El expediente secreto de la Segunda Guerra Mundial: El hombre que nunca existió
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Hay ciertas historias de la Segunda Guerra Mundial que parecen guiones de cine, pero son escrupulosamente reales, como es el caso del expediente del ‘hombre que nunca existió’. “Se trata de la utilización de un cadáver, concretamente de un vagabundo galés que se suicidó con raticida, y que fue utilizado por la Inteligencia Británica, dándole una nueva personalidad y colocándole un traje de capitán de la fuerza aérea para arrojarlo en las costas españoles, y así engañar a los nazis”, explicaba Óscar Herradón.
La idea salió de Ian Fleming, el creador entre otras cosas de James Bond, y que sabía mucho de historias como ésta. Él formaba parte de la Inteligencia británica. Un verdadero embrollo que consistía realmente en conseguir un cadáver para dotarlo de falsa identidad, y que portara documentos falsos de mucho valor para arrojarlo en las costas de Huelva, porque las mareas lo llevarían hasta tierra. Hay que recordar que España estaba plagada de agentes del III Reich. Sin embargo, afirmaba Herradón, “conseguir un cadáver requiere una serie de requisitos legales incluso en tiempos de guerra. Los forenses británicos pensaban los forenses que, a pesar de haber muerto por raticida, los españoles creerían que se había ahogado”.