LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA

Pedro Cavadas, a fondo: "Un apodo cariñoso, una afición desconocida y un pacto entre caballeros"

En "La Noche de Adolfo Arjona" hablamos con uno de los cirujanos más prestigiosos del mundo

cavadas

Yolanda Guirado

Sevilla - Publicado el

8 min lectura

Pedro Cavadas tiene una habilidad especial en las manos. Y una precisión tan perfecta como la de uno de esos relojes suizos. 

Casos que otros colegas ven como imposibles, él los resuelve. Por algo le llaman “el doctor Milagro”. “Un apodo que me pusieron hace mucho tiempo. Si lo usan pacientes, suele ser bueno. Si lo usan otros médicos, suele ser menos bueno. Pero quiero interpretarlo como algo cariñoso”.

COMO FÉLIX RODRÍGUEZ DE LA FUENTE

Especialista en Cirugía Plástica y Reparadora, ha conseguido auténticos logros en pacientes que habían perdido toda esperanza. Pedro Cavadas le ha contado a Adolfo Arjona que no siempre quiso ser médico. “A mí me gustaban las Ciencias y los animales. Quería ser naturalista como Félix Rodríguez de la Fuente, pero no había escuela de naturalismo, así que terminé siendo médico porque era lo que más se le parecía”.

Pedro Cavadas terminó la licenciatura de Medicina en 1989. “Me saqué la carrera prácticamente gratis porque sacaba continuas Matrículas de Honor”. Desde entonces, ha trabajado mucho hasta convertirse en una eminencia de la Medicina. Entre sus grandes hitos, la reconstrucción del rostro afectado por un tumor en junio de 2016. “Me gustaba la microbiología, la posibilidad de recomponer una parte del cuerpo amputada. La Cirugía reparadora la he ido descubriendo con el tiempo.”

EL DOCTOR MILAGRO

En una compleja intervención, el doctor Cavadas realizó la reconstrucción del rostro de la mujer marroquí Samira Benhar, afectada por una severa deformidad que le acarreaba rechazo social y problemas en su país de origen.

La joven sufría un grave caso de tumor facial (neurofribomatosis tipo I), que le ocupaba la mitad de la cara y le impedía la visión de un ojo. En 2013 lograron una cita con el doctor Cavadas, quien se comprometió a colaborar realizando la intervención quirúrgica de manera altruista. Tres años después, lo lograron.

Lo que la mayoría entienden como un gran hito de la Medicina, el doctor Cavadas lo ve como el resultado de mucho trabajo y horas de quirófano. Para él no existen las fórmulas mágicas. Sólo el trabajo y el tesón.

El doctor Cavadas entiende la Medicina como una profesión muy peculiar. "Es un trabajo un poco peculiar, porque trabajas con la tragedia de la gente. Cuando al alguien le dices que no le solucionas su tragedia porque no tiene dinero para pagarlo, es muy difícil decirlo."

SU AMIGO MIKE Y UN PACTO PARA SIEMPRE

Adolfo Arjona le ha preguntado por otro caso que dio la vuelta al mundo. El de Mike Koech. Un bulto gigantesco que crecía descontroladamente en su rostro desde hacía diez años.

El tumor era benigno, pero se consideró inoperable porque cualquier intervención obligaría a extirparle la mitad de la cara, el maxilar y uno de los ojos. Sin embargo, el doctor Pedro Cavadas se cruzó casualmente en el destino de ese hombre de 36 años. Consiguió cambiarle la vida.

Hasta que conoció al doctor Cavadas, ningún médico de Kenia, el país natal de Mike Koech, ni ninguno de los especialistas que le atendieron en India posteriormente sabían cómo ponerle solución a este tumor. “Mike y yo llegamos a hacernos amigos. Me lo encontré en una cuneta en Kenia. Su aspecto era tan llamativo que paré el coche, le pregunté y había conseguido ir a la India para que le vieran”.

LA FRANQUEZA DE CAVADAS

Hay casos que marcan para toda la vida. Y pacientes que pasan a ser amigos. Casi familia. Era el caso de Mike. "Se vino conmigo a España. Lo operé cinco veces. Vivió ocho años desde la primera cirugía. La primera hija que tuvo después de la cirugía, me pidió que eligiera el nombre. Elegí el nombre de mi madre".

Mike murió. Pero tuvo ocho años más de vida. "Hice un pacto con él. Me ocuparía de su familia cuando falleciera. Y los caballeros cumplimos los pactos".

Cavadas reconoce que cuando un paciente como Mike Koech llega a su consulta, es claro y directo. Siempre le cuento al paciente qué probabilidades hay de que salga bien o mal la operación. “La diferencia entre un médico y un paciente es que el médico tiene una información que el paciente no tiene. Y quiere saber qué dice la ciencia sobre su problema. El paciente tiene que conocer si su problema tiene solución y cómo es esa solución."

UNA " ENFERMEDAD INCURABLE"

No se considera especialmente creyente. “Con todo el respeto a mi madre, que era católica, y a mi mujer, que es árabe y musulmana. Yo no soy profundamente creyente en nada." 

