LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA

Del odio a Sherlock Holmes a su obsesión por los espíritus: la cara oculta de Arthur Conan Doyle

En 'La Noche de Adolfo Arjona' abrimos la enciclopedia oculta de Guillermo Díaz para conocer al escritor británico

Del odio a Sherlock Holmes a su obsesión por los espíritus: la cara oculta de Arthur Conan Doyle

Redacción COPE Málaga

Málaga - Publicado el

4 min lectura

      
      
             
      

En 1893 murió Sherlock Holmes. Su creador, el escritor inglés Arthur Conan Doyle, harto del personaje, había decidido poner fin a sus andanzas. Lo hizo en un relato titulado 'El problema final'. Conan Doyle estaba cansado de escribir historias sobre el detective más famoso de todos los tiempos, quería dedicarse a otras cuestiones. Pero el escritor había cometido un error de cálculo: sus lectores querían a Holmes más que a su creador. 

Conan Doyle, como el Dr. Frankenstein, ya no podía controlar a su criatura. Ya no era dueño del destino de Sherlock Holmes, las presiones fueron muchas, legiones de seguidores de Holmes reclamaron su regreso, así que sucumbió y lo resucitó. Pero a quien habría querido resucitar Conan Doyle era a su hijo perdido en la Primera Guerra Mundial. Ese deseo iba a cambiar su vida y su obra para siempre.

LA INFLUENCIA DE UN DOCTOR

Estas son algunas de las claves sobre la vida del afamado escritor británico que descubrimos en 'La Noche de Adolfo Arjona' al abrir la enciclopedia oculta de Guillermo Díaz. El divulgador y escrito relata que Arthur Conan Doyle nació en 1859 en Edimburgo, en cuya universidad estudió Medicina, una formación que sería determinante en su futuro y en la creación de uno de los personajes más conocidos de la Literatura universal, Sherlock Holmes.

Según le cuenta Guillermo Díaz a Adolfo Arjona, en la universidad Conan Doyle tuvo a un profesor, el doctor Joseph Bell, “un hombre que insistía mucho en el uso del método deductivo para realizar diagnósticos y la práctica de la Medicina”, aplicando “la lógica”.

EL MÉTODO HOLMES

“Era un racionalista casi radical” y “la influencia del doctor Bell sobre Arthur Conan Doyle sería determinante para que nazca Sherlock Holmes, porque el método Holmes aplica la lógica sobre los hechos y va tirando de la razón y la observación”. Conan Doyle llegó a abrir su propia consulta, “pero como no le daba el dinero escribió un relato llamado 'El estudio en escarlata' en el que aparece un detective llamado Sherlock Holmes.

Aquel relato llegó a manos de un escritor que lo consideró una “genialidad” y le propuso a Conan Doyle un contrato para escribir una serie de relatos en una revista, que le dieron una enorme popularidad al personaje.

      
             
      

“Llegó un momento en que Conan Doyle llegó a cogerle mucha manía al personaje porque se había convertido en el centro de su vida”, e incluso “recibe presiones” sobre las tramas de los relatos en torno al detective, al que el escritor decidió matar en la novela 'El problema final'. “Lo que no esperaba Doyle era la reacción del público... la revista en la que publicaba las historias de Holmes tuvo 20.000 bajas de suscriptores y la gente llegó a pasear con crespones negros en los brazos como señal de luto por la muerte del detective”.

PRESIONES DE LOS LECTORES

Guillermo Díaz le cuenta a Adolfo Arjona que, a partir de ahí, comienza a recibir presiones y en 1901 escribe 'El sabuso de los Baskerville', en el que vuelve a aparecer el personaje de Sherlock Holmes, al que su autor “odiaba”.

En paralelo a su actividad como escritor, la vida personal de Arthur Conan Doyle dio un vuelco a raíz de la muerte de su hijo en la Primera Guerra Mundial. En aquella época, cuenta Guillermo Díaz en 'La Noche de Adolfo Arjona', “el espiritismo ganó fuerza... la búsqueda de seres queridos muertas hizo que muchos se entregasen a prácticas espíritas, a mediums, a brujos y a sesiones de todo tipo... y Conan Doyle cayó en esto buscando contactar con su hijo”. Su obsesión por el espiritismo llegó incluso a afectar a su obra y es entonces cuando crea al profesor Challenger, que acaba buscando espíritus,

      
             
      

ESPIRITISMO

El divulgador y periodista especializado en asuntos de misterio, Alberto Frutos, añade en 'La Noche de Adolfo Arjona' que, aunque su interés por el espiritismo comienza en la década de los ochenta del siglo XIX, “su obsesión se vio subrayada por esa tragedia familiar y en Londres encontró un campo abonado para sus intereses”. En aquella época, en la capital británica las prácticas en torno al espiritismo estaban muy extendidas, explica el experto.

Tanto impactó en el escritor esta corriente paranormal que escribió sobre ella. En este sentido, Alberto Frutos recuerda que una de las obras menos leídas de Conan, pero más populares en su momento fue 'La historia del espiritualismo', “que no está a la altura de sus mejores trabajos, pero no se debe pasar por alto”.

Guillermo Díaz relata que a Conan Doyle “le dio la espalda gran parte de la sociedad científica de aquel momento, pero no le dio la espalda la posteridad... y aquella fusión del mundo real con el paranormal dio sus frutos con relatos muy interesantes”. “Al final tenemos que quedarnos con el resultado de la obra, que en el caso de Doyle dio mucho más al mundo de lo que le quitó con algún patinazo que todo genio se puede permitir”, sentencia Guillermo Díaz.