Flores comestibles: color y sabor en los platos

Esta semana, en nuestro espacio ‘Entre el verde’ te traemos una propuesta gourmet: las flores comestibles. Porque en un mundo en el que, en España, tiramos más de 1300 millones de kilos al año, es decir, unos 30 kilos por persona, te ofrecemos una alternativa. Ya no es que no tiremos nada, es que también vamos a aprovechar lo que nos da la naturaleza y se puede comer.

Las plantas han servido como alimento principal a muchas generaciones desde los primeros inicios del hombre hasta la actualidad. Sin embargo, hemos perdido estos conocimientos ancestrales, los que nos ayudan a identificarlas. Hasta ahora.

Cada vez está más de moda poner flores a la comida, de hecho ya las venden en los supermercados de modo normal, pero no está nada mal cultivarlas en casa y luego disfrutarlas de ese modo.

Gracias a Belén Luengo, nuestra jardinera en La Noche de COPE, vamos a conocer algunos vegetales comestibles. Por ejemplo, el cebollino, al que conocemos por sus características hojas alargadas como cintas que sí que solemos echar en nuestra comida. Lo que poca gente sabe es que en primavera, el cebollino florece y sus pétalos son comestibles. ¿El sabor? Similar a la cebolla.

Otro ejemplo lo encontramos en la flor del romero, que también se puede comer. En este caso tiene un sabor fuerte comparable a la nuez moscada y el pino.

La borraja, otra verdura muy conocida, también tiene más de un uso. Lo normal es utilizar los tallos pero las flores son igual de deliciosas.

La flor de saúco puede tener unos fines medicinales. Se sabe que es muy buena para los resfriados y el dolor de garganta pero también puede tener un uso estético y resulta un maravilloso ingrediente para tonificar la piel.

Como flor medicinal también tenemos el tomillo, del que también podemos aprovechar no solo las hojas sino también sus pétalos.

Y como flores estéticas para dar color a nuestros platos se pueden emplear los pétalos de rosas y de amapolas frescas.

Plantas que, como te explica Belén Luengo, sirven no solo para decorar nuestras casas sino para dar un toque original a nuestras comidas.