuenta, nos dijo. Era de noche. Había retenes, militares en la calle. Mucha confusión. Me tuve que ir a la Embajada de Estados Unidos en Bogotá para una reunión muy importante”, recuerda Javier Peña en 'La Noche de Adolfo Arjona'.

El asesinato del candidato Galán, tiroteado por siete sicarios de Escobar durante un acto de campaña, fue la gota que colmó el vaso. El por entonces presidente de Colombia, Virgilio Barco, decidió entonces cambiar las leyes para hacer posible la extradición de todos los narcoterroristas que fueran detenidos, con especial interés en que Pablo Escobar terminara juzgado y encarcelado en Estados Unidos. “Yo considero al presidente Virgilio Barco un héroe”, sentencia el agente de la DEA durante su conversación con Adolfo Arjona.

EL VUELO 203 DE AVIANCA

El asesinato de Luis Carlos Galán conmovió al país en agosto de 1989. Solo tres meses después, el 27 de noviembre, Escobar ordenaba la explosión del vuelo 203 de Avianca. Fallecían en el acto 110 personas. “¿Cómo fue posible que nadie interceptara aquellos planes de Escobar? Estamos hablando de un hombre que se había convertido en el enemigo público número uno para el Gobierno de Colombia y para Estados Unidos. ¿Cómo no se pudo evitar que saltara por los aires aquel vuelo?”, plantea Arjona al agente Peña.

“Realmente no lo sé. Nadie se dio cuenta, ni Inteligencia. Fue un error de todos nosotros, de Colombia y de Estados Unidos. ¿Cómo no nos dimos cuenta de que iba a poner una bomba en un avión?” se sigue preguntando Javier Peña treinta años después del suceso.

“Aquello fue algo muy singular porque nadie podía entender cómo un traficante ordenaba matar a ciento diez personas inocentes que iban en un avión. Nadie podía entenderlo. Aquel tipo estaba fuera de control. Lo que había hecho, junto con el asesinato de Luis Carlos Galán, daba cuenta de cómo era realmente Pablo Escobar”, concluye el agente de la DEA que durante años persiguió al líder el cartel de Medellín.

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