Tampoco teme a la muerte: “cuando me muera, estaré muerto. No me importa la muerte. No le tengo miedo. Miedo a mi propia muerte tengo cero. Tengo una enfermedad y es que no me da miedo nada."

No tengo miedo a mi propia muerte

Pedro Cavadas

Cirujano

En 2020, intervino a un niño africano de 10 años en España. Le extirpó un tumor craneofacial más grande que su cabeza, la operación fue un éxito, pero el chico murió de vuelta a casa por una “hemorragia masiva por boca, que no pudo ser controlada”, según contó usted en un comunicado. “A día de hoy no sé qué puedo pasar. No tenía por qué haber ocurrido. Fue una fatalidad. Le pasó en el avión, le podía haber pasado en su país. “Que un paciente africano se me muera me gusta menos todavía. Sobre todo cuando mueren”.

ALBA LUCIA, UN CASO QUE DIO LA VUELTA AL MUNDO

Dejar su jeep destartalado, sus hijas, su mujer, ver crecer a sus nietos. No le produce ningún vértigo. “Debería. Pero la realidad es que no le tengo ningún miedo a morirme. Procuraré no hacerlo en breve porque sé que le haría daño a mi familia. Por lo demás, no me importa mucho”.

Sus pacientes lo ven como el hombre que les ha salvado la vida. Tampoco se olvida del doctor Alba Lucía, una colombiana de 47 años y vecina de Castellón. Ella fue la primera mujer del mundo a la que se practicó un trasplante bilateral de antebrazos y manos.

Pedro Cavadas con uno de sus pacientes

Pedro Cavadas con uno de sus pacientes

La intervención la realizó en noviembre de 2007, en el Hospital La Fe de Valencia el doctor Cavadas. La operación duró más de 12 horas, fue un éxito y la paciente, que sufrió la doble amputación a consecuencia de una explosión cuando realizaba un experimento de química, pudo recuperar la sensibilidad.

UN VIAJE QUE LE CAMBIÓ LA VIDA

Cuando el doctor Cavadas no está en el hospital o revisando casos, le gusta pasar tiempo con su familia. “Si me puedo escapar para cazar con arco, lo hago. Es mi gran pasión. Es puro respeto a la naturaleza”. Aunque reconoce que todos los fines de semana tiene que trabajar.

Cada año, Cavadas viaja a África para atender a pacientes que no tienen una atención médica con la Fundación que él mismo creó: la Fundación Cavadas. “Cuando son casos complicados, traemos a los pacientes a España. Porque cualquier caso se puede complicar bastante. Allí hacemos “todología”. O lo que es lo mismo, atienden al paciente en todo lo que necesita. 

Tener un Porsche me parece una forma muy tonta de ofender al resto de la gente

Pedro Cavadas

Cirujano

Ha contado en alguna entrevista que él ya ha sido un cirujano rico y ambicioso. Que tuvo que pisar África para aprender a vivir sin las cosas artificiales. En 2001, el cirujano perdió a su hermano Jaime en un accidente de tráfico. Tras ese varapalo, se fue a África.

El continente más pobre del planeta le cambió la vida. Tras ese viaje, cambió su  Porche por un viejo Jeep. "Ahora no tengo Porsche. Me parece una forma muy tonta de ofender al resto de la gente. Es una diversión muy cara. Es una forma de ir diciéndole al resto: “yo tengo esto y tú no”.

TANZANIA Y LA FUNDACIÓN CAVADAS

África es un baño de realidad. Siempre lo ha sido para él. Desde la primera vez que fue. "Cuando vas a África te das cuenta de que la inmensa gente del mundo no se preocupa de tonterías, se preocupan de que no le disparen, comer, y si enferman, no morir. Eso es la realidad. Y eso me hace estar incómodo con ciertas cosas".

Además, al doctor le queda tiempo para trabajar en la Fundación Cavadas, que viaja a los países más pobres del planeta para atender a personas que lo necesitan. Su próximo viaje es a Tanzania a finales de año

El doctor Cavadas, operando en África

El doctor Cavadas, operando en África

Adolfo Arjona le ha preguntado qué piensa de la Seguridad Social en España cuando viaja a estos países con tan pocos recursos:  “La Seguridad Social en España es excelente. El concepto poético de la sanidad gratuita e ilimitada, tiene un coste muy elevado. Las facturas en gasto médico se van incrementando de forma exponencial, y llega un momento en que no es costeable, por mucho que suban los impuestos”.

Tenemos una Sanidad en España excelente

Pedro Cavadas

Cirujano

¿Cómo se soluciona? "No tengo ni idea", reconoce. Ni soy gestor médico ni quiero serlo. Es muy buena la sanidad pública. No hay ni un solo país en el mundo en el que la población diga “qué maravilla de Sanidad tenemos”.

LA ILUSIÓN DEL PRINCESA DE ASTURIAS

Con una carrera como la suya, resulta inconcebible que no haya recibido ya el Premio Princesa de Asturias. Me haría muchísima ilusión. A mi madre le habría encantado que me lo dieran. Ella tenía pensado hasta la ropa que se iba a poner. No sé si me lo merezco”. Permítame que discrepe con usted, doctor. Más que merecido.