Cómo las heces de los demás pueden acabar con nuestras infecciones

La doctora Elena Reigadas ha pasado por los micrófonos de 'La Noche de COPE' para hablarnos sobre el transplante fecal y los bancos de heces. 

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La cura de pacientes infectados por la bacteria Clostridium difficile, que suele provocar dolores de estómago y descomposición constante, se puede curar con un método que parece tan increíble como efectivo: el trasplante fecal. Un proceso que se realiza tomando una muestra de los microbios de las heces de una persona sana para reconstruir la flora intestinal del afectado. Para conseguir esto, el extracto del donante que se haya cogido tiene que ser diluido en suero salino, se le tienen que quitar las impurezas y tiene que ser centrifugado. Después, se inyectará al afectado, mediante una colonoscopia, usando 5 jeringas de unos sesenta mililitros. Una práctica que suele tener unos resultados muy satisfactorios, ya que los microbios de las personas actúan sobre la bacteria que causó la infección. Aun así, es un tratamiento que esperan que siga mejorándose.

La doctora del Servicio de Microbiología del Hospital Gregorio Marañón, Elena Reigadas, explicaba en La Noche de COPE, con Adolfo Arjona que “es un proceso sencillo, en el que el intestino de la persona ha quedado devastado, y permite la proliferación de esa bacteria. Entonces, habría que repoblarlo con bacterias de personas sanas que impedirían el crecimiento de la clostridium difficile”.

Lo normal es hacer un tratamiento a través de antibióticos, aunque es común que esta bacteria resista. Es entonces cuando se opta por el tratamiento fecal. “No es la primera opción porque se está estudiando su eficiencia en los primeros episodios de esta bacteria”, contaba la doctora Reigadas.

Una técnica que, en principio, es bastante segura. Aunque, “es cierto que hay algún riesgo porque se inyecta una gran cantidad de bacterias. Para evitar que no sean bien acogidas, se selecciona bien el perfil del receptor”, argumentaba la profesional del Hospital Gregorio Marañón.

Otra de las opciones es ingerir vía oral el trasplante fecal. Se trata de unas cápsulas en las que se introduce la microbiota (microorganismos de las heces de otras personas). “Las han probado personas con edad avanzada que han recaído en multitud de ocasiones con esta bacteria. Además, explicándoles bien el proceso que han sufrido las pastillas, los pacientes entienden que no hay nada de antihigiénico, y las toman de buen grado”.

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