La conspiración tras el asesinato de Martin Luther King

A las 6 de la tarde del 4 de abril de 1968, el activista político Martin Luther King, se asomaba al balcón del Motel Lorraine, en Memphis, para saludar a sus seguidores, mientras esperaba la llegada de unos amigos para cenar.

Solo un minuto después, la bala de un rifle impactaba contra su cabeza. Lo declararon muerto una hora después.

Acababa de fallecer el hombre que sentó las bases de los derechos civiles de los negros en Estados Unidos, el orador que quiso acabar con la discriminación racial, el político que abogaba por la no violencia, y al que otorgaron solo cuatro años antes el Premio Nobel de la Paz.

Su asesino, el delincuente racista James Earl, se dio a la fuga, pero fue detenido dos meses después en un aeropuerto de Reino Unido, cuando intentaba huir a otro país.

Aunque en un primer momento confesó su crimen, después se retractó. Así, abrió la puerta a una conspiración que sigue viva en nuestros días, y que situaría en el punto de mira a la mafia y al propio gobierno estadounidense, tesis que apoyaban la esposa y el hijo de Luther King.

A pesar de las hipótesis del complot, James Earl fue condenado a cien años de cárcel. Falleció en prisión el 23 de abril de 1998 por problemas renales y hepáticos, posiblemente por la infección durante una transfusión de sangre.

James tenía 70 años y, conspiraciones aparte, pasó a la historia como un asesino, mientras que su víctima, Martin Luther King, lo haría como un héroe universal.

Se cumplen 55 años del asesinato de Martin Luther King. Su asesino: James Earl, un delincuente habitual que pasó varias veces por la cárcel por distintos robos. En 1967 (un año antes del asesinato) escapó de la cárcel en la que cumplía veinte años por un atraco a punta de pistola. Cambió de nombre, incluso se operó para cambiar también de rostro.

EL ASESINO

En La Noche de Adolfo Arjona ha estado el profesor de historia del mundo actual de la Univesidad CEU San Pablo, Ricardo Ruiz de la Serna para conocer que fue el asesino de Martin Luther King y que le llevó a cometer ese acto. Hay varias hipótesis sobre por qué James Earl tenía en le punto de mira a Martin Luther King. 'Por una lado está el tema del pago por hacerlo, aunque nunca se pudo indentificar al que supuestamente lo hizo y por otro la animadversión que sentía hacia Luther King' cuenta Ricardo.

Tras su detención en Reino Unido, Earl confesó el crimen... y así evitó la pena de muerte: fue condenado a 99 años de prisión. Sin embargo, más adelante se retractó de su declaración inicial. 'Él dijo que le habían presionado y amenazado para que se declare culpable' asegura el profesor, 'pero aquel cambio no tuvo repercusión en los efectos procesales'.

El propio hijo de Luther King, Dexter, apoyó la idea de James, e incluso tuvo un encuentro con él en 1997. Incluso llegó a apoyar públicamente la iniciativa de realizar un nuevo juicio. Lo mismo ocurre con la esposa del fallecido, Coretta, que tampoco culpaba a James del asesinato.

CONSPIRACIÓN

A partir de aquel cambio de declaración del condenado por el asesinato de Martin Luther King, comenzaron a aparecer las teorías de la conspiración.

Aparece la figura de Loyd Jowers. En 1999, Coretta y Dexter lograron llevar a juicio a este empresario que había salido en televisión unos años antes haciéndose eco de una conspiración, en la cual el gobierno y la mafia lo habrían contratado para asesinar a Luther King a cambio de 100.000 dólares.

'Henry Clay pudo ser la mano que estuvo detrás del asesinato de Luther King' cuenta Ricardo Ruiz de la Serna, 'era anticomunista y activista y él sería el que habría liderado el grupo de la tres personas responsables del asesinato'.