LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA
Luis Miguel: la ciudad española a la que temía viajar y el inesperado motivo por el que empezó a cantar bolero
En 'La Noche de Adolfo Arjona' rendimos tributo al artista cuando se cumplen 40 años del inicio de su carrera
Luis Miguel: la ciudad española a la que temía viajar y el inesperado motivo por el que empezó a cantar bolero
Málaga - Publicado el
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Hace 40 años, firmaba su primer contrato discográfico un jovencísimo artista que se acabaría convirtiendo en ídolo mundial. Era enero de 1982 cuando comenzaba la carrera de Luis Gallego Rey... mundialmente conocido como Luis Miguel.
En que Luis Miguel, que entonces era un niño de doce años, firmara su primer contrato tuvo mucho que ver su padre, Luisito Rey. Él también fue un niño prodigio, aunque no fue capaz de mantenerse en el camino del éxito, en buena medida por los excesos y la mala vida. Junto a la ítaloargentina Marcela Basteri, formó una familia y juntos comenzaron a viajar persiguiendo proyectos artísticos que nunca llegarían a buen puerto.
La historia de la familia cambió cuando el primogénito -nacido en 1970- demostró sus dotes artísticas. Sabiendo que tenía entre manos un diamante por pulir, Luisito Rey organizó el debut de su hijo: a sus diez años se subía por primera vez a un escenario, acompañando a su padre en un espectáculo en Ciudad Juárez. A partir de entonces, el hijo se empezaba a convertir en artista y el padre se reconvertía en mánager.
UNA ACTUACIÓN PARA LA HISTORIA
El despegue de Luis Miguel fue ya imparable cuando el entonces presidente mexicano, José López Portillo, lo contrató para cantar en la boda de su hija. Un mes después, comenzarón las conversaciones con la discográfica EMI, con la que Luis Miguel firmó su primer y millonario contrato en 1982. Se cumplen de ello 40 años y en 'La Noche de Adolfo Arjona' rendimos tributo al cantante con motivo de este señalado aniversario.
El escritor Javier León Herrera, autor de una trilogía dedicada a Luis Miguel: 'Luis Mi Rey' (que es el libro que sirve de base a la serie de Netflix sobre el cantante), autor también de 'Luis Miguel, la historia' y de 'Oro de Rey', le contaba a Arjona que su padre, Luisito Rey, comenzó a “mover contactos” y acabó consiguiendo que el niño actuara en la boda de la hija del entonces presidente de México, lo que supuso un antes y un después de la carrera del joven Luis Miguel.
LA FARSA DEL NACIMIENTO EN MÉXICO
Fue en esa época cuando Luisito Rey organizó una de sus mentiras: contó que su hijo era mexicano cuando, en realidad, había nacido en Puerto Rico “porque cuando decide lanzar a Luis Miguel en México, obviamente influía mucho que fuera mexicano... no es lo mismo presentar a un extranjero que a un nacional”. Entonces Luisito Rey y su hermano -que era su mano derecha- comienzan a “urdir todo ese plan para convertir a Luis Miguel en un mexicano, se inventan que nació en Vera Cruz y le hacen una documentación falsa”.
El éxito artístico de Luis Miguel tenía una cara menos amable. No iba al colegio, tenía que estudiar entre grabación y grabación, estaba sometido a interminables jornadas de trabajo, a agotadores viajes de país en país... siempre con su padre al mando y su madre, resignada a ver cómo su hijo perdía su infancia y juventud entre focos y escenarios.
Una resignación con una clara contraprestación: los Gallego Basteri prosperaron, alcanzaron una vida llena de lujos, Luis Miguel cumplía sueños como trabajar con Juan Carlos Calderón, hacer cine y televisión, triunfar en festivales como San Remo y Viña del Mar... hasta ganar un Grammy.
LA DESAPARICIÓN DE SU MADRE
Para entonces, en casa ya eran más: primero llegó Alejando y después, Sergio, los hermanos de Luis Miguel. Pero la felicidad de la familia era solo fachada. Una familia que se comenzó a desmoronar cuando, en 1986, Marcela Basteri desaparecía a sus 39 años. A partir de ahí “nunca más se supo”, como recuerda Javier León Herrera, que sostiene que Marcela Basteri “falleció en Madrid en 1986” y que su muerte “posiblemente” no fue natural.
Aquella extraña desaparición supuso un antes y un después en la vida del cantante: poco tiempo después, al cumplir la mayoría de edad, decidió emprender el camino alejado de su padre, una decisión que Luisito Rey nunca aceptó. Entró en su vida Hugo López, que primero sería su representante y que acabaría convirtiéndose en su confidente y protector.
