Javier Fernández: “El hielo es parte de mí y a la vez me genera miedo”

El patinador olímpico repasa su carrera en 'La Noche de COPE'

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Es joven, aunque incluso más de lo que aparenta. Tiene 27 años. Sin embargo, esa edad para un deportista de su disciplina puede considerarse todo un record: significa una carrera como patinador artístico casi por terminar. A los 27 años, mientras muchos de sus amigos siguen estudiando o acaban de incorporarse al mundo laboral, a él se le presupone en el final de su carrera. Él es Javier Fernández, el patinador español con la trayectoria más exitosa de la historia de nuestro país, y el responsable de que muchas personas dejaran de diferenciar entre deportes para niños y deportes para niñas. El patinador que ahora quiere ayudar a que otros cumplan sus sueños de ser patinadores profesionales. Tras más de 20 años patinando se ha proclamado dos veces campeón del mundo, seis de Europaseis de España, y ha estado en tres Juegos Olímpicos, consiguiendo la medalla de bronce en patinaje artístico en las últimas olimpiadas de invierno, en Corea del Sur.

“Mi hermana empezó a patinar antes que yo y, después de ver a mi hermana entrenando, le dije a mis padres que yo también quería entrenar porque me parecía un deporte muy divertido”, le cuenta Javier Fernández a Adolfo Arjona en 'La Noche de COPE'. “El hielo puede ser nuestro gran amigo y nuestro gran enemigo, es una superficie que nostros estamos acostumbrados a utilizar... yo llevo utilizándola 21 años de mi vida... y es “parte de mí, pero genera un miedo de incluso no poder dormir, miedo a caer, a hacerlo mal... hacer un trabajo que no es el que tú esperas”, relata el deportista, que considera que el “patinaje es un deporte muy inestable”.

Sobre la realidad del patinaje en España, Javier Fernández considera: “Todavía en España tenemos muchas cosas que aprender y necesitamos mucho más apoyo para las pistas de hielo; con las ideas correctas se podría llegar a generar una escuela tan grande para que los patinadores no necesiten irse a otro país”.

“Por la calle me reconocen cada vez más, en los últimos dos años muchísimas más personas; es difícil ponerle cara un nombre y un nombre a un deporte. Prácticamente todo el mundo sabe de “ese” patinador, conocen ese nombre, pero las personas que conocen mi cara no son tantas”.

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