En 'La noche de Arjona'

El pasado que no conocías de Donald Trump

Gwenda Blair hace un largo recorrido en las raíces y prácticas de la familia desde el abuelo del presidente

Ismael Figueroa

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La escritora y académica de la Universidad de Columbia, Gwenda Blair, explica por primera vez a un medio español en 'La noche de Adolfo Arjona' los grandes legados que Donald Trump heredó de su padre y abuelo inmigrante y que de cierta forma sirven para comprender la retórica agresiva del magnate estadounidense.

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Gwenda Blair es considerada una de las mayores expertas de la familia Trump. Es autora de 'Los Trump: tres generaciones que construyeron un imperio', catalogada por el diario The New York Times como una de las mejores obras para entender a la familia neoyorquina.

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FRAGMENTO DE SU LIBRO:

No fue un padre que llevara a sus hijos al parque, que jugara con carritos de juguete y mucho menos que les cambiara pañales. No era, siquiera, un papá que pudiera mantener una conversación con ellos, hasta que estuvieran en edad de hablar de negocios. Siempre fue el proveedor, el empresario y ahora, es el Presidente de la nación más poderosa del mundo y hay millones de niños escuchándolo.

GANAR, GANAR Y GANAR

“Hay varias cosas poco frecuentes: familia adinerada, tenía chófer, su casa estaba formada por 23 habitaciones... Nunca fue un chico americano corriente. Era un tipo muy duro dispuesto a hacer lo que fuera para triunfar. Presionó a sus hijos para que siempre fueran ganadores.

Estuvo en una escuela militar desde los 13 años, le encantaba la competitividad que había. Se dio cuenta de lo que tenía que hacer para ser un ganador y tener éxito. Su entrenador deportivo me dijo que era muy fácil enseñarle, porque siempre escuchaba cómo hacerlo mejor y lo terminaba haciendo. Nunca perdona. No solo quiere ganar, quiere destruir a quien se ponga por delante”. 

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PRESIDENTE DE EE.UU.

“Si la idea de ser presidente es de alguien que escucha a todo el mundo, con una noción de acercarse a los demás, aceptar a todos y fomentar la idea de comunidad y responsabilidad, no, no es un buen modelo Donald Trump entonces”.

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PROSTÍBULOS Y ALCOHOL

“Los hoteles y restaurantes de su abuelo estaban en el barrio chino de su ciudad donde había prostitutas. Este no es el mejor capítulo que quiere recordar el presidente norteamericano. Su hermano mayor bebía y fumaba. Terminó muriendo de alcoholismo. Se dio cuenta Donald que la bebida dejaba en desventaja a la gente. Entonces, él la apartó, porque sólo quería ganar”.

INMIGRANTES Y MUJERES 

“Es un racista y está contra los inmigrantes, los musulmanes y las mujeres. Es un oportunista, está en contra y a favor de algo solo si le ayuda a él. No tiene principios, solo piensa en sí mismo. Tendría una amistad con México si pensara que le fuera a ayudar.

Su mujer Melania Trump ha sido una dama de compañía, más que su esposa. La utiliza para desmostar que es un hombre fuerte. Ella es guapa y mucho más joven. Quiere demostrar que es un hombre entre los hombres”.

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CHOCOLATE SIN MESURA 

“Parece un americano muy poco sofisticado. Hamburguesasbatidoschocolate... Mientras ordenaba el lanzamiento de misiles en Siria, ofrecía grandes trozos de tarta de chocolate a los presentes. No tiene gustos sofisticados. Solo es un tipo ordinario, y este es uno de los aspectos que ha podido vender a quienes le apoyan”.

FRAGMENTO DE SU LIBRO:

Para principiantes, hay una cultura de la familia Trump de presionar despiadadamente cualquier ventaja, extender la verdad y presionar la envoltura legal y ética al máximo. El abuelo inmigrante alemán de Trump, que operaba restaurantes, amasó un nido ofreciendo a los mineros alcohol, comida y proximidad con las mujeres; su padre, aumentó en gran medida la fortuna de la familia mediante la explotación de agujeros en los subsidios del “New Deal” del gobierno, que aprovechó para construir viviendas de clase media en Brooklyn y Queens; y Trump, usó la pérdida de miles de millones de dólares prestado y cuatro bancarrotas corporativas para construir una marca global y evitar pagar impuestos sobre la renta personal durante casi dos décadas.