Un ordenador del siglo I a.C., aerodinámica en el Antiguo Egipto y pilas de 2.000 años: enigmas arqueológicos

El mundo del cine nos regaló la figura de un arqueólogo llamado Indiana Jones, cuyos hallazgos siempre estaban rodeados de enigmas, misterios y aventura. Pero... ¿qué hay de cierto en esa faceta de la arqueología? A esa pregunta buscamos respuesta en 'La Noche de Adolfo Arjona', con la ayuda de un experto en asuntos paranormales, José Manuel García Bautista.

UN ORDENADOR DEL SIGLO I A.C.

“Es cierto que se ha encontrado un ordenador del siglo I a.C.”, asegura el autor del libro 'Misterios y enigmas de la arqueología' publicado en la colección Enigma de la editorial Almuzara. El hallazgo “por casualidad” se produjo en Grecia, cuando “unos pescadores de esponjas localizaron una galera romana, en cuyas bodegas había una caja con un aparatejo al que no se le dio importancia”, hasta que se descubrió que era “un perfecto mecanismo de relojería que podía marcar perfectamente la posición de los planetas y de los eventos más importantes a nivel solar y lunar”.

“Se le consideró un pequeño ordenador de navegación que podía ayudar a los marineros a calcular la posición en la que se encontraban”. “Es un auténtico misterio... un ordenador de aquella época”, añade García Bautista.

AERODINÁMICA EN EL ANTIGUO EGIPTO

¿Es cierto que se podía volar en el Antiguo Egipto? El experto asegura, en su charla con Adolfo Arjona, que sí: “Hay un pequeño juguete, un pajarillo con forma aerodinámica, con alas como las de un planeador y con una cola con la forma de las cola de los aviones”. “Si lanzáramos esa maqueta, nos encontraríamos con que tiene la aerodinámica suficiente para volar”, a lo que añade que, por tanto, en el Antiguo Egipto “no solo conocían las técnicas de la aerodinámica, sino que aquel aparato podía volar”.

PILAS DE 2.000 AÑOS DE ANTIGÜEDAD

Otro misterio relacionado con la arqueología es el hallazgo de unas pilas con más de 2.000 años de antigüedad. Según José Manuel García Bautista, “son unas pequeñas vasijas que tenían en su centro un disco de plomo que, a su vez, tenía en su interior una barra de cobre”.

“Hubo alguien que pensó que aquello debía tener una utilidad... lo rellenó de zumo de uva, que hacía de electrolito, y tuvo como resultado un voltaje de un voltio y medio, con lo cual era una pila”. Según el experto, la utilidad de aquella antigua pila era galvanizar una pieza de cobra y darle la apariencia “de un objeto más valioso, dándole dorado”.

A la lista de los hallazgos arqueológicos más misteriosos encontamos también discos con información grabada. El hallazgo se produjo en China y, cuando se trató de reproducir el contenido, era “ininteligible porque era ruido, pero nadie quita que ese ruido sea algo que tenga que ver con una realidad que desconocemos”.