EL DESPEGUE CON SU NUEVO MÁNAGER
De la mano de su nuevo mánager, Luis Miguel multiplicó su popularidad, dio un giro a su estilo, se introdujo en el bolero, vendió discos por millones, viajó por medio mundo... y también en esa época se convirtió en padre (una paternidad que el mundo no conocería hasta años después).
A principios de los 90, a punto de comenzar la grabación de un nuevo disco, Luis Miguel tuvo que parar todos sus planes. Su padre estaba hospitalizado y, tras varios años sin tener relación, el cantante decidió viajar a España para despedirse de él. Luis Rey murió llevándose a la tumba demasiadas mentiras y demasiados secretos... entre ellos qué había sido de su esposa, Marcela. Era el año 1992.
EL ÉXITO DE LA MANO DEL BOLERO
La década de los 90 supuso el comienzo de una nueva era para Luis Miguel. Apenas acababa de convertirse en veinteañero y ya cargaba con una larga carrera a sus espaldas, ahora lejos de las manipulaciones de su padre recién fallecido.
El primer gran cambio vino de la mano de un género musical: su incursión en el bolero supuso un antes y un después en su carrera. “El bolero ha vuelto a ser lo que es gracias al empuje que le dio Luis Miguel en los 90”, recuerda en 'La Noche de Adolfo Arjona' el director de COPE Cataluña, Jordi Casoliva, que también ha trabajado en emisoras musicales y tuvo oportunidad de coincidir con el artista en aquellos años.
Su incursión en ese género musical se produjo de forma casual. A principios de los “Luis Miguel tenía que entregar un disco a la discográfica por contrato, Juan Carlos Calderón no le podía ayudar en ese disco por problemas de agenda” y entonces su equipo comenzó a pensar para buscar una solución y es entonces cuando “el mánager le propone hacer un disco de boleros, que encaja mucho con su estilo”.
Y a partir de ahí, el éxito de Luis Miguel alcanzó cotas nunca vistas hasta entonces por un artista latino. Uno de sus grandes logros fue formar parte del segundo disco de duetos de Frank Sinatra. Luis Miguel tenía entonces 23 años y vio un sueño cumplido y, quizá, su consagración como artista internacional.
“PÁNICO” POR SU PADRE
En aquella época, Jordi Casoliva entrevistó a Luis Miguel en dos ocasiones. El artista “ponía mil millones de problemas para venir a Barcelona porque entonces su padre circulaba por la ciudad y habían roto... y todo era muy medido porque tenían el miedo constante de que apareciera el padre... era pánico”.
Mientras el mundo entero escuchaba sus canciones, el artista se esforzaba por mantener su vida privada bajo el más absoluto secreto, aunque no fue tarea fácil porque en aquellos años 90 y principios de los 2000 él era uno de los hombres más buscados por la crónica social.
EL ROMANCE CON MARIAH CAREY
Por su corazón y su alcoba pasaron modelos, actrices, cantantes, periodistas, celebrities... Con una compañera de profesión, precisamente, protagonizó uno de los romances más sonados de finales del siglo XX y comienzos del XXI.
Luis Miguel y Mariah Carey se conocieron en una fiesta de Navidad en 1998 y comenzaron entonces una relación que acaparó decenas de portadas de la prensa rosa e interminables horas en programas del corazón. Pero aquel publicitado amor tuvo su punto y final en 2001.
Por el corazón del deseado Luis Miguel siguieron pasando bellísimas mujeres, hasta que una de ellas le hizo sentar la cabeza: por primera vez, el artista sintió que quería formar una familia... y así lo haría de la mano de la actriz mexicana de telenovelas Aracely Arámbula. En 2007 nació Miguel y un año después, Daniel. Aunque la felicidad de la pareja tampoco duraría para siempre. Lo suyo se terminó en 2009.
UN ARTISTA HERMÉTICO
A pesar de su larga lista de conquistas, Luis Miguel nunca se ha casado y es cada vez más hermético con su vida privada. Cuentan quienes le conocen que ha padecido largos períodos de depresión, que su salud ha sufrido importantes altibajos, que se ha refugiado en fármacos con demasiada frecuencia y que, en los últimos años, ha tenido que aprender a convivir con su propio ocaso.
A sus 51 años, Luis Miguel vive alejado de los focos y apenas se deja ver en las redes sociales, en las que acumula varios millones de seguidores y que solo usa como escaparate de su trayectoria musical.
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