LA NOCHE DE ADOLFO ARJONA
El vampiro de Dusseldorf: "Me hacía ilusión escuchar el torrente de sangre de mi cuello partido en dos"
Eso fue lo que dijo a los psiquiatras Peter Kunten antes de morir decapitado en la guillotina por cometer numerosos asesinatos
Málaga - Publicado el
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Aquella madrugada del 13 de mayo de 1913, la casa estaba en completo silencio. Sus ocupantes dormían tranquilos sin ser conscientes de lo que iba a pasar. Mientras tanto, un ladrón se introducía a través de una ventana entreabierta.
El desconocido comenzó a recorrer la casa buscando objetos de valor, pero su vista quedó clavada en la imagen de una niña tumbada sobre la cama.
Con sigilo… se acercó a la chiquilla. Demostrando una gran agilidad, tapó su boca con una mano mientras con la otra la degollaba con el cuchillo que llevaba en el bolsillo.
La pequeña Christine, de ocho años, se desangró. El asesino, a su vez se acercó al cuello abierto y bebió con auténtica agonía la sangre que manaba.
Ese era el modus operandi de nuestro protagonista de esta crónica negra, Peter Kunter, conocido popularmente como “el vampiro de Dusseldorf”.
A lo largo de su abultada carrera criminal, este criminal de nacionalidad alemana agredió, violó y asesinó a decenas de personas, principalmente mujeres y niñas, aunque sólo pudieron demostrarse trece homicidios.
Una vez arrestado y juzgado, fue condenado a la guillotina el 2 de julio de 1931. Antes de que su cabeza fuera separada del cuerpo por el golpe de la afilada hoja, Peter Kurten confesó que se enfrentaba a ese momento con ilusión, ya que deseaba escuchar el torrente de su propia sangre al partirse en dos su cuello.
Su cabeza, disecada, se custodia en la actualidad en el museo Rypley´s, en el estado norteamericano de Wisconsin.
LA HISTORIA
Estamos ante el expediente del llamado “el vampiro de Dusseldorf” por su afición a beber la sangre de sus víctimas. Una vez más nos encontramos ante un personaje con una infancia plagada de malos tratos y violaciones. Sin duda, experiencias que lo marcaron, aunque no por ello está justificado lo que hizo.
Juan Manuel Hueso es criminólogo y productor del Podcast "Curiosidad Criminal" de la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses y ha contado en La Noche de Adolfo Arjona cómo fue la infancia de Peter Kunter, que con solo nueve años cometió un doble asesinato. 'Nació en el seno de una familia muy pobre donde pasó mucha hambre y con nueve años decidió huir de la casa, donde además era testigo de las vejaciones de su padre con su madre, que incluso violó a su hermana pequeña' cuenta Juan Manuel Hueso; 'y al parecer ahogó a dos niños en el Rin cuando apenas tenía diez años'.
El primer asesinato de Peter Kurten, convertido ya en adulto, se produjo el 13 de mayo de 1913. Esa noche, el criminal alemán entró a robar en casa de la familia Kleinde. Los padres estaban dormidos y Peter podría haber realizado el atraco sin mayor problema. Pero se topó con una niña de ocho años: la pequeña Christine, a la que extrajo la sangre sintiendo el mayor de los placeres. 'Sin contar con la multitud de animales que torturó, abusó de ellos y los mató... centrándonos solo en la personas, cometió alrededor de setenta delitos de diferente índole aunque al final iba ser acusado solo de una decena de asesinatos' asegura el criminólogo.
Después de más de una década matando, en noviembre de 1925, Peter Kurten buscó su minuto de gloria enviando a un diario local la dirección exacta en la que se encontraba el cadáver de su última víctima, una niña de solo 5 años. Los forenses determinaron que había sido estrangulada y violada… y que se le habían asestado casi cuarenta puñaladas. 'Al principio la policía estaba bastante perdida con él, buscaban a lautor entre los habitantes de las desitintas instituciones mentales de la zona, pero Peter Kurten cometió un error' asegura Juan Manuel Hueso; 'se fijó en una nueva víctima, una joven de 20 años, a la que atacó, violó y estranguló y dándola por muerta se marchó, pero la joven sobrevivió y denunció los hechos a la policía'.
Peter Kunter, el vampiro de Dusseldorf fue detenido a finales de mayo de 1930, comenzando su juicio un año después.
Aunque se le suponen decenas de asesinatos, solo se le pudo condenar por trece, además de por numerosas violaciones y agresiones. La sentencia fue firme: muerte por decapitación en la guillotina. Parece que aquello, en lugar de asustarle, le emocionó, y llegó a confesarle a uno de los psiquiatras que escuchar el torrente de su propia sangre correr por su cuello, partido en dos, le hacía ilusión.
El expediente que hemos abierto esta noche, el del "Vampiro de Dusseldorf" nos recuerda que el ser humano suele ser maravilloso, pero cuando el mal entra en él, puede bajar hasta lo más profundo del infierno…